Y yo que me sorprendía cuándo veía despedidas de casada, que no de soltera. Veía a las mujeres felices de la vida, normalmente de una edad ya algo avanzada (aunque no necesariamente), celebrar como si no hubiese mañana que ya no estaban casadas. Pues para mi se cumple hoy un triste aniversario, que debería celebrar también por todo lo alto si no fuese porque el tema me ha dolido más de lo que pensaba. Hoy hace un año que D. no me quiere, que no es lo mismo que celebrar que llevamos un tiempo desde nuestra ruptura, es algo mucho más vergonzoso. Vergonzoso no es la palabra, humillante. Si, humillante.
Hace un año disfrutaba de un fin de semana que presumía iba a ser maravilloso en tierras levantinas, buena compañía, entre la que estaba mi prima, la que siempre ha estado en estos momentos peliagudos, ignorante ella de gran parte de la situación. Aquel fin de semana abrió un poco los ojos, por lo que me enteré tiempo después.
La chispa saltó con un momento de euforia de D., que no sé si fue románticamente o conscientemente a sabiendas de lo que buscaba con aquel gesto cariñoso público que yo le reprendí al instante. Ni yo estuve muy acertado, ni él, que se mosqueó muchísimo. Y cuándo las heridas no se cierran bien del todo, uno corre el riesgo de que se abran más, a su mosqueo se uníó el mío, en una sucesión de hechos en los que no lográbamos alcanzar el punto de ser comprensivos el uno con el otro. Cuándo yo me di cuenta de mi brusquedad al apartarme de él, él se mostraba inflexible, cuándo él reculaba un poco sobre el enfado, yo me mostraba más seguro de mi mismo y más orgulloso. Aquello duró casi todo el fin de semana, un fin de semana de auténtica pesadilla. La noche del sábado se gestó lo que fueron nuestras penúltimas vacaciones. Él se dedicó gran parte de la noche a hacerme el vacío integral, celillos incluidos, a ignorarme casi completamente e incluso yo podría decir que a reirse un poco de mi, y yo que estaba ya para muy pocas bromas, pensé que si mi pareja no tenía ganas de hablar conmigo a mi tampoco me importaba hablar con el primero que pasase, y así fue. Ni se inmutó, ni lo vió, o eso dijo tiempo después. Cuándo llegamos a casa, el ambiente seguía muy caldeado, y no contento con su gesto del primer día soltó el comentario bomba que hizo que mi prima se enterase de todo lo que entre nosotros pasaba. Esa noche no dormí con él y de ahí hasta unos meses después. Se había fraguado la verdadera ruptura, aunque yo ignoraba eso.
D. siempre presumió de ser el chico que daba siempre el último paso, el que se "rebajaba" a pedir disculpas, el que se decidía a hablar, el que apostaba por la relación, rompiendo cualquier tipo de orgullo con tal de darlo todo por nuestra relación. Yo, siempre en un segundo plano, después de cada vez que él provocaba un enfado en mi, terminaba respondiéndole, normalmente bien. Siempre que me dijo que quería estar conmigo, siempre acepté estar con él, eso si, previa charla siempre, consejos, negociaciones de cómo debía ser la relación, de análisis de aquello en lo que habíamos fallado uno y otro, buscando siempre dónde mejorar. Las navidades pasadas, después de tantas rupturas, empecé a creer que algo de razón no le faltaba, quizá le había dado mucha importancia al mosqueo inicial, quizá podía retomar contacto con la persona a la que quiero, bajarme un poco los pantalones, disculparme y decirle lo que sentía, abrirme como siempre he hecho. Cierto es, él daba el primer paso pero jamás valoró que tanto o más importante es el paso que debe dar el receptor, el que perdona, el que acepta a la otra persona como si no hubiese pasado nada. Esa fase jamás la superó. Hablamos mucho esos días, era ya un tiempo separados y necesitábamos vernos, así fue que me volví antes de lo previsto de mis vacaciones de navidad y me pasé los reyes aquí, quería irme con él un puente, estar los dos tranquilos, a gusto el uno con el otro. No llegó a haber tal viaje, era una de mis pretensiones con él, la primera en ser desatendida, y después, a lo largo de este 2013 todo fueron desatenciones en todo en general. No me había escuchado, no había superado ese momento en el que comprendes a tu pareja. Realmente todo se había terminado en noviembre, aquel puente de todos los santos en Valencia.
