La semana pasada emprendía mi viaje a Galicia con una mala noticia y me volvía de Galicia con otra mala noticia. Se habían ido dos grandes, uno a nivel político gallego y otro a nivel personal. Y este post en parte viene por mi reciente viaje y por la proximidad de la festividad de mañana, el día da Patria Galega.
Cuando había quedado con la gente con la que compartiría el coche en mi viaje a Galicia, decidí que antes de estar con ellos me tomaría un café rápido, y ahí fue, cuándo ojeando El País o El Mundo, ya no recuerdo, me enteré de pasada que en un obituario aparecía una cara conocida, un tipo calvo con gafas de culo de vaso y bigote, era un conocidísimo político gallego. Anxo Guerreiro, Geluco como lo conocían muchos, fallecía tras haber sufrido una dura enfermedad los últimos años, una enfermedad que no hace falta ni mencionar, la que deja atrás a tanta y tanta gente. Pese a una aparente mejoría, la enfermedad puso fin a su vida justo el día que algunos rancios todavía celebraban el Alzamiento Nacional (el golpe de estado que llevó a España a una Guerra Civil y a 40 años de dictadura). Pues bien, Anxo Guerreiro también sucumbió ese día, aunque en 2013. Fue estudiante de químicas, carrera que no llegó a terminar porque la política le motivaba mucho más. Así fue que formó parte del Partido Comunista de Galicia durante la dictadura, unos años de clandestinidad que llevaron a Anxo a ir a prisión en tres ocasiones, por comunista. Y llegaron tiempos mejores, de dictaduras desaparecidas y de militancia junto con Santiago Carrillo en el PCE, de presentarse como diputado autonómico en las elecciones de 1981 y ser el primer diputado comunista del Parlamento Galego. Vinieron tiempos en que los resultados electorales no acompañaron y en los que se pasó a un partido que había creado él, Esquerda Unida-Esquerda Galega, una ramificación de Izquierda Unida en Galicia. Y llegaron las elecciones de 1997 en las que decidió que se presentaría en coalición con el PSdeG PSOE y esto no se lo aceptaron en Izquierda Unida, por lo que abandonó la formación para crear el EdG, Esquerda de Galicia con la que se presentaría y obtendría dos diputados. En las próximas eleciones, el PSdeG de Touriño no quiso renovar esta coalición y aunque Guerreiro y su EdG se presentaron el fracaso en los resultados hizo que dimitiese de su cargo y que desapareciese de la primera línea de la política gallega, terminando los últimos años como colaborador en alguna tertulia política en la TVG o en alguna televisión local.
Ya quedaban unas horas para que me volviese a Madrid cuándo estaba preparando la maleta y mi madre me preguntaba si había ido a visitar a mi abuelo. Con el poco tiempo que estuve en Galicia y la agenda tan apretada decidí que lo mejor sería esperar dos semanas y poder ir a visitarlo. Mi madre me comentó que había tenido unos días complicados, que había estado en el médico con algo similar a ansiedad. Se había muerto un primo suyo de más o menos su edad hacía tres semanas. Este primo era un compañero de correrías, compañero en la juventud, compañero de trabajo en los barcos en los que surcaron los océanos en busca de pescado, convecino y un hombre muy conocido en el pueblo. A nadie se le ocurrió comentarme nada. Su hijo pequeño era tan solo una semana más joven que yo, mi vecino y también compañero de aventuras infantiles, por eso siempre habíamos estado unidos, o por el abuelo o por sus hijos. Yo recuerdo mis últimos viajes a Galicia, también íbamos a la misma cafetería todos los días, a leer el periodico y a tomar yo café, él un vino, y cada vez que me veía me decía siempre lo mismo "¿Que tal Pimpfi? ¿Que tal por los Madriles? ¿Y el trabajo? Que bien se vive siendo funcionario Pimpfi, estás siempre aquí en el pueblo, yo quiero ser como tu". Y yo siempre le respondía "Mario, y yo como tú, que mira, estás todos los días aquí y aún trabajas menos que yo". Se echaba a reir y me decía "me voy a ver si está tu abuelo, vamos a ver el tiempo". Y allá se iba con las manos apoyadas en la espalda en busca de mi abuelo para ir al paseo marítimo a ver las nubes y adivinar así el tiempo de los próximos días o de las próximas horas. Yo me quedaba ya pensando en mi viaje de vuelta a Galicia, a ver cómo me diría en esa ocasión que yo vivía muy bien.
Si, cada vez que voy a Galicia tengo el mismo sentimiento, asumir las pérdidas de las que de una u otra forma te enteras en tan solo unas horas, y compaginarlas con la felicidad de estar con los tuyos durante uans horas, quizá, y solo quizá, sean las últimas veces que los veas.
Poco a poco las generaciones se marchan, nos dan paso, para estar en la primera linea de la despedida.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Si, el día menos pensado somos nosotros los que diremos adios... mientras... a disfrutar esos pequeños momentos.
Eliminarbicos ricos
Exacto, creo que eso es la vida, entrelazar momentos de encuentro y despedida, mientras tanto no perdamos tiempo para estar con quienes son importantes en nuestra historia.
ResponderEliminarSi, es una sensación agridulce, te resta felicidad en los momentos de los encuentros pero hay que sacar fuerzas para saber disfrutarlos.
Eliminarbicos Ricos
Es el ciclo de la vida Pimpf, las cosas pasan asi. Hace poco falleció mi nona, y me quede muy triste tambien
ResponderEliminarClaro, cualquier fallecimiento es una tristeza muy grande... no es dolor por la pérdida de este hombre, es la sensación extraña de que poco a poco se van yendo y tú te enteras esos cuatro días que estás en casa.
EliminarBicos ricos
ay pimpf perder a alguien es triste y me hace acordar lo breve que es la vida =(
ResponderEliminarMe pone triste muchas veces recordar o ver como algunas personas amadas se van
La vida tiene también cosas muy bonitas Dami, lo que es triste es perder en vida a alguien a quién tú aprecias... lo otro, es parte del juego.
Eliminarbicos Ricos
Perder a alguien a quien quieres siempre es duro, y más si estás lejos.
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