Llega la ministra Fátima Báñez que jamás ha pisado un centro de estética y mucho menos una peluquería y nos dice que, entre sus medidas estrella para que se cree empleo en España -porque tenemos esos 5,2 millones de parados y según el ínclito Rajoy este año no se espera que con la reforma laboral aprobada recientemente se cree empleo (y aquí es cuando yo me pregunto entonces para qué esta reforma, aunque conozco la respuesta)- está que los desempleados que no estén recibiendo cursos de formación, realicen labores sociales. Y se queda tan ancha.

¿Y todo esto para qué? ¿Que solucionamos trabajando gratis para el Estado? Seguramente que el Estado se ahorre una pasta en contratar a la gente que necesita realmente para cubrir ciertos servicios básicos, que el mismo Estado suprima puestos de trabajo, ahorrarse con ello una pasta y tener a los trabajadores como esclavos, que supuestamente, para algo están cobrando, y supuestamente "toda la sociedad tiene que poner de su parte para salir de la crisis". Esto entra de lleno en una de mis teorías sobre el absurdo, LA TEORÍA DE LA SOCIEDAD, y que llegado el día explicaré. Señora Báñez, si me está leyendo, menos mal que Vd. habla muy poco pero la veo algo descentrada, a lo mejor es que todavía no sabe muy bien de qué va esa reforma laboral que ha aprobado, aunque quizá algo haya escuchado. Todo para reducir el déficit.
Y para rematar la jugada, ahora viene el ilustrado de la economía, el ministro Montoro y nos dice que hay un déficit del copón. La verdad es que se están luciendo los nuevos ministros y no se cortan demasiado, ellos dan una mala cifra, de lo que sea, porque hasta ahora no han dado una sola cifra buena, y tres meses después de que hayan ganado las elecciones, casi un año después de que hayan ganado en las elecciones autónomicas y municipales, siguen dando las cifras y culpando a los anteriores. Y la culpa es de Zapatero, y si me apuráis hasta de las conjuras judeomasónicas pero chico, que no les hemos votado para que den cifras, se les ha votado para que solucionen esto, y mucho menos se les ha votado para que echen mierda. Seguramente hayan muchos economistas en paro. Seguramente no, muchísimos y yo defiendo a los de mi gremio, claro. A lo mejor, podrían plantearse como labor social que estos economistas en paro realicen una labor social importante, y les solucionen la papeleta que para eso está la gente competente, y desde el gobierno, a jugar al maquillaje, como siempre, aunque esto parezca ignorarlo la Sra. Báñez, o si no, buscamos maquilladores también en situación de desempleo, para labores sociales.