Sé que os encantan las historias truculentas, y parece que van bien para la lectura de los domingos. Os va más el morbo que la política, que me quedaría un post chulísimo sobre la campaña electoral y las elecciones al parlamento europeo, pero os voy a librar por hoy. Os van más las historias estas de asesinatos que el fútbol, que lo ha monopolizado todo, al menos en la capital, ayer y hoy, y de lo que haré también un post esta semana, e incluso haré otro de mi vecino, el buenorrillo de la escalera interior, que eso sé que os gustaría mucho, pero mejor dejaremos ese tema para la semana entrante, hoy vamos a contar la historia de Hildegart, y su asesinato a manos de su madre Aurora Rodríguez.
El 9 de junio de 1933 amanecía Madrid con un suceso luctuoso, el asesinato de Hildegart Rodríguez Carballeira, tenía 18 años y fue descubierto su cadáver tendido en la cama con tres disparos en la cabeza y uno encima del pecho, su madre se declaró autora del crimen horas después, así avanzaba al día siguiente el diario ABC. El motivo del crimen, supuestamente, el miedo de la madre a que ésta se separase de ella y del camino que debía seguir.
Hildegart Leocadia Georgina Hermenegilda María del Pilar Rodríguez Carballeira había nacido un 9 de diciembre de 1914, en la Calle Juanelo 3 en Madrid. Su madre, ferrolana y de ideas liberales había leído mucho sobre autores de izquierdas, militante del PSOE y desde joven había criado a su su sobrino José Rodríguez Carballeira, hijo de su hermana soltera Josefa, al que había criado y educado para ser un niño prodigio, como llegó a ser, destacando en el campo de la música, más conocido como Pepito Arriola, hasta que Josefa Rodríguez decidió llevárselo a Barcelona dónde triunfó. Fue entonces cuándo Aurora decidió desarrollar su teoría de la eugénesis, por la cual crearía a una mujer geneticamente perfecta, buscaría un padre que se desentendiese del cuidado de la niña y la educaría para cumplir un fin social para las mujeres, consiguiendo la liberación de estas de la esclavitud sexual y de la opresión que los hombres ejercían sobre las mujeres. Eligió para tal fin a Alberto Pallás, un cura castrense, y una vez quedó embarazada se trasladó a Madrid. Meses después nacería Hildegart, y sería inscrita otros tantos meses después, pues Aurora consideraba que los niños no debían ser inscritos. Pese a ser atea la madre, la niña fue bautizada. Su nombre, significaba según su madre "jardín de sabiduría" en alemán. Durante la infancia de la niña, al menos en los cuatro primeros años, permitió que Alberto Pallás las visitase y que conociese a su hija, pero al tiempo, y viendo que a la niña "se le estaba pegando lo malo de su padre", decidió darle un dinero para que se fuese a América.
Hildegart parecía cumplir las teorías de Aurora. A los tres años ya sabía escribir, con cuatro mecanografíaba sin problema y con ocho años hablaba seis idiomas. Con diez años fue inscrita en en bachillerato y con 17 años se había licenciado en derecho, con 18 consiguió el doctorado y en mente tenía empezar Medicina. También era diplomada en Filosofía. Desde niña entró en las Juventudes Socialistas y fue colaboradora del partido hasta bien entrada la Segunda República. Activista incansable de la mujer y sus derechos, y una revolucionaria de las primeras de Europa en cuánto a la sexología de las mujeres. Pudiera parecer que la sexología surge en Estados Unidos, pero en Europa se llevaban ya unos años de avanzadilla, al menos en Alemania y España. Con la república, Hildegart se separó del Partido Socialista, por un tipo de pacto que el partido había hecho y que a ella no le había gustado, haciéndose militante del Partido Federal. En aquellos últimos meses había conocido a Abel Vilella, un vicealcalde de Barcelona y con el que se presumía mantenía una relación que no era bien vista por su madre. También se le relacionaba con un escultor y con un chico socialista. Ninguna de estas opciones gustaban a su madre que veía como su hija se iba alejando de su proyecto de eugénesis y de liberación de la mujer.
A medida que la niña iba madurando, y mostrando tener personalidad propia, su madre más se obsesionaba con que algo había fallado en su plan premeditado de crear a una mujer genéticamente perfecta, o había fallado la propia Hildegart, o la habían corrompido, o había fracasado ella misma. El caso es que en su mundo, creyó que la mejor solución sería acabar con la vida de su hija, y así fue como disparó a su hija mientras esta dormía.
El juicio contra Aurora se realizó casi un año después, y concluyó, tras las declaraciones de la propia acusada, en que volvería a hacer lo mismo una y mil veces, con la pena a 26 años de prisión, pues la pena de muerte se había abolido con la segunda república. De esos 26 años, gran parte los pasó en el psiquiátrico de Ciempozuelos, en Madrid. Se pensó que durante la Guerra Civil había desaparecido. Sin embargo, cuándo en 1977 apareció su historial clínico, se descubrió que falleció en diciembre de 1955 de un cáncer y que sería enterrada en una fosa común.
Sobre este caso se escribió una novela, alguna obra de teatro, e incluso fue llevada al cine por Fernando Fernán Gómez con la película Mi Hija Hildegart, protagonizada por Amparo Soler Leal, en 1977.
Sobre este caso se escribió una novela, alguna obra de teatro, e incluso fue llevada al cine por Fernando Fernán Gómez con la película Mi Hija Hildegart, protagonizada por Amparo Soler Leal, en 1977.
:/ madres!! Literal! Vaya pedazo de historia !
ResponderEliminarUna madre coraje revenida...Joder con la tipa... Desconocía esta historia por completo... Gracias por descubrirme a la madre de Carrie castiza jejeje...besotes.
ResponderEliminarY para que le puse tanto nombres! A mi se me hace que por eso la despacho pa’l otro lado! Jajajaja pero bueno bromas aparte la mujer estaba loca, había creado a una mujer maravillosa y darle de baja de esa manera! Que coraje! Una lástima! Los cambios que pudo haber logrado la pobre Hildegart!
ResponderEliminar