jueves, 16 de enero de 2014

La vuelta al gimnasio

Lo sé chicos, entre yo y una escultura griega habrá escasa diferencia, es lo primero que imagino se os ha pasado por la mente al leer el titulo del post de hoy. Pues no váis mal encaminados, pero tiempo al tiempo, que Roma se conquistó en un día, ni Zamora en una hora.


Efectivamente, he vuelto al gimnasio, tiempo después. Tras haber saneado un poco mi maltrecha economía y tras tiempo decidiendo si volver al gimnasio o si convertir mi habitación en un mini gimnasio casero a base de unas simples pesas, una cinta de goma y un palo de fregona, sencillo pero demasiado abandonable. El proyecto del gimnasio me autoobliga a ir después de pagar el pastizal que he pagado así de golpe, una generosa cuota anual que ha dolido desprenderme de ella, de ahí una de mis principales motivaciones.

Pero si os hablo de motivaciones, no quiero que penséis que esta vuelta premeditada ha sido consecuencia -como muchos podrían maquinar- de los nuevos propósitos del año nuevo. Nada que ver, os lo aseguro. La vuelta estaba planeada ya para mucho antes y no se ha podido por cuestiones técnico prácticas. Pero ya no hay vuelta de hoja, ya estoy inmerso en la vorágine metrosexual, o si me apuráis un poco, en la vigoréxica, con perdón para los vigoréxicos por este mal chiste.


He escogido un centro público, unas escuelas deportivas céntricas aquí en Madrid, con piscina y su sala de musculación y cardiovascular. Ahí es dónde me paso yo el tiempo en esa sala de sufrimiento, dónde dejo atrás mis calorías, problemas diarios y ansiedades. Pero aparte de esa ligera mejora física que ya he notado en los escasos tres días que he ido, lo mejor del sitio que he elegido son las vistas. Si, queridas maricas del mundo, seguro que vuestras mentes calenturientas se habrán pensado que estoy allí, para ver esos cuerpazos sea levantando pesas o bien en los vestuarios y duchas. Pues siento defraudar en parte, que no os quito tampoco la razón, en ese sentido las vistas son buenas, así lo he comprobado ya, sea por los monitores, la chica que corre como una loca, el cuerpazo de esos sudamericanos o asiáticos (que ya me cuesta distinguir), o simplemente los nadadores de la piscina, que normalmente lucen buenos cuerpos. Pero os lo digo. No penséis mal, que lo que es un auténtico placer son las vistas, pero las vistas que tiene a Madrid. Desde la planta más alta de este edificio moderno enclavado en pleno centro, se puede disfrutar de preciosas vistas al lujoso skyline del barrio de Salamanca (dónde nuestro querido amigo hipster, Borja Thyssen hace sus compras), a las Torres de Colón, en la plaza con el mismo nombre, a la macrobandera española que allí instaló en su día Federico Trillo (el de Viva Honduras en El Salvador), la Torre de Valencia, o Torrespaña.
Pero he descubierto otro aliciente más para ir, por si fuesen pocos. Máquinas futuristas. Si, lo que leéis, las máquinas son futuristas. Ahí me senté yo asustado el primer día en una bicicleta estática con un pantallote táctil delante de mi y en grande un botón que decía "Ir", y fui, y empecé a correr, y a familiarizarme con la máquina. A mi lado, un abuelo circulando como un loco en su estática, al menos a unas 50 revoluciones por minuto y en su pantallote, Nunca Es Tarde, el programa de TVE dónde los españoles que están sufriendo penurias económicas, reciben ayuda desinteresada de los espectadores en un programa con presupuesto de la televisión pública que nos deja atónitos ante la pasividad del Estado en materia social. Pero la chica que tenía al lado no era menos, y esta sí que iba a autentica velocidad en la elíptica, ella estaba viendo un video de Jennifer López (JL para los amigos) moviendo su amplio y valorado trasero. ¿Pero qué inventos son estos? Allí en el pantallote hay un botón que dice TV, pero es que hay otro que dice IPOD, IPAD, su entrada de auriculares, libro electrónico, y no se me ocurren en este momentos más chuminadas. Yo, que venía de un gimnasio de pueblo, dónde las bicicletas apenas tenían pantallas, los auriculares te los llevabas tú con un mp3 me quedé impresionado ante los avances técnicos para que no salgamos del gimnasio.
Chuchis, yo os digo que mi operación bikini llevará muchos años, pero finalmente me convertiré en ese muscle bear por el que chicos y chicas suspiren (más si cabe), ese es mi propósito, y si no, tiempo al tiempo. Lo dicho.

7 comentarios:

  1. Y el cuerpazo que vas a tener :P... Por eso merece la pena sufrir un poquit.

    Un abrazo niño !!.

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    1. Toda la razón del mundo, Celso. Bueno, lo del cuerpazo es un poco discutible... que lo del Discóbolo quizá sea un poco una exageración.

      Bicos ricos

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  2. Chuchis, obvio que sin dolor no puedes ser feliz of course :)

    Tengo que hacer un post sobre el gym, es que pasa cada cosa inesperada jajaja. De todos modos queremos imagenes ya, del antes y despues.

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  3. Pues ánimo y a seguir. ¿Pero seguro que vas por las vistas, eh golfo?

    El mío no es tan moderno, las máquinas son como las de toda la vida.

    (Ah, no es JL, es JLo para los amigos de verdad)

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  4. Pimpfito, yo estoy en planes de comprarme una bici estacionaria para hacer terapia en mi casa, ir al gym me sale un poco lejos y pues mucha tentación también. Claro, la bici que compre no va a tener ni pantalla con imágenes, ni música, ni indicador de presión, etc. Creo que será una bici normal anclada al suelo y con su freno para la resistencia XD bueno tampoco tanto, pero si quiero buena vista mejor solo miro por mi ventana. Saludos!

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  5. Jajajaja pues yo estoy pensando en cambiar de gym, que al que voy va muchísima gente! Y la verdad que las flacas que van son todas muy mayores y la retina también quiere distraerse! Jajaja Ok, bueno, habrá que esperar para ver los resultados! Ponle fuerza! Y mucho entusiasmo! Un enorme abrazote!! Mi pancita ha disminuido! Un milímetro! Pero ha disminuido! Jajajaja

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  6. Hace ya un par de años que no piso el gimnasio. Lo sustituí por los deportes colectivos de raqueta, pero también porque los precios eran prohibitivos para los tiempos actuales y porque no tengo ninguno a mano y tener que coger el coche cada vez para ir me da mucha pereza y pierdo mucho tiempo. Si lo tuviese más a mano igual iría un poco, pero pagar una barbaridad por ir sólo cuatro veces al mes me parece exagerado. Pero si tu vas quiero ver los resultados ;)

    Un beso (cardiovascular)

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