Un Orgullo distinto

Como bien sabeis, y aunque no lo sepais para eso estoy yo aquí sin otro afán más que el de informar, las fiestas del Orgullo Gay de Madrid 2011 se celebrarán entre los días 29 de junio y el 3 de julio, por algunas calles y plazas de Madrid (todavía por definir tras los anuncios del Sr. Gallardón de suprimir música en algunas plazas emblemáticas del también emblemático barrio de Chueca, barrio gay por excelencia de Madrid.

Yo este año, al igual que el año pasado tengo invitados en casa estos días. En principio, y salvo algún contratiempo importante vendrán dos amigas, una ya estuvo el año pasado, y encantada ante la visión de los miles de hombretones sin camiseta ha decidido volver este año, y se trae consigo a una de mis mejores amigas que, curiosamente no había venido nunca de visita. Ellas siguen sin saber nada de mi "Caballero Rosa", así que, chitón. He pensado que como esos días suelen ser ya de mucho calor, acondicionarles mi habitación y entre mi cama y un colchón allí se queden, mientras que yo pensaba irme a dormir a mi sofá, donde Gordi probablemente se corte las uñas de los pies, si es que se las corta alguna vez, ellas con ventilador en la habitación y yo en el salón que es más fresquito, a riesgo de escuchar los ronquidos de Gordi que duerme con la puerta abierta. Claro que a la vez, ese fin de semana debería llegar una persona nueva al piso, quizá en un mal momento por aquello de las visitas (buena oportunidad para que Gordi decida mantener limpio el piso, dentro de sus posibilidades, que no son muchas), y si no llega nadie, la habitación contigua estará vacía.

Bien, en este post no os voy a hablar de los actos del Orgullo de Madrid, ni de si las celebraciones serán en esta o la otra plaza, ni de las actuaciones. Tengo que hablar de una llamada telefónica que recibí ayer. Billy Sive. Yo sé que este chico me quiere, a lo mejor como yo lo quiero a él, aunque no podría definir ese "como yo lo quiero a él". Sin lugar a dudas, y pese a nuestros encontronazos, él cuenta conmigo y yo con él, y tampoco sé muy bien para qué, pero ayer por la tarde me volvió a llamar. No voy a negar que me hizo mucha ilusión, y ya sé que luego recibiré comentarios del tipo "¿otra vez el Billy ese?", "Verás como a este paso también vuelves con el otro y ganaré mi apuesta y haré cri cri cri" o sencillamente un "todo para ti, que tiene menos luces que un Gusiluz sin pilas", y yo responderé, "me tiene cariño, que es más de lo que muchos pueden ofrecer". El caso es que me estais desviando del tema. A la llamada es a lo que veníamos a comentar. Tras preguntarme que qué tal, hablar del tiempo, y un par de temas poco trascendentales, pronto salió el tema del Orgullo y su comentario de que "quizá no estaría mal que me acercase al Orgullo, a fin de cuentas nunca he ido a ninguno y me haría ilusión, no es que me vayan a impresionar los chicos que hay ahí, que aquí en mi ciudad mediterránea con mar hay muchos y los veo en la playa". Bien, no habían pasado muchos segundos de la conversación cuando terminé por hacerle un hueco en mi sofá con forma de L, o de C, o de lo que sea. Se va a plantear venir, y añadió ante mi cara de incredulidad por lo que estaba escuchando "tampoco te hagas ilusiones" y mi posterior comentario de "¿ilusiones yo? Te hará ilusión a ti, que yo lo tengo aquí todos los años, y verte tampoco es que me quite el sueño". Entonces comenzó con su retahíla de argumentos que imposibilitan que venga, que si trabajo, que si no sé qué de un amigo, que si bla bla bla. Tuve que cortarle y decirle "mira, a mi no me ralles, si quieres venir, te vienes y se te hace un sitio, y si no, pues tú te lo pierdes, es ya cosa tuya". Que si, que en principio se viene si le dan algún día libre. Que cargante y rallante es cuando quiere.

Efectivamente, este sería un orgullo distinto, no voy a negar que me hace ilusión, aunque me tense por aquello de "no poder controlar lo loca que se puede volver al ver tanto hombretón junto". He dicho, pero repito, sí que me hace ilusión.

Bicos Ricos