La hemos visto cuidando gorilas en el interior de África como la bióloga Dian Fossey, también destruyendo un terrible alienígena que se apodera de una nave espacial armada hasta los dientes como la teniente Ripley, como agorafóbica en Copycat, y ahora como madre ultracristiana presbiteriana, homófoba y también luchadora en defensa de los derechos LGTB, se trata de la siempre genial Sigourney Weaver.

La película empieza con el suicidio del joven Bobby Griffith, así que tampoco es que os vaya a descubrir el final con este comentario. Sin embargo, la línea argumental retrocede tres años atrás, a finales de los años 70, cuando Bobby, el hijo perfecto en una familia tradicional, confiesa a su hermano mayor que quizá sea homosexual. Y mientras el chico se debate en todo tipo de inseguridades mientras no acepta su propia sexualidad, su madre se reafirma en su papel de protectora madre ultracristiana presbiteriana que ve en la homosexualidad el pecado. Entre los miedos de Bobby al afrontar una nueva realidad que ronda la condena eterna pese a que él es consciente de no estar haciendo nada malo, y la preocupación de su madre por llevar hacia la rectitud a su hijo; se mueve la película en la primera parte, sin lugar a dudas la parte más brutal y desgarradora. Bobby, que quiere quedar bien con Dios y su familia, no duda en acudir con su madre y su padre a una consulta de una psiquiatra que cura la homosexualidad, siempre y cuándo esté totalmente convencido de querer curarse. Pero estas cosas no se curan, y Bobby empieza a ser consciente de ello, y decide vivir su propia vida, buscando la comprensión de un Dios que le ha dejado ir por un camino alejado de la salvación. En su difícil camino hacia la felicidad desiste de su propia madre y se va Portland a vivir un tiempo con una prima suya. En Portland se reconocerá definitivamente en lo que a él le gusta, David, un chico del que se enamora, la vida nocturna de la ciudad y la libertad de sentirse homosexual sabiendo que no hace daño a nadie. Sin embargo su felicidad no dura demasiado, su fracaso amoroso con David y la presión de su madre, la terapia, la diatriba mental que se le plantea entre Dios y su sexualidad terminarán por hacer flaquear las fuerzas de Bobby quién decide tirarse de un puente.


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Mary y Bobby Griffith |
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La auténtica Mary Griffith |
Otra más para la videoteca... :P
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Hay que verlas, que se acumulan!
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Mmmm, recuerdo haberla visto en una de mis noches cinéfilas, pero no deja de ser una muy buena recomendación.
ResponderEliminarSalu2.
Luego... tienes noches de gafapasta! Jajaja. Yo siempre hago buenas recomendaciones, en ocasiones hasta de truños.
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Es demasiado buena la interpretación de la Weaver, lo mejor de la película, que no es la gran cosa, pero que siempre recomiendo por el tema, por ella y por que acerca de una forma nueva a que vean como la homofobia puede destruir vidas
ResponderEliminarSi, es buena, y sobresale, pero quizá con lo planos del resto de personajes, porque yo a Sigourney la he visto en mejores interpretaciones, si me apuras, como teniente Ripley lo hace incluso mejor, claro que el papel es menos agradecido.
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Me ha gustado la película. Considero que todos deberíamos educarnos respecto a la homosexualidad porque debido al desconocimiento se va formando la homofobia.
ResponderEliminarTodo lo que sea abrir la mente a la gente es bueno. Las ideas estancadas son lo que traen problemas a la larga, le ocurre a la iglesia, le ocurre a la derecha, le ocurre a un montón de instituciones que jamás cambian, hasta a la monarquía. Más debates de ideas, más pluralidad en general, mentes más abiertas finalmente.
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Pd.: Bienvenido a este genial blog!
Tengo unos amigos que son un poquito cabrones y que me la pusieron porque nunca me habían visto llorar. Pues bien, no sólo no derramé ni una lágrima sino que acabé consolando a uno de ellos (tiene excusa porque su vida es totalmente la del prota, solo que mi amigo sigue vivo).
ResponderEliminarY aquí llega un nuevo lector. Llegué al blog por lo de los PIMPF, y espero quedarme mucho tiempo ;)
Bueno, que sepas que yo agoté todas mis lágrimas con la muerte de Chanquete, y desde esa creo que soy un insensible cinéfilo, mi D. sería como tus amigos cabrones, otro que está deseando verme llorar ¿siempre?
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Pd.: Bien hallado!
A mí lo que me pasa con las películas es que en cuanto veo el rótulito de "basada en hechos reales" automáticamente buscamos la caja de kleenex, porque ya sabemos que arrecia un drama de tomo y lomo... no he visto la película íntegramente, pero si algunos trozos sueltos en YOTUVE RETUVE...
ResponderEliminarNo es verdat! tenéis que ser un poema, yo, como los amigos de Driver GT pagaría por ver algo así. Jajaja. Pues chuchi, hay que verla, que está muy bonita, aunque tú eso ya lo tienes muy superado.
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La vi hace poquito precisamente, lo excepcional de la película es Sigourney... Siempre interpretando a mujeres con mucha fuerza... Besote.
ResponderEliminarEs que sobresale, entre otras cosas por lo planos que son los otros personajes, excepto Bobby, claro.
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la vi por tv, muy triste, la sra aprende del dolor que le deja la perdida de su hijo, muy triste lo repito
ResponderEliminarYo mientras la veía, pensaba si ese cambio que se produjo en la señora Griffith se debía al intento mental de salvar a su hijo de la condena eterna... en cualquier caso, el cambio parece que fue para bien.
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yo...... estoy viviendo lo mismo con mi familia y no se que hacer, la misma hisoria del bobby me pasa ami tengo 19 años y he pensado tambien en terminar con mi vida y no se a quien acudir
ResponderEliminarCari, hoy te voy a hacer un pedazo post, porque suicidarse no es solución. También te pediría que salieses del anonimato (bloguero, claro), para poder darte la chapa con el tema. Vida solo hay una, y estropearla por una orientación sexual es jodido, en lugar de aprovecharla.
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