He tenido un fin de semana muy cinéfilo (que no de ir al cine, quede claro) y me he zampado un par de películas, una de ellas este Vivir es fácil con los ojos cerrados, ganadora de 6 goyas en la pasada edición de los premios de la academia del cine español, a la mejor película, mejor dirección, guión original, actor, música original y actriz revelación, vamos, la triunfadora con el permiso de Las Brujas de Zugarramurdi pero que tampoco es para tirar cohetes, está bien, entretiene y tiene su puntito, ahí queda, porque no creo yo que la recuerde dentro de 10 años.
La película que es una mezcla de road movie y película costumbrista cuenta la historia de un profesor de inglés de un colegio de curas de Albacete que decide coger el coche e irse a ver a John Lennon a Almería, que por aquellos mediados de los ochenta rodaba la película "How I Won The War", su intención hablar con su ídolo y entre otras cosas decirle que estaría bien poner las letras de las canciones en sus discos. Por el camino se encuentra con una chica que ha salido de un centro dónde recluyen a chicas embarazadas que no quieren tener sus hijos para que no hagan tonterías y también a Juanjo, el mayor de los chicos de una familia numerosa española de la época, hijo de un gris de los que arreaban mandobles por aquella época que se escapa de casa porque su padre quiere que se corte el pelo (motivo más que suficiente, como comprenderéis). Y los tres se dirigen al sur, unos con metas predefinidas y otros, con un destino incierto. ¿Conseguirá el profesor ver a Lennon? Tampoco os lo voy a descubrir, que luego decís que soy un espoileador de esos.
Y ya tenemos los ingredientes para que David Trueba, de un argumento totalmente insípido nos haga una película que dice más que lo que la trama central indica, porque tampoco tiene tanto mérito que una fan loca de los Beatles se acerque al desierto de Almería a ver a su ídolo. Cosas peores hemos visto en las fans de los One Direction, o incluso de mis fanses blogueros. Claro que la película habla de más cosas, habla de una España a tres velocidades, la de las estrellas del cine que se movían en un rolls por la provincia y vivían en una pedazo mansión, la de los protagonistas, españoles totalmente normales con sus problemas conscientes del mundo represivo del que vienen (chica soltera embarazada, joven que deja sus estudios, un profesor en un colegio de curas) el de una España casposa, y finalmente, la velocidad de la Andalucía profunda, o al menos de la Almería olvidada, que aún hace cuarenta años sufría un atraso secular, y aquí nos muestra una Almería agrícola de subsistencia, con niños que pasan hambre y que piden dinero a "los de fuera". Una Almería dónde se decidió montar un estudio cinematográfico inmenso que dió mucha vidilla a los lugareños. La película también habla de luchar por conseguir un sueño (no confundir con Operación Triunfo) y que es necesario tener esos sueños.
Por otra parte, Javier Cámara se lleva el peso de la película, aunque a mi me resulta demasiado cómico en sus papeles, este lo hace de forma muy correcta, aunque parezca que es un tipo "demasiado", demasiado buena persona, demasiado coherente y serio pese a la locura de fan fatal que está cometiendo, demasiado responsable a la vez que irresponsable, demasiado guay, cuándo sabemos que por aquellos años el inglés se daba en ciertos sitios y no dejaba de ser una asignatura María, porque ya me diréis para que necesitaban los españolitos de a pie de los sesenta la lengua de Shakespeare. Él tiene los minutos finales dónde suena de fondo Strawberry Fields Forever, canción que creó John Lennon inspirándose en Almería, y sí, una genialidad de esas que tenía de vez en cuando el Beatle. Los chicos a mi en general me han gustado, sobre todo ella, aunque sea un personaje que no sabemos bien si va o si viene, porque el tema de su embarazo se la trae entre floja y muy floja, con lo preocupadas que son las madres de ahora, tampoco es que de muchas muestras de querer tener el crío, ni de no quererlo. Y el chico a mi me ha gustado, aunque su papel sea un poco insulso, aunque sea tan calmado y aunque le gusten los Rolling Stones.
Vivir es fácil con los ojos cerrados despunta en más cosas, en mostrarnos una Andalucía muy atrasada, con unos lugareños poco amigables pero con una gente de fuera entrañable cómo es el caso del señor catalán en Andalucía (el caso totalmente opuesto a lo que se dió en la realidad) y su hijo con una enfermedad mental que pone el puntito sensiblón. Yo creo que no os la podéis perder, y si lo digo es precisamente por esos minutos finales con el Strawberry Fields Forever, que da gusto escuchar siempre.
Estuve tentado de ir a verla pero el trailer hizo que al final pasase de ir a verla. Aprovecho para decir que Las brujas de Zugarramurdi me encanta pero peca del gran fallo del cine de de la Iglesia, que parece que siempre lleva a un punto en el que se atasca con los guiones y hace unos finales como muy atropellados.
ResponderEliminarBicos.
Bu ojala llegue aquí o hay un lugar para descargarlo?? Me gusta el acento español en pelis ;) saludos
ResponderEliminarooh la anotare!!me ha provocado curiosidad!! estare atento!
ResponderEliminarPues yo recien vi 3 Bodas de más y 8 Apellidos vascos, las Brtujas llego aquí ya hace un tiempo, pero está no, yo me imagino que hasta que lleguen los Oscares se pondrá en exhibición en México.
ResponderEliminarA mi el título me encanta cari, me parece poesía pura.
Una pieza inusual, muy en la línea de Trueba pero que ahonda en una decadencia humana en busca de su propia luminosidad cuando parecía que pertenecías a una raza extravagante por el sólo hecho de considerar la opción de ser diferente... Muy cercana, conflictos directos, historias comunes... A mi sí me caló...
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