Inocencio VIII. La primera transfusión de sangre.

Muchos de vosotros sabéis que una de estas funciones del blog es la de culturizaros un poco más, y llenar vuestros cerebros de conocimientos, que no es que estéis faltos, pero que, siempre agradecéis lo poco que yo os pueda enseñar. Hecho el chascarrillo, pasamos a lo realmente histórico.

 

El pasado 25 de julio, fecha en que los gallegos debíamos estar celebrando el día de nuestra patria y la festividad de Santiago Apostol, todos estábamos más pendientes de lo que había ocurrido en la tragedia del accidente del tren Alvia a escasos kilómetros de la llegada a la estación de Santiago. Fruto de ello, como muchos sabéis, son los 79 muertos y los numerosos heridos que necesitaron asistencia médica en los hospitales. Ante la avalancha de heridos que llegaron al Hospital Clínico de Santiago y algunos de los alrededores, comenzó a llegar a través de prensa y redes sociales la demanda por parte de estos centros médicos de transfusiones de sangre para atender a los heridos. Algo muy común en este tipo de desgracias. Lo que no se nos pasaba por la mente en ese momento era la efeméride del día, la primera "transfusión de sangre de la historia".

 

Efectivamente, un 25 de julio de 1492, fallecía en Roma el papa Inocencio VIII, un papa nefasto para la historia y de lo más controvertido, a él se le practicó la primera transfusión de sangre de la historia, hace 521 años, o lo que fue el primer intento de transfusión. Inocencio VIII fue ordenado papa de la iglesia católica en unos años muy importantes para la historia, rodeado de ese misterio que todos los cónclaves tienen, su colocación como preferido entre los cardenales le hicieron ser nombrado en 1584 cuando contaba con cincuenta años, y aunque "reinó" durante 8 años, estos fueron suficientes para montar un caos historico. Era viudo y padre de 8 hijos o de trece y y algunos bastardos, entre los que se cree que uno de ellos era el propio Cristobal Colón, y el parecido de ambos es asombroso. Fue también uno de los precursores de la Santa Inquisición e intentó también lanzar una cruzada contra los musulmanes pero no lo consiguió por falta de apoyo entre las monarquías europeas. Lo que realmente nos preocupa hoy, como ya dije antes es la transfusión.

 

Inocencio VIII padecía hidropesía, una insuficiencia renal crónica que en los últimos años de su vida lo mantenía prácticamente postrado en su lecho, con algunos momentos de lucidez y otros de autentico malestar. En sus últimos días apareció por Roma, surgido de no se sabe dónde, un médico judío, aunque tampoco se sabe si esto es cierto del todo, pues ya se sabe que es muy fácil culpar a los judíos de todos los males. Este judío aconsejó, tras hacerle varias sangrías, que el remedio para su enfermedad sería cambiar su sangre por una sangre más joven, y para ello encontraron a tres "voluntarios" cuyas familias dieron su consentimiento a cambio de un ducado de oro para que diesen voluntariamente la sangre al papa que estaba a las puertas de la muerte. Lo que no se contó fue cómo se extrajo la sangre a los niños de diez años, a los que probablemente cortasen la carótida falleciendo por hemorragia a las pocas horas, tres víctimas inocentes para salvar a inocencio. Como las investigaciones sobre la circulación de la sangre no se habían iniciado prácticamente, el desconocimiento sobre la misma era total y la forma de introducir la sangre nueva en el papa fue por vía oral. La operación no resultó como se esperaba, los cóagulos de sangre hicieron más complicada la operación, y la transfusión vía oral tampoco, el papa terminó falleciendo.

 

No sería hasta 1818 año en que por primera vez se haría una transfusión sanguínea con éxito.