Necesito un carpintero

No os lo había contado todavía, pero estamos buscando compañero de piso desde hace aproximadamente un mes. Os voy a tranquilizar desde ya, no quiero intrigas en este post, el que abandona el piso no es Gordi, así que tendreis vuestra ración de guarri-anécdotas cuando sea menester; quien abandona el piso, y además con un par de nominaciones es El Yanki. 

 

Y es que en este piso de estudiantes en el que estoy metido donde ninguno de los tres estamos ya estudiando, la habitación que anteriormente había ocupado El Guiri, y que ahora ocupaba El Yanki queda vacía a primeros de mes, y como comentaba al principio del post, buscamos compañero. Este no es un post-anuncio para buscar compañero nuevo, faltaría más, yo no quiero tan mal a mis queridos blogueros y jamás los metería en un piso así. Lo que ocurre es que Gordi se ha dado cuenta de que algo no funciona cuando la gente viene a ver el piso y deciden que no van a compartir su vida y su porquería con nosotros.

Yo sé los puntos débiles del piso, un piso que está situado en lugar inmejorable, muy céntrico y la habitación exterior con balcón, como la mía, las mismas vistas, los mismos posts, pero a esta casa le falta algo, aspecto de limpia, ya no pido que esté limpia, es que no da ni la imagen y la gente normalmente comemos por la vista. Márketing que le llaman. Así, Gordi se ha puesto manos a la obra, y cada vez que hay visita se encarga de tener todo limpio, hasta mi baño ha limpiado, e incluso en más de una ocasión ha pasado un paño con jabón por los muebles de la cocina ofreciendo ésta un aspecto mucho más aseado. Sin embargo no era suficiente con tener todo más o menos limpio. Me ha encargado que busque un juego de sartenes nuevo, y ha decidido tirar el hule que cubría una mesa auxiliar que tenemos en la cocina, junto con el hule de la mesita del salón, una mesita de esas redondas donde las adivinas te leen el futuro en una bola de cristal, así pues ha puesto unos manteles muy llamativos y modernos. También ha cambiado la cortina de la ducha de mi cuarto de baño y ha limpiado, como había hecho yo hasta ahora la ventana donde se tiende la ropa, pudiendo ahora observarse unas baldosas brillantes. Pero Gordi empieza a cansarse y ve que todo esto, aunque mejora el impacto visual no es suficiente.

Mi carpintero, que no desmerece ni por detrás ni por delante

Yo le voy a decir que lo que ha hecho de cortarse el pelo casi al cero está muy bien, que le queda muy bien, para que se lo crea, sin decirle que realmente pienso que eso es una ventaja pues, la gente que venga a ver el piso no tendrá que comprobar ese Koipe que le sale del pelo, pero también le voy a decir que es urgente que vaya hablando con los caseros, y que les comente exija una sesión de pintura en todo el piso, eligiendo colores más vivos que den un poco más de luz a un piso bastante oscuro, y si ello no fuera posible, una pintura blanca, como mal menor.



Pero ya puestos a meternos en reformas, y sin atreverme a pedir un cambio en los muebles de la cocina, yo le diría que tienen que contratar a un carpintero, un carpintero como por ejemplo este que ya se conoce nuestra calle, un carpintero que calce bien, y que incluso podría utilizar mi balcón para fumarse esos cigarrillos edulcorados que a hurtadillas consume en la calle. Le propondría que nuestro rubio carpintero hiciese un nuevo mueble para el salón, y mira que podríamos ir a Ikea y comprar algo para adornar, pero qué quieres, con la crisis que hay, mejor dar trabajo a la gente, y así matamos dos pájaros de un tiro. Yo creo que entre la pintura y un salón con un mueble más moderno, pese a no tener mucha luz podría ser la solución definitiva, y que cada cual hiciese los cambios oportunos en su habitación.

Ahm, también pediría a nuestro carpintero que lijase bien por debajo las puertas, para que cerrasen sin arrastrar por el suelo, que yo creo que la puerta de la habitación de Gordi no cierra bien, y eso esconde uno de los secretos mejor guardados cuando hay alguien que viene a ver el piso. Ellos no saben que Gordi duerme y ronca con la puerta abierta, y que desde el pasillo se puede ver su desastrada habitación. Bueno, hay algún que otro secreto más en el piso, y es que a día de hoy, yo no he enseñado el piso a nadie, y como ya os dije, todo esto es márketing, y donde esté una cara amable como yo, que se quite lo demás. Pero tiempo al tiempo. No descarto hacerme con el control total de la situación y/o hacer alguna adquisición trucha, que daría mucha vida al piso, o preguntarle ya de paso al carpintero rumano si está o no buscando habitación.



Bicos Ricos