No, caris, que no me refiero yo con estas cosas a amor a tres bandas, ni tríos, cuartetos, cuernos compartidos, ni nada similar. Que esto va por otros derroteros, de estos en los que uno no sabe dónde meterse, una situación embarazosa, pero para bien, no os vayáis a pensar tampoco.
No se si en alguna ocasión os he hablado de uno de mis amigos del pueblo, conocido en toda la comarca por tener el miembro más grande jamás visto. Ahm, amigos, que si, ¡que el post de hoy es picantón! Tampoco hay que hablar más de él, con decir eso está todo dicho. Bueno, el chico es muy majo, y es que siendo amigo mío tampoco había necesidad de aclararlo, por si alguien tenía alguna duda. Moreno, cuerpo de deporte y fuerte, brazos más fuertes todavía, manos grandes, un chico con un sentido muy amplio del humor, y con bastante coco. Estudiamos juntos, por lo que tenemos un motivo más para charlar siempre que nos encontramos.
Así ocurrió este sábado. Entre copa y copa que nos encontramos después de dos meses, y comenzamos como es habitual a ponernos un poco al día de nuestras cosas, normalmente asuntos de trabajo (a ver cuál se queja más, él vive cerca de casa y tiene un trabajo que le estresa, yo vivo relajado, pero lejos de casa). Nos encontramos también a una antigua conocida que había estudiado con nosotros y salido con alguno de nuestros amigos, también se dedica a estas cosas que hacemos los economistas que no estamos en el paro, a la banca. Que si proyectos de futuro, que si quejas por lo que habíamos estudiado y su poca aplicación a la hora de la vida real, que si la mayor parte del temario hubiera sobrado, porque lo que realmente nos medían era la aptitud para salir adelante en la vida una vez terminada la carrera, y un largo sin fin de temas poco provechosos en una noche de sábado.
Copa va, copa viene, hasta que les digo que me disculpen un momento, que me voy al baño, y él me sorprende con un "¡Espera que yo también voy!". Pues vale, cari, allá vamos y seguimos de cháchara por el camino. Claro, un solo servicio para dos personas y un solo retrete. Entro, y él sujeta la puerta y me suelta un "¿Te importa si compartimos?". No sé si los ojos me hicieron los 7 de las tragaperras, que esa fue mi impresión, y solo faltó mi respuesta con la música de los "pajaritos a volar". Mi respuesta no podría haber sido otra "¡yo con esa cobra ahí no puedo hacer pis, que me corto!", pero realmente fue otra "Sin problema, mientras no me salpiques...".
Ains, caris, sé que mis queridos y recatados lectores dirán que a ellos esas cosas les dan igual, que el tamaño no importa, bla bla bla. Chuchis, una cosa es decirlo en un blog, pensarlo, pero a la hora de la verdad estos regalos visuales de vez en cuándo vienen muy bien. Te suben la moral y algo más. Y todo ello requiere un gran esfuerzo mental, también os lo digo. Que no todo el mundo tiene mi fuerza de voluntad para estar presenciando tal espectáculo sin hacer ninguna burrada y disimulando como nadie en el mundo. Cierto es que me estaba contando una historia de una excompañera suya que cobraba un pastón, y que iba a cobrar un poco más, y que me decía cifras astronómicas mientras miccionábamos, y yo solamente le decía que si a todo, como haciendo que le escuchaba, que uno tampoco tiene superpoderes.
Tengo que decir que también me pasaron miles de cosas por la mente en ese breve lapso de tiempo. Me acordé una vez más de D., instintivamente, pues él tenía cierta pasión por este amigo que, mientras te habla, si tiene unas copas encima no deja de pasarte el brazo por encima, la mano por aquí y por allí. Un sol, vamos, que calienta más que el astro rey. Me acordé de la escena del Golden Member, solo que en esta ocasión no hubo comentario alguno por parte de ninguno de los dos, lógicamente, Supermán no le va a decir a Batman que es mejor superhéroe que él. Me acordé de su novia, pobre. Me acordé incluso del blog, y es que tenía que tener la mente en otras cosas para no caer en la vulgaridad, en la que espero no haber caído.
¡Ya os quería ver a vosotros en situación similar! ¡Bribones!
Yo no sé como reaccionaria si te soy sincero... yo cuando voy "miccionar" y hay alguien a mi lado es que no puedo... ¡me es imposible!.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
A mí me pasa lo que a Celso, no puedo mear con alguien al lado, ¡es imposible! Maldita vejiga tímida...
ResponderEliminarJajajaja bueno es regla del baño que mientras lo tienes en la mano, no miras al costado, miras de frente jajajaja que si ves al compañero se te puede secar el ojo! Jajajaaja Yo la verdad lo entiendo, porque tengo que tener mucho cuidado al orinar, sobre todo de no rasparme la puntita con el piso! Jajajaja
ResponderEliminarEs como tener un regalo con el que uno no sabe muy bien que hacer.... Hummmm... Una chispa de vida y de humor... Besotes.
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