domingo, 2 de noviembre de 2014

Los cipreses

Chuchis, yo es que no tengo descanso, ni en días festivos, ya os lo digo. Lo de ser gafapasta multicultural, y renacentista es un lío de mil pares, que te ves tú un fin de semana de los santos yendo a tu pueblo cómo hacen muchos españoles para visitar a los seres queridos del cementerio que ya no están entre nosotros, para comprobar quiénes se llevan el premio a los mejores ramos y para entristecerte al ver los nuevos inquilinos del camposanto en el pueblo pero no, porque otro año más toca pasarse el fin de semana en Madrid, y encima sin puente, eso si, dispuesto a iluminaros nuevamente con uno de estos post que tanto os gustan y aportan, en este caso, relacionado con la muerte, clarostá.
 

Seguro que os habréis fijado que no hay cementerio que se precie, y que no se precie, que no tenga plantados una serie de árboles muy característicos, los cipreses. Pues sobre los cipreses va el post de hoy. ¿Por qué los cipreses en los cementerios? ¿Por qué no olivos o abetos? ¿Y alcornoques? ¿Tienen algún significado en concreto? Tranquilos, yo os ilumino.
 
De nombre cupressus, de la familia de las cupressaceae, y denominado comúnmente, ciprés, ciprestes según las abuelas, se tratan de una conífera que puede alcanzar los 20 metros de altura y un diámetro de unos 60 centímetros. Tienen hoja perenne y puedel llegar a vivir unos 300 años. Además, tienen un rápido crecimiento durante los primeros años, estancándose en étapas más maduras. Se supone que son originarios de Chipre, de dónde toman su nombre, Cyprus. Su madera es fina de color pardo claro, su textura fina y además, desprende un ligero aroma similar al del cedro, sin ser resinoso. Todo ventajas cómo véis para colocarlo en su sitio más habitual, los camposantos.
 
Desde tiempos paganos se asocia al ciprés con la muerte. Se encuentran desde épocas inmemoriales restos de haber plantados cipreses en lugares dónde reposaban los muertos, y todo ello debido a lo perenne de su hoja, que apenas necesita cuidados, que su raíz crece verticalmente hacia abajo sin realizar ningún estropicio en las zonas aledañas y finalmente, que sirve para cortar el viento en según qué zonas los coloques. En tiempos de griegos y romanos se decía que encaminaba las almas de los difuntos a los cielos acercándolos a la idea e la muerte. Y por ello los griegos lo consideraban cómo uno de los atributos de Hades y otras divinidades infernales. Los romanos los consagraron a Plutón, y le otorgaron el adjetivo de fúnebre con el que ha llegado a nuestros días. Su tronco, si se corta jamás vuelve a crecer y por eso también se le relaciona también con la muerte. Ya en tiempos cristianos, los cipreses adornaron muchas tumbas, simbolizando angustia, inmortalidad y mansedumbre.
 
En la mitología griega, además, se cuenta que el joven Cipariso, que se puede traducir en Ciprés, mató por error a un ciervo domesticado que tenía, y fue tanto su dolor que pidió al dios Apolo que le permitiera llorarlo eternamente, a lo que Apolo, en decisión salomónica, lo conviritió en un Ciprés. En la China antigua se decía que el consumo de semillas de ciprés procuraba longevidad por contener éstas yang, una sustancia especial, se decía que con su resina si uno se la rozaba por los pies podría caminar sobre el agua y volvía el cuerpo más ligero. Por su buen olor se le consideraba un símbolo de la santidad.
 
Y ya está. ¿A qué os aporto?

3 comentarios:

  1. Gracias por tal información, muy interesante esto que nos cuentas sobre el ciprés. Un fuerte abrazo.

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  2. caray no sabia eso! tan bonito que se ve el arbol!! me ha gustado esta entrada!

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  3. La sombra del ciprés es alargada...

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