¿Para qué aquel sinsentido de relación? ¿Por qué volver si no se tenía voluntad de volver?, ¿ Por qué no había intención de escuchar las necesidades de tu pareja? Mantuvo la farsa durante un año, y eso es lo que me ha dolido más, esa frase que veía día si y día también en mi teléfono, aquella que decía "Te tengo olvidado desde noviembre" aquella frase que me apuñaló de mortalidad. Aquella frase que me hizo entender tantas y tantas cosas y que me hundió como no os podéis imaginar. Hoy si, pierdo el tiempo con él, con estas gilipolleces. Cada uno a su manera, decía su amiga, cada uno a su manera.
Gracias amigos blogueros por estar ahí.
Un año engañado es mucho tiempo... pero bueno cari... con calma.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Pasito a paso, vamos bien, muy bien, te lo aseguro. Estoy muy contento.
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Buff, un año de engaños y mentiras... niño ¿realmente mereció la pena? yo creo que no.
ResponderEliminar¡¡Ánimo!! ;)
Salu2.
Yo creo que no. Podría añadir algo más, pero mejor dejarlo así. Claro que no merece la pena. Te aseguro que en pocos días he sido mucho más feliz que en cuatro años... y sin embargo, sigo echándolo de menos, no sé por qué.
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Rediós!
ResponderEliminarPara qué decir más!
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No sé muy bien qué decir, sólo mandarte un abrazo virtual. ¡Tus lectores te apoyamos!
ResponderEliminarPasado es pasado, aunque esté fresco, duele, ya sabes, y sin embargo... el presente me llena de ilusión, que es lo más importante.
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Bueno! yo creo que a veces en la relaciones uno se aferra a algo y lo que queda es la costumbre o quizas la esperanza de que las cosas se arreglen solas.
ResponderEliminarBueno! ya es pasado! por ahora nos queda lamer nuestras heridas! volver a levantarse! y seguir caminando!
Un abrazote! uno grandote! de esos que quitan el aire y rompen costillas!
Razón tienes Gary. Muchas veces me duele tener estos sentimientos... uno que es humano supongo. Aunque ya lo he dicho a los anteriores comentarios, lo importante es el presente, que es lo que me hace feliz.
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A lo mejor no quería quedarse solo y solo estaba por estar =/
ResponderEliminarabrazos
Puede ser, Pumara, una triste forma de hacernos perder el tiempo.
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No había leído aún el post cuando hemos hablado por whatsapp pero la conversación le viene que ni pintada. Ya sabes que aquí me tienes aunque sea un poco Willy Fog para un café donde me "presentaste" a Minoviescu o donde haga falta. Al meno estos días no vas a estar solo.
ResponderEliminarBicos.
Pensaba que si, pero vamos... el resultado es el mismo. El post lo escribí ayer, es lo más importante. hoy mucho mejor.
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Pimpf...me sumo a este apoyo masivo... No tenemos la cercanía, pero ya sabes que estoy por aquí para lo que puedas necsitar... Besotes fuertes.
ResponderEliminarNo la tenemos esa cercanía física, pero sé que estáis aquí, conmigo, y se agradece, Melvin, se agradece mucho.
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Es como si nuestra mente nos pidiera analizar cada momento que pasó para ver si encontramos las causas que generaron el final de lo que fue. No es una tarea bonita pero es necesaria para convencernos de algunas cosas. Si se escribió el final hace un año pues ya concluido está como para empezar otro libro. Solo te mando un fuerte abrazote y Besotes! :)
ResponderEliminarEs quizá esa falta de respuestas la que hace un poco más profundo el dolor. Aunque creo que ya a estas alturas no tengo que convencerme de nada, por suerte, ha habido tiempo para convencerme de ello... a antiguos post me remito.
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Es dificil de entender que mantuviera la farsa durante un año salvo que se sienta tan inseguro de encontrar a otra persona que le aguante que no quisiera dar el paso de aclararlo. Y su respuesta vengativa aún es más esclarecedora de su inseguridad, ataca para hacer daño antes de que se lo hagan a él. Piensa que su salida de tono con la que te quería hacerte sufrir en realidad es lo mejor que te ha podido pasar, pues te ha quitado definitivamente la venda de tus ojos.
ResponderEliminarUn beso (en esos ojos que ahora ven)
Responde como gato panza arriba, supongo. Los animales y con garras suelen ser peligrosos. Pero estoy contigo, esos ataques me han hecho ver muchas cosas, entre ellas lo que no quiero en mi vida.
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