lunes, 14 de febrero de 2011

Parábola del bambú de la suerte

Pedro era un joven alegre a quien su pareja, Martín, le había regalado un par de tallos de bambú de la suerte. Martín consideraba que no necesitaba esas plantas, ni tenía espacio para ellas, ni le gustaban ya. Pero para Pedro las plantas se habían convertido en un símbolo.

Cuando Pedro las vio se alegró, era la primera vez que alguien le regalaba algoasí, en sus manos caían unas plantas y sin saber si tendría mano para la botánica aunque no necesitasen grandes cuidados, las tomó con mucho cariño. Venían en una bolsa algo mustias tras pasar varios días sin agua alguna. Y Pedro las colocó en un lugar vistoso, para observarlas día a día, al llegar a casa, para que la gente cuando pasase por allí le preguntase por ellas. Les buscó un frasco amplio, lo llenó con agua y unos pequeños guijarros que venían en el kit de la esperanza. Pronto, las plantas volvieron a recuperar el aspecto que seguramente habían lucido antaño, cuando las compraron por primera vez, cuando las regalaron por primera vez, nada que ver con su aspecto días atrás.

Sin embargo, su tallo comenzó a amarillear, y las primeras hojas, verdes no hacía mucho, comenzaron a secar. Pedro dedició que era el momento o bien de actuar sobre ellas o de tirarlas definitivamente. Ambas necesitaron una cura de urgencia, le fueron arrancadas las hojas muertas, un cambio de agua, un poco de fertilizante líquido y un cambio de lugar, ahora, en zona mucho menos vistosa pero con más cercanía de la luz del día. Las que antes había estado entrelazadas, se veían ahora separadas momentaneamente. Una de ellas comenzó a marchitarse del todo, su tronco comenzó a debilitarse y a ennegrecer, la otra, de más o menos la misma altura, aunque con algunas hojas secas, se mantuvo primero, después recuperó el color verde de antaño. y de una de sus espirales apareció un pequeño brote, muy verde y llamativo, unas pequeñas hojas querían despuntar. Pasaron los días y el brote verde se convirtió en una rama fuerte. La planta que se había ido marchitando, terminó de morir del todo y pasó a servir de abono para la planta que se había quedado sola.

Pedro aprendió que las plantas solo salen adelante si tienen unos cuidados mínimos, con ellas y que mejoran si los cuidados son más atentos, si les hablas, si las escuchas, pese a esa idea inicial que tenía de que las plantas no hablasen. Que su cuenco no era quizá el más apropiado para esos dos tallos y que las plantas al sol, ganan en vida y sus brotes salen más fuertes. Pedro intuyó que aquello que decían de que la energía ni se crea ni se destruye, que se transforma, es totalmente cierto, lo que tras de si dejó la planta mustia sirvió a su planta para crecer, permaneciendo para siempre con esta.  

En verdad, en verdad os digo que no tengais plantas si no les vais a prestar atención.

17 comentarios:

  1. jaja A mi sin embargo me ha dado otra impresión: que la planta fuerte se ha comido a la chica, que una ha sobrevivido a costa de matar a la otra, que no eran compatibles y que ha prevalecido la mas fuerte.

    Mi madre no quiere plantas en casa, no admite ni una, dice que eso es muy ordinario y que las plantas en casa queda como de carniceria de barrio o algo asi, solo las quiere en el jardín, así que mira, al menos me evito tener que cuidarlas, jaaja

    Bezos

    ResponderEliminar
  2. Buen relato Pimpf, todo hay que cuidarlo para que no se sece sea lo que sea.
    Un besazos

    ResponderEliminar
  3. Uhmmm, mira tu madre que adelantada a las tendencias de decoración, es un poco cuestión de gustos, mi madre también es de plantas en el jardín, y lo tiene... divino. Bueno, el final, o la moraleja del post, Pedro tenía la suya, pero es libre a vuestros pensamientos. No hay verdades absolutas.

    Fran, calla, calla, que luego intentamos regarla cuando empiezan a secársele las hojas y es ya demasiado tarde.

