jueves, 8 de enero de 2015

¿Qué es de tu vida?

Cómo podréis suponer, un bloguero de tanto prestigio, sujeto a las miradas de tantos fans, tiene su agenda completa, como no podría ser de otra forma. Por eso os he tenido desatendidos durante los últimos meses. Pero no he cerrado el blog aún, lo digo por si va a alguien se le ocurrió la idea de los suicidios masivos.
 
En los últimos meses he estado liado de más, así os lo digo, y me he quedado sin hacer esos post que tanto os gustan sobre mi vida privada o política, de los que bien sabéis que nunca hablo en este blog. Pero en todo este tiempo ha habido mucho material para dejar unos escritos lo suficientemente decentes y para volver al ritmo normal de estas cosas. Incluso para leeros, anticipo.
 
Lo que me ha tenido entretenido durante estos meses ha sido un examen que se ha llevado por delante incluso parte de mi escultural cuerpo, me ha tenido enclaustrado horas y horas frente a unos aburridos apuntes que apenas me han permitido hacer ejercicio. Y cuándo uno empieza a ver la luz, cuándo ha terminado su examen, otro tipo de obligaciones son las que me han ausentado del blog, concretamente las vacaciones y el trabajo. Me he cogido unas vacaciones geniales a primeros de diciembre, tiempo que he invertido, cómo no podía ser de otra forma en descansar, en hacer una mini escapada, en estar con mi familia en Galicia. Y volví a Madrid, al crudo invierno, con muchas ganas de contaros qué había pasado con mi compañero de piso del que yo tenía una teoría de que es un invertido de tomo y lomo al que me he imaginado en numerosas ocasiones siendo sodomizado por tres australianos y un ruso, por citar algunas nacionalidades, por comentar algo sobre el asesor de imagen de la ministra Báñez, por dar un poco de cera a la ex ministra Ana Mato, o incluso por comentar el regreso al escenario de Andy y Lucas. Pero no, sobre este último tema no voy a decir nada. Cuándo un abanico de post culturales de gafapasta renacentista, de hipster de pueblo o de post reivindicativos estaban a punto de caer, justo en ese momento, el final de año con una carga extraordinaria de trabajo me ha impedido haceros ese hueco que tenía previsto. Ya lo último han sido mis últimas vacaciones, las vacaciones de navidad, y es que estas son para vivir en familia, y no es que vosotros no seáis parte de esta familia, aunque bloguera, y en algunos casos algo más allá, es que disfrutar de las primeras navidades con mi pequeño sobrino es algo que no tiene precio, y cómo comprenderéis, me ha robado el tiempo y el corazón.
 
Pero pronto tendré que ponerme las pilas, porque en el calendario, a escasos días de este post vienen fechas importantes para este blog, concretamente el quinto aniversario, que se dice pronto pero se tarda cinco años en llegar a él, cinco años y un montón de minutos destinados a este medio tan modesto como su propio autor, por ello, este año los premios Pimpf serán a lo grande, tirando la casa por la ventana como quién dice, y para que la gala de premios salga bien también son necesarias unas nominaciones acordes con la calidad de los compañeros blogosféricos. Cierto es que, cómo ha anunciado Rajoy, en España disfrutamos ya de brotes bordes, los españoles estamos supercontentos con la situación económica del país, y todo marcha tan bien que tendremos que dar no solo premios de oro, incluso alguno se llevará un premio en platino. Y aquí estaremos cada fin de semana con nuestros post de esos chulazos temáticos que tanto os gustan, y con los post culturales de los domingos, con el desenlace (quizá) de esa saga de post sobre mi compañero de piso el presuntamente invertido. Cómo no, los viernes volveremos con la sección musical que tanto os pasáis por alto, o continuaremos buscando juntos a la archienemiga pública número uno de la blogosfera, Carmen SanDiego escondiéndose tras las cabeceras del blog, y quién sabe si en un horizonte no muy lejano hacemos algún post participativo.
 
¿Os gustan los propósitos para este 2015?

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