Santificarás las fiestas

España visto desde el extranjero debe ser como la cass de Tócame Roque, con una especie de vodevil constante entre ciudadanos, políticos, deportistas, científicos. Perdón ¿Hay científicos en España? No quisiera faltarles al respeto, pero creo que destinar cada vez menos presupuesto a I+D hace de la figura de los investigadores algo para que contemos a nuestros nietos de su existencia en el pasado. En fin, que España debe ser un país que bien podría exportar gilipollas integrales visto esto desde arriba o desde abajo. Pero en una de las cúspides se encuentra, como no, la Iglesia Católica que, a través del ínclito presidente de la Conferencia Episcopal Española, D. Antonio María Rouco Varela, por la gracia de Dios,  va y con esto de la crisis nos sorprende nuevamente.

Baje Dios y lo vea, pero a Rouco Varela, lo que más le importa de esto de la crisis y de las medidas adoptadas por el gobierno para relanzar la economía (por llamarlas de alguna forma poética) es que con esto de la liberalización de horarios y la posibilidad de que cada comercio decida cuándo hacer las rebajas, los pobres trabajadores no puedan disfrutar del día del señor y no puedan ir a misa los domingos y fiestas de guardar. Que hombre, ya os lo digo, en parte no está mal, pues si Dios se echó a descansar los domingos, los curritos también deberían poder descansar el día del Señor, por lo tanto, tras este enfoque tan marxista del señor Rouco Varela solo queda que nos sorprendamos por cómo la Iglesia Católica ha pasado de largo por todos los recortes que se están haciendo a los españoles y finalmente por lo simple (aunque genial) de su planteamiento, porque que hayan muchas familias que se puedan ir a la calle, que no puedan mantenerse a flote, que hayan tantos parados que ven recortadas sus prestaciones en el caso de que las tuviesen, que ese aumento de impuestos nos vaya a empobrecer un poco más a todos, que las personas dependientes hayan sido dejadas a la libre mano de Dios, pues hombre, duele, duele que este señor solo se preocupe por si los españoles van o no van a misa los domingos, que ya se lo digo yo, pero los cepillos cada vez deberían estar más vacíos, así que una de dos, o la Iglesia Católica empieza a apoyar más a los trabajadores o la Iglesia Católica empieza a pagar ciertos impuestos de los que se ha librado de pagar por no sé qué acuerdo entre el Estado y el Vaticano, o lo que sea, algo que ya comentó él Observatorio Gay Granatense en su día, haciendo una férrea defensa que hoy, seguramente no sería ya tanta.

Y ya, con el poco margen que tiene el gobierno, que tras haber adoptado un montón de recortes y habernos jodido un poco (bastante) a los españoles, parece que han tirado la toalla y se dan por rendidos pues dicen que ya poco más pueden hacer, que es lo que se conoce como "ponerse en manos de Dios", o del Banco Central Europeo, vaya usted a saber; ahora solo le queda tomar medidas que apacigüen un poco el mal humor del españolito, léase hacer pagar impuestos a la iglesia católica, léase imposición a las fortunas más grandes y la las menos grandes, para eso son fortunas, bajada de salarios de altos cargos y asesores de muchos de sus privilegios frente a los funcionarios y equipararlos también a la privada, con viajes en clase turista, como cualquier hijo de vecino, eliminar defensores del pueblo de la comunidad, locales, algunas embajadas de comunidades innecesarias (que no todas), eliminación de diputaciones provinciales, dar marcha atrás a la amnistía fiscal y hacer una lucha férrea contra el fraude, entre otras cosas.

Y no es que me haya entrado hoy un sentimiento anticatólico, ni que pretenda que se quemen iglesias como en el 1936 para haber rescatado hoy estas declaraciones de la semana pasada de Rouco Varela, y que han pasado sin pena ni gloria ante la magnitud de noticias político-económicas, es que hoy yo considero que es el día de la crisis. Hoy es, como muchos sabéis, y si no lo sabéis para eso estoy yo, Santa Cristina. la santa de todas las Cris, de las Crisis (espero que hayáis captado este momento de humor super inteligente). Momento que aprovecho para felicitar a todas las Cristinas.