Dejadme coger aire

He vuelto. Os he dejado descansar sin post una semana pero estoy por aquí. Estaba de vacaciones. Tenía que aclararlo porque los últimos días no me dio tiempo a comentar nada en el blog. Cinco días de vacaciones en pleno otoño, los ideales para descansar alma y cuerpo.

 

Y así ha sido. Desde el pasado 31 de octubre he estado de vacaciones. Decidí pasar aquí el Jalobuin en buena compañía, disfrutando la cena al lado de gente a la que se le caían trozos de la cara al suelo, pelucas y ropas rotas. Todo muy terrorífico y muy cariñoso con el chico de los ojazos que me hacen suspirar, porque las cenas con buena compañía son las que mejor saben. El resto del puente lo he dedicado, a la vida contemplativa. A recibir visitas que tuve del pueblo, a dar paseos por un Madrid todavía limpio, sin huelga de basuras, en un fin de semana que la ciudad estuvo repleto de gente. Y ligando. Si, así os lo digo. Me comieron con los ojos en la exposición de Ikeda (no confundir con Ikea), un hombretón de 182 barba y ojazos, apoyado al lado de dos pantallas que reproducían unas cosas muy raras. Así es que en ambientes tan sórdidos, o complicados, pero siempre artísticos hay lugar para el ligoteo. Y no solo es que me comiese con la vista, su chico también, como si yo fuese uno de los todavía vivos de la serie The Walking Dead. Pero el flechazo no solo duró lo que coincidimos en la exposición. Saliendo de una cena en Chueca con dos amigos del pueblo, entramos en un local a tomar copas, y adivinad con quién volví a coincidir. Efectivamente, con el chicarrón de barba, que no dudó en seguirme al baño e intercambiar unas tímidas palabras ¿Estabas en la exposición de esta tarde? y bla bla bla, lo que dura una conversación intrascendente en un baño. El chico no es que fuese guapo, era lo siguiente a guapo, ¿guapérrimo podría decir? Ains.

 

No contento con estos días de descanso, el lunes decidí que era ya hora de viajar a Galicia, a descansar de verdad, con un tiempo de mierda, ya os lo digo así de claro, porque no paró de llover en toda la semana, un truño. aunque habría que tener en cuenta que la intención del viaje era estar en casa, con los míos pululando por allí cerca, salir muy poco y estudiar. El objetivo fue conseguido a medias, también os lo digo, porque salí muy poco, y estuve con los míos por casa. Hasta disfruté viendo a mi hermano super feliz y muy implicado en la que será su próxima paternidad. Efectivamente, seré tío y será niño, y ya le tienen un nombre. Ahora a desvivirse por ellos, que yo también me he implicado un montón, no os imagináis la ilusión que me hace, y a la vez la ligera envidia que me da. Claro que no se consiguió el verdadero objetivo que era el de estudiar. Se consiguió a medias, porque los apuntes los abrí, estuve leyendo parte de lo que llevaba pero no logré terminarlo, e incluso diría más, apenas llegué a la mitad de mi objetivo inicial. Una pena, pero, las visitas a la familia cada vez tienen para mi mayor importancia. Los amigos apenas han estado, a algunos ni les he visto el pelo, de los que no suelen fallar nunca, otros tampoco han hecho esfuerzo por acercarse al pueblo ni para tomar un café, y otros si han estado ahí interrogándome. Si, interrogándome. Me han preguntado que tal de "chicas y de chicos", y les he respondido que fatal, que apenas salía de casa. He mentido como un bellaco mientras pensaba "ahora soy feliz, ahora soy feliz, ya os lo presentaré algún día". También me han preguntado por D., y las preguntas por D. viniendo de las personas que me lo han preguntado y en el contexto en el que me lo han preguntado han dado a entender que sabían bien lo que preguntaban, y sin embargo les dije solo parte de la verdad "no sé nada de él desde el verano". Alguien me preguntó incluso más ¿Pero desapareciste tú o desapareció él? Ante eso solo pude responder que no sabía dónde estaba, seguramente en Madrid en su casa pero que yo salía muy poco, me dedicaba a la vida monástica, a estudiar y a trabajar.

 

Tras mentir como un bellaco, vuelvo con las pilas recargadas de esta semana de descanso, con varias cosas claras y en mente. En primer lugar, tengo que estudiar muchísimo, apretar al máximo, que creo que he vagueado un montón, y el examen lo tengo a la vuelta de la esquina, que cada día estoy más contento con la familia que tengo, los he disfrutado al máximo y aún así me habría gustado disfrutarlos todavía un poco más, y habrá tiempo en navidad. Finalmente he vuelto con otra cosa en la cabeza, he echado muchísimo de menos a una persona que me aprecia de verdad, a esa persona que me está haciendo olvidar a D., y que me llena de ilusión cada día, para quién van mis últimos besos del día y mis primeros abrazos de la mañana, ahora ya más cerca, pronto nos veremos, y no, mis queridos blogueros, a vosotros apenas os he echado de menos, pero dejadme coger aire y ya tendréis aquí estos post que tanto os gustan e instruyen.