Anoche debí ser el hombre invisible. Mi llegada a Galicia esta vez no ha sido estruendosa, y eso que iba bastante llamativo. En mi casa no me esperaban, no conseguí quedar con ningún amigo para tomarme un café a última hora de la tarde, y por si fuera poco, sin planes para la noche de San Xoan. Tampoco me importó demasiado, estamos acostumbrados a bajar al pueblo y encontrarnos a la gente sin la necesidad de quedar. Anoche no fue así.
Me animé a ir a Vigo, a ver como celebran el San Xoan, en la playa de la Fontaniña. Claro, ir solo, con el coche y no beber hace que llegues a un sitio plagado de jóvenes alcoholizados, con poca ropa y de droga hasta el culo y pareces allí como un ser extraño, como proveniente de otro planeta. El ambiente, un ambientazo, y la música muy bien, claro que bailar techno en una playa de madrugada, sin haber bebido nada cuesta. Yo no me animé, solamente alegré un poco la vista, que otra cosa no, pero cantidad y calidad, anoche había.
Me decidí ir a otro escenario, a donde siempre he celebrado las hogueras de San Xoan, en la playa del pueblo que está enfrente del mío. La misma tónica, aunque menos desfasada la gente. Aquello no es lo que era, ahi me di cuenta del salto generacional. Hace diez años estaría yo celebrándolo por todo lo alto, o bajo más bien, tirado en la arena, con una botella y como siempre, creando polémica. Anoche habían niños, chicos muy jóvenes, si, de esos que tienen ya pelos en los huevos y que si te la meten hace daño, pero yo debe ser que estoy ya muy mayor para esas cosas, o que los años que me he tenido que perder de San Juan por cuestiones de trabajo o estudios han hecho que cambie mi visión de todo aquello.
A mi me gustaba mucho esa noche, y recuerdo noches gloriosas, noches de triunfar con alguna chica en plena playa, de baños de madrugada y de llegar a mi casa con más arena encima de la que uno se puede imaginar. Recuerdo grandes borracheras, noches de lágrimas y muchas risas. Ayer fue una noche en soledad.
Acá se hacen rituales y cosas místicas, pero celebraciones masivas...nada, a no ser que te llames Juan y casi por LEY debas ser festejado ( mi humilde caso) jejejejeje. Cariños Pimpf.
ResponderEliminarSi es que nos vamos haciendo mayores... yo también me di cuenta, después de empezar a vivir emancipado, fuera de mi hogar familiar, que cuando regresaba, ni siquiera mi cuarto parecia ya mi cuerto... era como si fuera un extraño... tendras que pensar plantearte SAN JUAN de otra forma celebrativa para el año que viene...
ResponderEliminarG-boy, lo mejor que tienen estas cosas es lo de masivas... muchísima juventud todos puestos hasta arriba de todo... siempre la he recordado bien esa noche...
ResponderEliminarObservatorio, no sé si será la edad, aunque cuadra mal normalmente el San Juan, pero si quedásemos todos los amigos para algo así, seguro que me sentiría de la misma forma, otra vez joven y me metería en la fiesta sin problemas.
Bicos Ricos
La soledad hace que hasta el mejor sitio se convierta en ajeno a uno. Yo también me he sentido deshubicado en mitad de una multitud pensando lo que ha cambiado todo. Pero lo único que había cambiado era que yo estaba solo. Y las fiestas son para pasarlas en compañía.
ResponderEliminarUn beso (para que no estés solo)