Has sido tú, ¿te crees que no te he visto?

Pues resulta que un día tan especial para los más fachas del país que todavía recuerdan con nostalgia aquel 18 de julio de 1936 en el que se dió un golpe de estado que desembocó en una guerra civil que todos ya conocéis, vengo yo con un post, genial, como no podría ser de otra forma, y de un tema polémico, y relacionado con aquel día, todo ello reconvertido a 2014 y rozando lo político, pero nunca tratando el tema directamente, para que no me cierren el blog porque a mi no me gusta hablar de política en este blog, mucho menos de mi vida privada.

 

Ay, que hace menos de un mes estábamos todos los españoles unidos más que nunca, apoyando a la que en su momento fuera princesa plebeya en el día en el que le ascendían en el cargo a reina, Letizia Ortiz (con Z de.... Zarzuela), todos con el corazón puesto en la capital española, y con la vista en la televisión en cualquier canal que no fuese TVE, comentando los preciosos vestidos que nuestra clase política lucía en el acto de coronación de nuestro hijo Felipe. Y de las Cortes Generales ese paseo precioso en un descapotable antiguo, rodeado de la guardia real, o quienes fuesen en unos caballos, y todos con crines, tanto los caballos como los guardias, con el saludo real, y las gentes madrileñas luciendo banderas pequeñas que repartían las señoras voluntarias de la tercera edad de Madrid, independientemente de que te sintieses más o menos español. Y los balcones engalanados con banderas españolas por todas partes, los jardines luciendo los mejores floreros comprados para la ocasión porque para eso sí había dinero pero no para devolver la paga extraordinaria a los funcionarios, todo precioso, así os lo digo. Y finalmente, la policía por doquier, superando incluso al número de asistentes al acto que creo ya conté en su momento, tanto por la calle, como por los bajos de la misma, en las azoteas de los edificios y apostados por todas partes, con controles de acceso a las calles que para si ya quisieran en los propios aeropuertos. Y tras este mundo ideal que cantarían en las películas Disney sobre príncipes y princesas, la extrañeza del mismísimo Pimpf de que no ondease ese día ninguna bandera republicana en todo el recorrido.

 

Efectivamente, chuchis, ese mismo día, y los días anteriores, la policía se ocupó de pasar por los pisos de aquella gente que quería manifestar su desacuerdo con la monarquía y que expresaban, como hacen normalmente su inclinación por la república, luciendo esa bandera tricolor que tanto molesta a los fachas, porque, cosas de la vida, esa banderita es perfectamente legal frente a la del aguilucho. Pues ese día se ve que no, los policías recomendaron a los vecinos de la Gran Vía que no luciesen ninguna bandera. Y no sé cómo lo consiguieron, porque no he leído nada por internet, y porque yo en mi casa cuelgo la bandera que me sale de la punta del nardo, más cuándo la bandera es legal. Y aquí fue que días después llegaron las preguntas de los sindicatos de policía sobre quién había hecho esa orden de retirar tales banderas. Aquí, en España en general, nadie sabe nada, nadie ha dado consignas, la Delegada del Gobierno dice que no ha sido cosa de ella (porque los madrileños tienen derecho a lucir las banderas bla bla bla), el Director General de la Policía, dice que él tampoco, que la cosa no fue suya, y el Ministro menos, más pendiente probablemente de que la Virgen o Santa Teresa luciesen ellos una foto de Letizia y el rey Felipe juntos. Hay voces que dicen que estas visitas a los vecinos se hicieron discrecionalmente por cada uno de los policías que lo hizo, porque les salía del alma, porque ellos también se consideraban super monárquicos, vayausté a saber, quizá esperando una condecoración que, estos días está en el aire.

 

Así es España, chuchis, defensores de la Constitución, de los derechos y deberes de los ciudadanos y de cincuenta milongas que nos cuentan a diario, y después, por atrás, cogiendo las leyes al antojo de cada uno, porque hay en cuánto a la justicia distintas velocidades, que lo sepáis.