viernes, 15 de noviembre de 2013

Me cuesta tanto olvidarte...

Recordaba esta mañana cuándo se armó la de Dios es Cristo en este blog allá por el año 2010, hace casi tres años y parece sin embargo que fue hace un milenio. Contaba yo en mi blog una experiencia que había tenido con un chico en una de estas vacaciones a las que tanto me había acostumbrado D., ni corto ni perezoso entendí que las vacaciones para eso estaban, porque cuándo uno ya no tiene pareja tiene toda la libertad del mundo para liarse con quién le de la gana. Y lo había pasado bien, recuerdo. Ese mismo día D. descubrió, casualmente el blog, pues hasta el momento aunque sabía que yo tenía un blog, nunca le había dicho cuál era. Y si, se lió parda, porque ese día y los sucesivos comenzaron a entrar matones a sueldo lectores anónimos para ponerme a caer de un burro. Tiempo después nos reconciliamos, hablamos de la gente con la que yo había quedado pero sin profundizar, no me apetecía hacer daño a alguien que lo estaba pasando mal, pese a que él me pedía detalles ¿Por qué? En más de una ocasión se echó a llorar por asunto similar. Entendí que si, que las vacaciones están para disfrutarlas pero que tu expareja no es bueno que se entere de ciertas cosas, por mucha sinceridad que deba haber en una relación.
 
Y sin embargo, hoy estoy en el polo opuesto, el que está dolido. No, no es que me haya enterado que D. haya tenido nada por ahí, que es muy probable, pues uno no es de piedra, existen las necesidades sexuales y además, es libre de hacer lo que le venga en gana en ese sentido. Pero he cometido varios errores, y el primero es interesarme por su estado de ánimo. Ponía en su biografía del Facebook un pedazo de fragmento de canción, de Mecano, Me Cuesta Tanto Olvidarte. Efectivamente, una de mis canciones preferidas del grupo madrileño y probablemente la más lacrimógena, aunque si os soy sincero, he llorado también con alguna otra canción suya. Así es como me ha llegado, tarde, porque he visto un primer sentimiento suyo en mucho tiempo, pero me ha llegado tarde, y aunque el texto lo dice claramente "aunque fui yo quién decidió que ya no más, y no me canse de jurarte que no habrá segunda parte, ME CUESTA TANTO OLVIDARTE"... y me puse tierno, en modo Baute, como diría yo, empecé a darle vueltas a la cabeza, sobre todo al daño que podría haber hecho en su momento a D., pensé en esas duras tardes de invierno de domingo, sin mucho qué hacer y sin más compañía que la de María Teresa Campos. Empecé a ablandarme. Pero anteayer me puse en modo detective privado -otro error- y así fue que me encontré a D. en una de esas aplicaciones del demonio, bajo un nick y una apariencia oculta, y así fue que entablé conversación con él para confirmar qué era él, y así fue que me llevé un enorme chasco. Y no es que debiese decir chasco, pero me he sentido mal, muy mal, así os lo digo. ¿Nos animamos a quedar? termina diciéndome minutos después. Desaparecí y esetuve llorando un rato.
 
Pero detrás de un gran bloguero siempre hay una voz experta que te ayuda en tiempos complicados. Así fue como alguien muy especial me comentó "no sé por qué le cuesta tanto olvidarte ahora, cuándo hace ya un año que no te quiere, lo dejó bien claro", y esto me abrió un poco los ojos, me hizo ver que todo era otra vez parte de ese engaño en el que he estado sumido durante cuatro años y medio. Quise autoconvencerme de que buscando sexo a través de esas aplicaciones del demonio era una buena forma de olvidarme. Pero esa voz que me ha apoyado los últimos meses también me ha dicho que lo deje volar libremente, y no le quito la razón, es la mejor forma de olvidarme, pero creédme, la teoría yo me la sé muy bien, lo realmente complicado es la práctica. Si, sé lo que tengo que hacer, y cómo lo tengo que hacer, pero olvidar "quincemil encantos" es difícil, aunque haya habido "veinte mil desencantos".
 
Entendí totalmente a D. en crisis anteriores, entendí su dolor por leer cosas que hacen daño cuándo quieres a alguien, y pese a ello aquel post sigue ahí, pese a que en su día me pidió que lo retirase. Entendí sus lágrimas amargas cuándo ayer solté las mías, más sabiendo que yo había hecho lo mismo, y de hecho lo hice en estas vacaciones. ¿Qué paradójicos somos los humanos no? No hagas lo que no quieras que te hagan, la teoría es sencilla. Pese a todo la ruptura es un hecho, y ya no hay vuelta atrás por ninguna de las partes, pero... ¿Hasta cuándo esta horrible sensación de angustia?

7 comentarios:

  1. ¿Hasta cuándo? Pues espero que se te quite pronto, hombre, que ya es hora de que vuelvas a disfrutar de la vida.

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  2. Mi angustia duró muy poco...en parte porque me di cuenta que M me había olvidado hace mucho...mucho...mucho... a seguir Pimfillo...yo me siento nadando en un bello mar de posibilidades...imagínate tu que eres más guapo...si viviera allá no te me arrancabas!

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    1. Si, quizá debiera volver a tener como referencia la famosa frase de "te tengo olvidado desde noviembre del año pasado" es algo que me da muchas fuerzas, algo por lo que luchar.

      Bicos ricos

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  3. Has ta que no haya culpa, hasta que nos os busquéis, hasta que el recuerdo sea tan leve que no hiera, hasta que puedas pronunciar su nombre sin que se mueva algo por ahí dentro... sigo??? Lo dejaremos en tiempo y en respeto a tu proceso. Te mando mi convicción y mi fuerza, amigo. Besotes.

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  4. ¡Ay! ¡Qué complicao es el amor, PImfito! ¡qué complicado!... ¡Y qué difícil dar consejos! jejej!
    En fin! Creo que lo tienes claro. Aunque duela.
    Esa canción es preciosa. Una de mis preferidas del grupo, también. Eso sí: las cosas bonitas de la vida, cuesta mucho olividarlas. Cuesta olvidar a las personas que has querido, las situaciones agradables, lo bonito de la vida en su conjunto. Y... digo yo: ¿para qué olvidar?. NO me gusta olvidar. Me gusta recrearme algunas veces en lo positivo que ha habido en mi vida y ya pasó. Sabiendo que ya no está, que está superado y asumiendo con una tremenda melancolía que la vida es así, y que eso de que "cualquier tiempo pasado fue mejor" es muy discutible.
    Presente. Tienes el presente y un largoooooo futuro. Ahí es donde hay que mirar siempre... el pasado se queda en la melancolía. ¿Para qué más? Ese es su sitio y ahí debe de estar para no impedirnos afrontar las felicidades del presente.
    Besotes, guapo!!!!!
    Angel

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  5. Lo mejor cuando se tiene un ex con el que se ha terminado de forma traumática es no saber nada de él. No preguntes por él a tus amigos comunes, no mires su facebook, procura no acudir a los sitios donde es posible encontrártelo, y si alguien te quiere contar algo de él córtale y dile que prefieres no saberlo. El tiempo hará el resto.

    Un beso (para olvidar)

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