miércoles, 29 de agosto de 2012

Una cena de barrio

Cuando hace unos meses escribía sobre una cena de antiguas amigas y aseguraba que yo jamás iría a ninguna cena de este tipo, va y me llega una propuesta similar a la que solo pude decir que si, pero veréis el planteamiento inicial y el tipo de cena.

Paseaba por el centro de mi pueblo cuando me encontré con una chica que en su día había sido mi novia oficial de infancia, esa amiga con la que creces día a día y tienes que escuchar de todo el mundo el comentario de "sois novios" y que ambos negábamos. Realmente no era mi novia aunque tampoco era una teoría del todo descartable. Esta vino hacia mi como si no me hubiese visto en veinte años con una propuesta que, en el momento en que me la dijo solo pude decirle que si, minutos después ya me estaba arrepintiendo. "Tenemos una cena el sábado, de los antiguos vecinos del barrio dónde vivíamos de pequeños, de los que hacíamos el grupito y jugábamos, y yo pensé en ti nada más verte, porque si había alguien característico en el barrio, ese eras tú, así que, el sábado nos vemos, estamos apuntados 29, no faltes". Y sin margen a mucho más, solo me quedó esperar tres días a la famosa cena de excompañeros de barrio.

El sábado noche llegué al restaurante, había gente esperando en la puerta, y pensaba que me había equivocado de cena, un señor de 55 años, un compañero del PSOE en edad similar, y varios cincuentones que si, que eran del barrio pero de generaciones pretéritas, y muy cerca estaba la sección femenina, algunas cincuentonas, y cuarentonas formando cierto jaleo y por fin alguien de más o menos mi edad, dos chicas un par de años más jóvenes que me preguntaron que qué hacía yo alli, apenas recordaban ya que yo había vivido mi infancia en aquel barrio. Pensé largarme sin cenar ni nada y me anunciaron que dentro del restaurante había más gente de mi generación. Efectivamente, allí estaban tres compañeros de juegos y colegio junto con el que había sido mi mejor amigo de infancia, mejor amigo y mejor verdugo, de esos amigos que no se cansan de reventarte la cara con tal de divertirse un poco. Todos habían cambiado, algunos con hijos, otros separados, con menos pelo, con menos luces todavía. Jose, el que había sido mi compañero de juegos y peleas al que le llevo un par de semanas había sido en su infancia el terror del barrio, el personaje más malo, travieso y retorcido que nadie recuerde. El tiempo nos había puesto en nuestro sitio a ambos y a estas alturas no cabía posibilidad de antiguos rencores.

Y finalmente, haciéndose esperar más de lo necesario, llegó a la cena el grupito que yo estaba esperando, el de mi vecina y novia, y alguien a quién hacía años que no veía, su primo el francés, otro de esos mejores amigos de infancia que ya de pequeño apuntaba maneras, seguía con las mismas maneras. Y fue con este grupúsculo con quién cerramos filas en la cena para poner a caldo al personal, a lo mal que le había sentado a mucha gente el paso del tiempo, a recordar esas mil y una anécdotas de infancia, a traer a la mente antiguos rencores y batallas personales. El francés aseguró que por mucho que pasase el tiempo, él jamás perdonaría a Jose "el malo" y no por la infancia precisamente si no por lo mal que le había hecho pasar la etapa del instituto, con abusos y vejaciones constantes, eso que ahora llaman bullying. Con él delante, añadió que "lo mal que me lo hizo pasar no se me olvida en una cena, no se lo voy a perdonar nunca, esas cosas marcan y mucho". E hicimos nuevamente piña, y rememoramos algunas de las fotos de infancia. Esas fotos que uno promete pasar al otro y que a día de hoy seguimos sin compartir, aunque, estamos trabajando en ello.

Finalmente todos quedaron con ganas de más cena, de repetirla el próximo año. Yo les dije que sería una idea perfecta si la hiciesen mejor dentro de cinco años, que si habíamos esperado treinta años en hacer la primera, por qué no esperar un poco más en hacer la segunda. Aunque, he dejado muchas cosas en el tintero en este post y a lo mejor, una segunda parte sobre la misma si podría hacerla antes que la mencionada cena...

10 comentarios:

  1. Hombre, después de 30 años y juntarse toda la pandi pues es un idea buenísima.

    Espero que te lo pasaras bien.

    Salu2.

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    1. Mientras la próxima no sea dentro de otros 30 años, jeje.

      Bicos ricos

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  2. La foto que tienes puesta es la de la famosa cena?...

    Está muy bien juntarse con los amigos para hacer una cena así cada X años para así contar nuestras andanzas.

    Yo sin más este viernes tengo una con los amigos de mi barrio que hacía tiempo que no organizamos una.

    Un abrazo chico !!.

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    1. Jaha, ni de broma, hombre, que ya sabes que yo no hablo ni de mi vida privada ni de política en este blog, privacidad ante casi todo, jeje.

      Bicos ricos

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  3. Siempre he pasado de ir a las cenas de instituto, a las únicas a las que he ido es a las del conservatorio. Y pienso seguir sin ir a las del instituto, total, como ya conocen la respuesta hace un par de años que ni me avisan ya.

    Bicos.

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    1. Jaha, yo a esta propuesta no le habría dicho que no, en el fondo me hacía muchísima ilusión, aunque fuese una propuesta de última hora.

      Bicos ricos

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  4. Yo he tenido reuniones de este tipo con ex compañeros de colegio y aunque al comienzo es una mezcla de entusiasmo y cariño por algunas personas que fueron “tus mejores amigos para toda la vida” y que ahora son unos perfectos desconocidos, debo de reconocer que verlos fue grato y que al igual que tu no pienso volver a repetir esa experiencia de aquí muchísimo tiempo!

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    1. No es lo mismo con compañeros del colegio, aunque tengo que confesar que jamás tuve una cena de esas. Con amigos del barrio es mucho mejor, haces vida más con ellos que con la familia.

      Bicos ricos

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  5. yo tenia un problema con uno asi en mi colegio, pero al parecer el pensaba que jugaba conmigo, y no otra cosa. Los niños son muy crueles a veces, pero no tuve mucho problema con eso, ya de 15 estaba mas preocupado en mi homosexualidad, me volví retraido y solitario. No disfruté mucho el colegio, pero si me gsutaría volver a vivirlo.
    Por eso me agrada que hayas pasado tiempo con tus amigos de infancia, incluso con el malo del grupo

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    1. Es que yo no tenía pluma, mi amigo si, por eso lo pasó peor. Yo al chico este tan malo le he llegado a tener lástima al haber pasado por la droga. Es la ley del karma...

      Bicos ricos

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