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar
  4. es bonito, y tienes razón, a las plantas hay que cuidarlas todos los días, porque si no se marchitan, y puede llegar otra persona que sepa hacerlo mejo y no darnos cuenta.

    Un beso cielo

    ResponderEliminar
  5. Jajaja, bueno, voy a estar comedido con mi respuesta, pero si, hay que cuidarls un montón, aunque parezca que solo necesitan agua.

    Bicos ricos

    ResponderEliminar
  6. Es cierto, aveces hay que hacer cambios y algunos sacrificios para salvar lo que queremos. Ahora esa planta se ve mucho más fuerte :)

    ResponderEliminar
  7. Dos brotes tiene, que se dice muy rápido.

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar
  8. Yo creo que los tallos esos de bambú están trucados para morirse y que te tengas que comprar otros (como los pascueros de navidad) no conozco a nadie, incluido yo, a quien le hayan vivido lo suficiente... que Pedro no sufra por ello, y que riegue otras cosas.... jejejeje, y el mal rato que lo riegue con vino bueno....

    ResponderEliminar
  9. y yo que estaba viendo una apología de las relaciones con la planta mustia y la planta lozana, y cómo al soltarse de un tallo que nos chupa la vida nos volvemos más hermosos y libres y todo. Vaya, que estaba esperando el momento en que pedro mandase a martín a hacer gárgaras y no, al final sólo ibas a hablarnos de las plantas...

    En mi casa no hay plantas pero no me parece nada ordinario. Lo que pasa que cada vez que me voy de vacaciones las mato de sed, así que mejor tenerlas de plástico, toma ya ordinariez, como un cementerio cutre, jajaja.

    ResponderEliminar
  10. Veo que eres un amante de la naturaleza, Pimpf; pero no te hagas el loco, estamos esperando Guillerme II, je je je.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  11. O en su defecto tener plantas de plástico si se es tan despistado como servidor...

    Biquiños con mel.

    ResponderEliminar
  12. yo no creo que pudiese tener ni un cactus, porque con eso de q necesitan poca agua no la regaría nunca...
    pues yo tb veia ahi una etáfora d una relación que se marchita, y del renacer cuando te libras de tus lastres y sigues con tu vida...pero, a mi no m hagas mucho caso q vengo d estudiar 12 horas seguidas y se me han cocido las neuronas... jaja besos

    ResponderEliminar
  13. Observatorio, tú crees que son lo mismo que las impresoras?? Que les llega el día y se acabó? Podría ser.

    Damian, le viene bien hacerse más fuerte.

    Z, apología de las relaciones? Que imaginación teneis, si es que veis cada cosa... pero flores de plástico... eso no es nada cool, que lo sepas.

    Antony, habrá Guillerme, yo creo que mañana o pasado por ahí caerá.

    Christian, tu crees que Pedro debería comprarse un dildo?? jajajaja Servidor también lo tiene?? jaja

    Sergio, tú también has visto eso de la relación marchita?? Desde luego, que imaginación teneis, d que voy a hablar el día de los enamorados?? Pues de botánica... de qué si no.. de botánica.

    Bicos ricos

    ResponderEliminar
  14. Yo nunca he tenido mano para las plantas. En realidad es que nunca he conseguido recordar que hay que cuidarlas y siempre se me han muerto. Ahora tengo plantas artificiales, que no serán cool pero sólo hay que quitarles el polvo de vez en cuando.

    Un beso (natural)

    ResponderEliminar
  15. wow! pues todo necesita algo de cuidado y cariño! Yo (no se porque) encuentro un simil entre el bambu y las relaciones personales.
    Algunas se marchitan porque no se les da la debida atencion.

    QUe buena historia! Me ha gustado muchisimo!

    ResponderEliminar
  16. Parmenio, jajajaja, el que ha hablado del antiglamour de las plantas artificiales creo que ha sido Thiago, el caso es que no se mueran del todo.

    Gary, siempre, y las personas más cariño todavía, pero, lo bueno es que muchas veces cogemos a la planta enferma, y a poco que la cuidemos se recupera enseguida, y con más vigor que antes.

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar