domingo, 13 de abril de 2014

Crónicas Borbónicas. María Cristina Me Quiere Gobernar (II y final)

Habíamos dejado a la regente María Cristina en Paris, exiliada, mientras asumían la regencia en nombre de su hija Isabel II, Espartero, y otros políticos que fueron turnándose a tal fin. Sin embargo, la situación en España era cada vez más ingobernable. Desde el exilio francés, no tardó ni un mes en crear un gobierno paralelo en dicho país, y de conspirar para el derrocamiento de Espartero. Decidieron conceder la mayoría de edad a Isabel II con trece años para evitar males mayores.
 
El General Espartero
Con el reinado de Isabel II, su madre, María Cristina consigue volver en 1844 a España. Vive con su marido Agustín Muñoz en el Palacio de Vistalegre, en Carabanchel. Su autentica pasión era la música y el canto, porque ella lo que se dice buena estudiante no había sido jamás, se traen a lo mejor de la música italiana a España, y mangonea todo cuanto quiere en su hija Isabel. Es en esta época cuándo ella y su marido tienen numerosos negocios en cualquier tema industrial que se moviese en España, especialmente en lo referente a la sal, al ferrocarril o el comercio negrero, porque sí, nuestra María Cristina sacaba pingües beneficios con la venta de esclavos. Se decía que la reina madre tenía intereses en todos los negocios que había en el país. Durante esos años, se pactó también el matrimonio de Isabel II con Francisco de Asís, algo que ni su hija le perdonaría jamás a su madre, ni Francisco de Asís. Se había creado un nuevo enemigo, por si no tuviese ya pocos. Otra enemiga acérrima suya era su hermana, la que la había traído de Nápoles, y que también tenía sus intereses puestos en el gobierno de España, ésta, liberal, consideraba que su hermana le había fallado.
Agustín Muñoz, Duque de Riansares
Pese a su odio hacia Francisco de Asís, no dudó en acercarse a él en más de alguna ocasión para intentar declarar imposibilitada para gobernar a su hija, ambos con interés común en manejar si cabe todavía más el país. Finalmente, y tras varias intrigas palaciegas por controlar a la reina, deciden enviar nuevamente al exilio a la reina madre, desposeyéndola de la paga vitalicia que le habían concedido, y aún así, yéndose con una gran fortuna.
 
Del exilio volvió en contadas ocasiones. Ella intentó volver más de una vez, y manejar el país, pero los sucesivos gobiernos que su hija ponía al frente de España ignoraban su voluntad de volver. Claro, otra de sus enemigas fue su propia hija que jamás le perdonó su matrimonio con el afeminado Francisco de Asís, sin lugar a dudas, el mayor quebradero de cabeza de la reina. Solo volvería, María Cristina en contadas ocasiones y muy puntuales a España. Una de ellas cuándo fue nombrado rey de España su nieto, Alfonso XII, entre otras cosas porque era algo doloroso para su hija Isabel II a la que iba a suceder su hijo. Vio con malos ojos el matrimonio de Alfonso XII con María de las Mercedes (la de la coplilla), algo que le distanció un poco de su nieto.
 
María Cristina, años antes de morir
Su marido, Agustín Muñoz fallecería en Le Havre, Francia, en 1875. Le permitieron volver a María Cristina para su sepultura en Tarancón. Y volvería a España una vez más, para la boda de su nieto, Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo-Lorena (que llegaría a ser también regente de España). Pocos meses después de la boda, fallecería la reina madre, también en Le Havre, que por expreso deseo suyo, debería ser enterrada con su marido Muñoz en Tarancón. Sin embargo, sus restos reposan, desde siempre en el Monasterio de El Escorial, junto a su primer esposo, Fernando VII.
 
Quedaba España ya un poco más tranquila, sin esta representante del antiguo régimen. Finalizaba definitivamente la pesadilla que ella y su marido provocaron a lo largo del siglo XIX en España, claro que, ¿Quién ha dicho que algún país gobernado por los Borbones tuviese un futuro tranquilo?

2 comentarios:

  1. Caray! resulto toda una joyita! y de las iluminadas! jejejeje

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    1. Una crack, pero no fue la única. Chuchi, si es que los Borbones, los mires por dónde los mires son siempre un fuente de inspiración.

      Bicos Ricos

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