Recortes

Como bien suponeis, estas idas y venidas de Fabián, ese novio imaginario, y su entronización como novio único e imaginario no es casual, Fabián está en el lugar que le corresponde porque  D. y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación, y aunque no he explicado los motivos, ni os he contado todavía como ha sido, o que este post probablemente ni os llame ya la atención por aquello de que no es la primera vez que ocurre esto, tengo que afirmar que esa apuesta que tengo con un par de blogueros sigue en pie, y que me la pienso cobrar y también debo añadir, que este post de hoy es un post que tenía guardado en los borradores, su fecha estaba prevista para el 8 de abril. Por aquellas fechas D. y yo sufríamos nuestra última crisis, yo no puedo asegurar si esa fue la más grave o no, o si todo estaba roto ya o no, pero en el último mensaje que tenía suyo decía "IMBÉCIL". Teníamos previsto un viaje a Torremolinos, y por alguno de esos feos que me hizo, justo la semana en que estuve enfermísimo y con el dolor de oídos, decidí no ir a aquel viaje, y escribí el post que hoy os traigo. Horas después, cambié de opinión y decidí ir al aeropuerto como si de una película de amor se tratase, mi aparición por allí solo le supuso cierta risa. Pero me guardé aquel post, por aquello de que yo no las tenía todas conmigo, y aunque pensaba no publicarlo, ayer, tras leer cuánto respeto tiene él por la relación, me he decidido a subirlo, este es, y hoy os lo dejo para que opineis:

"Ayer tuve una sesión de tijeras. Un poco antes de comer me llevé un disgusto muy grande. Así que decidí coger ese instrumento que guardo en mi lapicero siempre con mucho cariño.

Primero cogí el post que tenía programado para hoy, y algunos de los siguientes y les pasé el tijeretazo, en concreto, al que tendría que salir a esta hora lo he cortado del todo, abrí un documento de word y allí lo he pegado, para tener constancia de lo que pudo ser y no fue. Después, cogí mis tijeras y me corté los pelos del sobaquillo, así de bruto como suena, por si tenía que lucir mi cuerpo en alguna playa del sur y que nadie tuviese que ver allí por donde Tarzán puede lanzarse y gritar aquello de "oooooooeeeeeeo oooooeeee eooo ooo eeooooo eeeeeooooo". Con ganas de seguir utilizándolas me he venido al trabajo. Allí tengo unas tijeras mucho más grandes, cortan igual que las que tengo en mi habitación, pero no las quería sacar tan de repente, y eso que allí tengo un montón de papeles que podría hacer trizas. Pensé que lo mejor sería calmarme. Aún así, cogí los papeles que tenía apartados desde esa misma mañana y me los llevé a casa, eran un billete de avión, una reserva para el alquiler de un coche y una reserva para un apartamento en Torremolinos.

Llegué a casa, justo a la hora de merendar, cargado con aquellos papeles que me había llevado de la oficina. Los dejé encima de mi pequeño escritorio. Abrí mi facebook y merendé, con la calma que puede tener alguien que espera algo que sabe que no va a llegar, una disculpa. Tras el café de la merienda, tocaba tomar decisiones. Cogí mi tijera y comencé a recortar aquello que menos valor tenía, la reserva del coche. Hice lo mismo con la reserva del apartamento y finalmente, con la del avión. Pensé que era una pena no haber cogido también en la oficina el papel que certificaba que hoy se me concedía un día libre, lo habría recortado también. Es igual, tras una semana totalmente solo y enfermo, prolongar mi descanso en mi casa un día más no tenía nada de raro.

Terminé los recortes y me quedé observando lo que había hecho, como si de la obra de un psicópata se tratase, había recortado en la primera hoja una letra, una D gigante, en la segunda una palabra, IMBECIL sin tilde, que recortar es complicado, se la puse con una arista que había sobrado del folio, y finalmente en la última hoja, una última palabra ADIÓS."