Los lunes día del espectador. Drácula

Y para poner punto y final a estas celebraciones alrededor de la muerte en este fin de semana de Halloween para algunos y para los más clásicos, de los difuntos y los santos, una de cine, y de cine de terror, claro. Así fue como este fin de semana me he tragado Drácula, Untold, o en español, Drácula, La Historia Jamás Contada, y qué queréis que os diga, ni chicha ni limoná.

 

En esta ocasión tenemos a un Drácula que tiende al clásico, pero se queda solo en esa tendencia porque al final es una película bélica, que se lleva mucho últimamente. Y digo que tiende al clásico porque deja de ser un Drácula de ataúdes y antiajos pero como buen vampiro aparecen los símbolos de la cruz, de la luz, y las estacas. Y mira que los ajos espantan a cualquiera, y reviven casi a cualquier muerto, pero se queda un poco ahí como algo casi anecdótico, chuchis, y a cambio recuperan la leyenda del clásico Vlad Tepes, el famoso conde Drácula en el que se ha badado Bram Stoker para hacer su novela, es por esto que tiene tintes de estar preparada para una segunda parte porque al final de la película aparece incluso Mina, la chica que nos enamoró a todos y principalmente a Drácula.

 

Así pues, lo que esta película nos cuenta, y que jamás nos habían contado es la leyenda de Vlad Tepes, también conocido como Vlad el empalador que se destacó por ser el príncipe de Valaquia, una zona al sur de Rumanía, que defendió su principado frente a los turcos y otras amenazas religiosas internas, así, puso a musulmanes en contra de turcos o a ortodoxos contra católicos, y fruto de estas políticas internas y externas le dio por clavar en estacas a sus múltiples enemigos para defender sus territorios, allá por el siglo XV. Entonces, en Drácula, la historia jamás contada tenemos a Vlad Tepes que lo protagoniza Luke Evans, más conocido por su papel de Dardo en el Hobbit, más conocido también por ser el "amigo especial" de nuestro Jon Kortajarena. Vamos, que la conclusión rápida y fácil es que Drácula se la chupa a Jon Kortajarena, la sangre, claro. El caso es que Vlad Tepes tiene sobre si y sobre su reino la amenaza del turco de llevarse a todos los niños del reino a servir como jenízaros y él por no destrozar su familia decide hacer un pacto con el diablo, o lo que es lo mismo, que lo convierta en el señor de la oscuridad, el Drácula de toda la vida, y él medio acepta, ya os lo digo, y se debate en una diatriba cuándo este pacto dice que no se convertirá del todo en Drácula mientras no la chupe, la sangre humana. Pero hasta ahí puedo contar, que creo que os lo he contado todo.

Sin lugar a dudas, me quedo con este Drácula

Los personajes totalmente planos dónde no destaca nadie, ni el propio conde Drácula, nada que ver con nuestro clásico Lugosi o incluso Christopher Lee, la historia no va mucho más allá, y al final nos muestra una batalla dónde Drácula hace unos cuantos vampiros para acabar con los turcos y ya está, con murciélagos y mordiscos y espadas ya os podéis imaginar el final. Para mi gusto le ha faltado ser un pocó más gótica, un poco menos para un público que ya disfruta batallas de verdad en El Señor de los Anillos, o que para batallas contra los moros ya tenían El Reino de los Cielos. Ains, es que no me ha aportado ni para batallas ni para terror. Eso si, intenta dar una explicación basada en el amor de por qué llegó a ser el personaje tan temido que la leyenda dice que fue, y repito, todo por amor, por amor a su familia, ains, vamos, que tenemos un Drácula, Padre de Familia y en ocasiones, si me apuráis, hasta pensé estar viendo Batman.

 

El condemor!

ATENCIÓN SÚPER SPOILER: Y ya no voy a espoilear más, porque hay una escena casi al final que cambia el transcurso del destino del personaje y que tiene que ver con su mujer, y no quiero mencionar mucho lo mal hecho que me parece que está. Vamos, que no me imagino a alguien cayéndose de las Torres Gemelas y al llegar al suelo, sin un solo rasguño (solo hemorragias internas, supongo) va y suelta un pequeño discurso y luego muerte. Hombre ya!