Maricones, ¡a viva voz!

Chuchis, no busco yo con este post que me lo peten de spam como hice hace unas semans, porque aquel post dónde aparecía una foto de Conchita Wurst sigue teniendo entre dos o tres correos al día de spam, que por suerte vosotros no podéis ver, pero que os aseguro que existen e incordian en una proporción directamente proporcional. Que este post va sobre la rancia de la Ana Botella, así os lo digo, y no quería hablar yo de política, por lo que me centraré en la homofobia, sin llamar yo homófoba a la señora Ana Botella, que ahora ya sabemos que no se le puede llamar nada a nadie por internet, que te trincan y te hacen pagar multones por decir verdades como puños. Tampoco es el estilo de Pimpfiadas, bien lo sabéis, que aquí lo nuestro es hablar del orgullo, y en esta ocasión, de homofobia.

 

Como bien sabéis, maricas del mundo mundial, en Madrid se celebra esta semana la fiesta del Orgullo, el famoso MADO, cada año el acto principal es la manifestación estatal del colectivo LGTB organizado por la FELGTB y otras asociaciones en defensa de los derechos de muchos ciudadanos, aproximadamente cuatro millones de españoles que somos, de una forma o de otra, de la otra acera, valga la redundancia, o si lo preferís, de la cáscara amarga (sin querer hacer yo publicidad en este post). Podréis debatir un año más sobre si esto es cabalgata, desfile, manifestación o lo que os de la gana, si las formas son las apropiadas o no, que este no es el tema de este post (ya lo haremos en otra ocasión para calentaros), pero lo que sí es cierto es que en medio de esa manifestación del sábado se está pidiendo que se reconozcan muchos derechos que nos asisten como ciudadanos españoles, o como ciudadanos en general del mundo, muchos de ellos amparados por la Declaración de los Derechos Humanos.

 

Como bien sabéis también, esta semana en España han salido ciertas noticias alarmantes. Entre ellas, la que más me ha impactado ha sido la agresión sufrida por una pareja de homosexuales en una playa de Almería. La pareja, que no era de chicos jóvenes si no formada por un matrimonio que rondaba los setenta años fue agredida por un padre y un hijo (cuyo nombre no os he dicho) cuándo iban a bañarse, a parte de las heridas recibidas por la paliza, el hecho de unos insultos que siguen doliendo en el alma, el susto y el trauma de una agresión por estar con su pareja, por mostrarse su cariño, pero que no deja de ser un ataque homófobo en un país en el que pensábamos que estas cosas estaban ya superadas, y para eso el denostado Zapatero hizo una gran labor con la aprobación de una serie de leyes que nos pusieron en la vanguardia mundial en este sentido. Nunca es suficiente, nunca está de más mostrar ese rechazo a la homofobia y a este tipo de conductas neonazis y catetiano-agresivas. Por eso es importante la manifestación del sábado. Y aquí es el punto del post dónde aparece nuestra querida Ana Botella.

 

Si bien es cierto que el ayuntamiento de Madrid ha firmado no sé qué, adhiriendose a la condena de cualquier actitud homófoba, a favor de los gayers y todo eso, ello no quita que las actuaciones de Ana Botella y su gobierno municipal sean totalmente contrarias a la visibilidad que precisamente pretende tal manifestación. Que TeleMadrid, esa cadena Espejodetodo, que presumían en su día, en los últimos años ha ninguneado el orgullo, la manifestación apenas existía, y desde la alcaldía se ha ido promoviendo el dispersar la fiesta, las razones, ruidos y molestias de los vecinos, también medidas de seguridad, pero cada vez se merma más esa visibilidad que se requiere, no es lo mismo una manifestación escondidos entre los árboles que una manifestación que pete la Gran Vía, así os lo digo, no es lo mismo que la manifestación termine cerca de mi casa que en el quinto coño (reivindicación particular), no es lo mismo tener varios escenarios en el barrio que tener los escenarios dispersos por toda la ciudad. Ignoro cuánto ha colaborado el ayuntamiento de Madrid en dicha celebración y/o manifestación, pero con la visibilidad que le da a la ciudad, se trata de no cargarse el orgullo, de no cargarse el mensaje, y en esto, mi querida Ana Botella, en esto nos vuelves a fallar a los ciudadanos de Madrid, y a los españoles, a muchas maricas provincianas que estos días se acercan a la capital, porque la manifestación, no son cuatro maricas bailando en tangas, con cuatro drags haciendo chistes malos sobre el gobierno, es mucho más, es una manifestación por los derechos LGTB y lo que es paradójico seguramente, algo por los derechos de todos.