Estoy convencido de que me ha mirado un tuerto, lo tengo clarísimo, y tanto que el sábado por la noche me miró un vizco, que yo no tengo nada contra los vizcos, pero sé de buena tinta que me ha mirado. Cuando las cosas no van bien, no van bien, y muestra de ello me ha dado estos días Billy.
A estas alturas de la película no contaba con hacerle un post a Billy, no entraba en mis planes vitales, ni lo había llegado a considerar merecedor de otro post, pero se lo ha ganado, está clarísimo, y no por bien, todo lo contrario. Cosas del alto EGO.
De un tiempo para aquí, nos escribíamos a través del teléfono. Tras la ruptura con D., esto se había intensificado un poco. Un trato correcto, sin pretensión alguna por mi parte más que un poco de cháchara. Ya sabéis que en momentos duros, siempre se necesita alguien a tu lado que te apoye un poco, quién mejor que él, que conocía la historia de D. desde el principio para hacer un poco de oreja y subirme el ánimo. Solo el ánimo, advierto, que luego puede dar lugar a malos entendidos.
Hace unos meses tuvimos una charla en la que llegamos a ponernos de acuerdo en varios puntos, ni él tenía intención de volver jamás conmigo, ni yo tampoco. Concretamente yo lo había descartado totalmente al carecer de las luces suficientes para lo que yo necesito tener al lado, él tendría sus razones, supongo. Otra de las conclusiones fue que tampoco había ya tensión sexual, por mi parte dejé hace mucho de tener ese interés, él parecía que también. Podíamos charlar sin problemas como amigos, sin más pretensiones, por los cauces establecidos, en la distancia, y si se pudiese dar algún encuentro, lo habría sin problema. Vamos, que llegamos a un acuerdo de mínimos sobre lo que debe ser una relación normal entre dos personas, más que nada por evitarnos las broncas cada vez que nos poníamos en contacto, que era algo bastante común, y con D. al lado, más aún, ya os lo digo.
Pues estos días ha estado un poco con la mosca detrás de la oreja. Se extrañó de que en tiempos tuviese que rogarme para tomar un café, y ahora charlásemos casi a diario, me preguntó a qué se debía, y yo le dije, sinceramente, que no tenía a D. y que eso lo notaba, que tenía más tiempo libre y ya no estaba atado a no poder hablarle para que no le pareciese mal al otro. No sé si le convenció o no. Pero fue un poco parco en sus comentarios a partir de ese día. Aprovechaba en ocasiones para contarme hazañas sexuales, sus nuevos gustos. Me ha parecido perfecto que me contase esas cosas, no me quitaron el sueño. Se le escapaban comentarios del tipo "somos amigos", como marcando territorio, demostrando que no éramos nada más, aunque en otras ocasiones aprovechaba para recalcar mis errores en aquello que tuvimos si se le puede llamar relación. Pero ayer, en medio de una conversación de otra cosa, me preguntó si llevaba otras intenciones ocultas que aún no le había comentado. Le dije que no, y también le pregunté si le molestaba que charlásemos, en cuyo caso, vacaciones y problema arreglado. No dijo que si, pero tampoco dijo que no, dijo que tenía la impresión de que buscaba en él algo más. Le conté que era todo mucho más simple, que no lo estaba pasando bien y necesitaba un poco de apoyo, que él por lo que me conoce, por lo que sabe, y por lo que sabemos que no tenemos intención de que suceda, era la persona adecuada para entender un poco mis sentimientos, que me había defraudado un poco al pensar así, aunque no le dije que me había defraudado muchísimo, no le dije que me parecía un engreído, no le dije que no lo aguantaría más de dos horas seguidas, ni que no le veía las luces suficientes para que se me pasase por la cabeza la idea de intentar algo más allá de un poco de charla. Tiempos eran tiempos (otro de los lemas que le gustaba recalcar... que había pasado mucho tiempo). Efectivamente, tiempos eran tiempos.
Le dije que tenía muy claro lo que quería, pero no le dije que tenía muy claro lo que no quería, y no quiero a mi lado a nadie problemático, como me ha ocurrido estos últimos cuatro años, jaleo día si y día también, no le dije que no quería a mi lado a un egocéntrico que solo pensase en si mismo, que también me ha ocurrido, ni le dije que no quería a mi lado a un descerebrado, que no quería a mi lado a alguien engreído, No le dije un montón de cosas porque sería entrar otra vez en la espiral de destrucción mutua que hemos tenido los últimos años y de la que ya estaba cansado. Le dije que no le molestaría más, si es que le molestaba hablar conmigo, que le felicitaría en el cumpleaños y poco más. Su respuesta fue dura e innecesaria, como muchas de sus respuestas "no me gustan los cumpleaños". Y es cierto, siempre ha sido un desmemoriado de los cumpleaños, pero capté el mensaje y estuve llorando un buen rato. A perro flaco todo son pulgas. Al rato me dijo "no es eso", le dije que había llorado y me contestó "yo también lloré en su día" y le pregunté si tenía pensado hacerme pagar por sus lágrimas toda la vida, como si yo no hubiese llorado lo mío por él en su momento. Se hizo el silencio.
Quizá estaba deseoso de un reencuentro sexual que no se produjo, y de ahí el "ah, no, si yo tampoco quiero".
ResponderEliminarNo creo, tiene dónde elegir. Le gusta marcar distancias.
ResponderEliminarBicos Ricos
Es curioso, pero recién cuando se ha terminado con una pareja es que se puede reconciliar la anterior, me ha pasado también, es una coincidencia ayer me envio un mensaje mi ex anterior y al leerla no sentí cólera, ni rechazo, en realidad no sentí nada, creo que podríamos llegar a ser amigos. Espero te recuperes pronto! Yo también afirmo lo tuyo! No estoy muy seguro de lo que quiero! Pero si SE lo que NO quiero.
ResponderEliminarIgual, pienso yo, que Billy te apoyó en el momento más dificl y no tiene por que haber relaciones sexuales.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Opinar en estos temas es arriesgado... No fuerces nada, es lo único que hoy por hoy me funciona a mí y los silencios hablan por sí solos, esa es la verdad... Pero deja que todo se recoloque...Besotes.
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