Regreso al pasado

Todos los años, por esta fecha estoy siempre en mi pueblo. Este es el segundo año que coincide conmigo en Madrid, sin embargo no podía faltar A una fecha tan señalada en mi calendario.

Celebramos una Fiesta de Interés Turístico Nacional, ahí es nada, y el pueblo se engalana para la ocasión, para recibir a los miles de visitantes que durante ese fin de semana vuelven al pasado Rico e histórico que mi pueblo tuvo. Y ya está bien de dar pistas, que mañana descubro una horda de fanses que aprovecharían la mínima para sacarme del armario a Rastras, y tampoco es plan.

Este año, no he podido evitar invitar a mi D., y es que me hacía tremenda Ilusión que viviese una fiesta del estilo, con la tranquilidad que me produce que ya lo conozcan mis amigos del pueblo, tenerlo todo el día de fiesta y verlo allí donde yo mejor me manejo, eso si, en calidad de amigo. Pero para mi no va a ser la única novedad tenerlo conmigo y los míos de juerga y es que si hablamos de fiesta, hay alguien que no puede faltar, La Buscona, A la que hemos convencido para que viniese que se ha apuntado sin pensárselo dos veces. Habrá por lo tanto, una vez más un duelo de titanes luchando por el amor de un solo hombre, mi D., una lucha sin tregua ni cuartel donde Pimpf juega con la ventaja de estar en casa pese A estar yo atado de pies y manos.

La fiesta si bien no comienza oficialemnte hasta el sábado por la mañana es ya el viernes, cuando comenzamos a calentar motores, con la prefiesta, y el sábado, un largo día con su larga noche, de recorrer el pasado histórico del pueblo entre tambores, vinos, licores de café, bocatas de chorizo que repiten toda el día y al siguiente y dulces manjares, disfrutando de una ambientación extraordinaria y donde yo siempre recordaré aquellos años en que Angelines cogía conmigo unos berrinches del quince, o recordando el sábado aquel cuando conocí a MiniPimpf, de paseo con mi ex Billy. Anécdotas que pasarán a la historia pues el lunes, o el martes quizá venga cargado de otras con un sabor más dulce.

Así que, mientras esteis leyendo este post yo estaré probablemente preparándome las maletas para coger un avión que me llevará una vez más a mi pueblo, allí donde cojo el oxígeno y las provisiones para sobrellevar mejor la vida en Madrid.

Bicos Ricos

PD.: No escribais mucho en mi ausencia. Gracias.