Es la época, muchas empresas organizan durante estos días previos a las navidades sus cenas de empresa, para confraternizar jefes con empleados, asalariados con aquellos que les degollarán a la mínima, los de un departamento que están reñidos con los del otro, los de una mesa que no pueden ver a sus compañeros, miles de combinaciones son las que se dan en estas cenas de empresa. En mi trabajo no hacemos de eso, ya os lo digo.
No es que tengamos mal rollo, pero somos muy independientes todos, cada uno va un poco a lo suyo. Les deseas felices fiestas a tus compañeros y te vas de buen rollo con tu familia unos días a cientos de kilómetros dejándoles el marrón de la peor época del año, con el triple de trabajo y de tensión, esa tensión que quizá los funcionarios normalmente no tenemos. Pues en esta época la hay. Y sin embargo, y pese a todos los problemas que tenemos de escasez de plantilla que derivan en auténticos dramones por parte de aquellos que no tienen muchas ganas de trabajar un poco más, ahí haremos una pequeña celebración durante la semana, unos aperitivos, unas tortillas, unas aceitunas, embutidos, quizá alguna ensalada, y el verdadero motivo de la fiesta, que no es realmente la navidad, la jubilación de un compañero. A mi esto de la fiesta me parece muy bien, soy muy dado a celebraciones, ya os lo digo también, pero lo que me trae de cabeza en este post no es la celebración en mi trabajo de la cena de navidad.
Lo que realmente me trae de cabeza es la desfachatez de algunos medios de comunicación LGTB, así os lo digo, y os lo diría con uvedoblespunto y con sus com, pero tampoco hace falta que de nombres, no es plan de desprestigiar el trabajo que muchas personas se pasan casi por amor al arte, o el que otros en su momento hemos tenido, o que parte de una relación se fuese al garete por una página web (y no me refiero a una página de contactos). Yo he venido aquí hoy a hablar nuevamente de mis fotos. Si, esas fotos que no se han sacado de cierta página web. Ya sé que es una reivindicación que muchos de vosotros no compartís, y en cierto modo hasta puedo estar un poco de acuerdo con vosotros, sin llegar a daros la razón del todo, pero lo que me jode es que si este 2013 he currado con ellos durante medio año, podrían haber tenido el detalle de invitarme a la cena de empresa. Digo yo. Y en esto no cabe discusión posible. Si mis fotos permanecen allí, ahí está parte de mi trabajo y parte de mi tiempo de este año, yo creo, que aunque la situación fuese difícil, aunque fuese a decir que no, la invitación tendría que haberme llegado. Y esto es básicamente lo que me ha motivado a este post de hoy.
Sé que el tema está ya un poco trasnochado, sé que la decisión de cerrar página con respecto a esa etapa de mi vida me ha traído no solo tranquilidad, si no felicidad, me ha traído amor, y me ha traído el volver a pensar en alguien sin tener que estar defendiéndome por cada frase o cosa que yo dijese, me vuelve a preocupar el bienestar de aquellos que me quieren, y sobre todo me ha traído paz, así os lo digo. Pero creo que hay que reconocer que al César lo que es del César, y mientras sigan mis fotos del orgullo de Madrid y del de Valencia pululando por esa web, seguiré formando parte de la misma, de una u otra forma, como en su momento formaron parte muchas personas que por allí pasaron y también se fueron con el rabo entre las piernas, con alguna bronca y la sensación de haber perdido el tiempo.
Quiero mi invitación a la cena, aunque llegue tarde, aunque haya sido el pasado viernes, me es indiferente, pero la necesito para pasar página, para poder decir, lo siento pero no voy, y aún así, felices fiestas.
Te entiendo perfectamente, has formado parte de aquella web y aunque ya no estés hubiera sido un detalle. Pero también te digo que por otro lado tampoco lo veía tan necesario, sólo tienes que mirar lo que tienes y lo que has tenido, no hay color y eso que no conozco personalmente a ninguno de los dos.
ResponderEliminarBicos.
Colores totalmente distintos, vamos. Lo que tengo es ilusión, lo que tuve es un retroceso.
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Con toda la razón del mundo niño !!.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Claro, o somos o no somos, pero eso de somos para lo bueno y no para lo malo... eso no.
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Ohhhh si estuviermos cerca yo te invitaria a la cena :)
ResponderEliminarAristio, a ti te diría que si, a ellos que no, ligera diferencia.
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Entiendo tu malestar amigo... pero no te amargues por invitación que no llegó y mas aún por una invitación que de haber llegado iba a ser de mala gana; sonríe, no dejes que eso te afecte y disfruta de las cenas y reuniones donde verdaderamente eres bien recibido...
ResponderEliminarNo iba a ir, por lo que no sería de mala gana, sería el placer de decir que no, nada más.
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¿Hacemos una colecta blogueril y te invitamos a cenar? :D
ResponderEliminarAy, no, si para cenar ya ceno yo con mi niño, lo que quería es que llegase la invitación, o en su defecto, que sacasen las fotos que yo hice de esa web.
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Espero que tu cena sea la esperada! Que el amor se siente entre ustedes y alrededor! En mi trabajo organizamos una cena donde cada uno debe traer un plato preparado por uno mismo (aquí es donde el entra el riesgo de morir intoxicado en navidad) y empezamos lo que llamamos “compartir” hacemos también intercambio de regalos!
ResponderEliminarUfff, a mi me da pánico eso de que cada uno prepare una cosa... mejor de restaurante todos, y acabamos antes.
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Tienes razón, pero ya para que quejarse, dejalos pasar y ya.
ResponderEliminarMejor reúnete con gente agradable
Es cabezonería pura, no tenía pensado ir, solo recibirla, esperar que tuviesen el mínimo detalle.
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