Spam

Me creía yo un súper bloguero de moda poniendo los puntos sobre las íes a todos los temas de rabiosa actualidad, y que no se me pasaba ninguno, apostando incluso por posts sobre fútbol y política, y todo porque de repente empezaron a subir como la espuma las visitas en un post en concreto "La otra mitad de las maricas", uno de mis geniales post sobre fútbol y Eurovision, esos dos mundos casi antagónicos y tan en nuestra agenda, porque enlazaba directamente aquello del fútbol con el mundial que se estrenará mañana y lo de Eurovisión con las elecciones europeas, pero no, mi post era un poco más mamarracha, ya os lo digo, casi tanto como el de Conchita, la ganadora del festival de la canción.

 

Incluía además ingredientes básicos para ser un post de éxito, la palabra maricas junto a "lado oscuro", una foto sugerente de una transexual con barba, y finalmente una foto de Ardá Turán. ¿Qué más se le puede pedir a un post? Efectivamente, casi todos habéis pensado en tetas, lo que hubiera sido el NO-VA-MÁS.

 

A los pocos días de publicar el post, ya tenía vuestros comentarios, los de mis queridos blogueros que os pasáis a menudo, once en total, un numero superior incluso a los comentarios habituales en un día, cuya media ronda los cuatro. Efectivamente, os había tocado la fibra sensible, el patriotismo españó, nuestra indecencia en la festival europeo (por aquello de que jamás conseguiremos un buen resultado aún mereciéndolo), porque sé que sois también muy maricas en general y os desmelenáis con lo de eurovisión, es algo que os motiva, y para que veáis lo mariconazos que sois, ese día incluso comentó por aquí Angel, y desde aquella no se le ha vuelto a ver, así os lo digo, es como si se lo hubiese tragado la tierra.

 

Pues mira tú, a mi correo empezaron a llegar muchísimos comentarios de "Anónimo", estos tenían mensajes en inglés, que yo en un principio pensé que eran de eurofans europeos, locos al ver la foto de la mamarracha de Conchita, al final de cada comentario había un link, que jamás seguí, también os lo digo. Por suerte, alguno de estos filtros que tengo antispam en el blog, impiden que tanto yo, como vosotros podáis ver estos correos engorrosos de publicidad, por lo que a Blogger vamos a darle media enhorabuena. La media enhorabuena es por distinguir lo que son comentarios basura de los que no, porque comentarios anónimos sí deja publicarlos, de hecho, he tenido algunos comentarios (no muchos) de algún facha anónimo, algún homófobo anónimo, algún snob anónimo, y alguna diva anónima indignada quizá por cagarme en su momento en los muertos de Madonna. El medio tirón de orejas, para blogger, por inundar mi correo electrónico con estos mensajes (que él mismo borra del blog), que a mi no me interesan y que suben las visitas de un post, inexplicablemente. Cada vez que abro mi correo electrónico, me llena mucho de ilusión leer eso de "tiene usted 5 mensajes nuevos", de los cuales, dos me llenan de orgullo y satisfacción, como diría el que abdica, y l

os otros tres comentarios spam. Un truño, vamos.

 

Yo sabéis que tengo esto muy abierto a fanses, me gusta que lleguéis libremente, pongáis vuestro comentario, os vayáis, volváis a leer lo que os he respondido y entremos un poco en polémica si hace falta, o al menos, que compartamos cosas en general, pero lo que no quiero es tener que restringir los comentarios, tener que poner esas letras y números dibujados en un baldosín que te joden la vista, y que siempre se fallan a la primera, e incluso la segunda, que si ya de por si este blog tiene pocos fanses, que encima no me puedan escribir cuándo sienten el impulso. No quiero ni eso, ni tener que aprobar yo los comentarios, que ya bastante trabajo tengo con mis cosas, me gusta vuestra inmediatez, así escribís la tontería el comentario lo tengáis ahí publicado, fluidez que busco, y esto del spam es engorroso, ya os lo digo.

 

En fin, espero que en este post se llene de visitas, y de comentarios, porque hoy sí que he añadido ya más ingredientes para el éxito total, he incluido la palabra Madonna y facha, solo me falta mencionar un pene, o mejor aún, ¡el pene de un mandingo!