sábado, 16 de julio de 2011

SERGÉI DIÁGILEV

A raíz del viaje a Venezia, y concretamente de la visita al Cementerio de San Michele me ha invadido la curiosidad acerca de un personaje que allí está enterrado. En aquella visita me sorprendió en el cementerio ortodoxo una tumba a escasos metros de la tumba de Stravinsky, con una especie de maraca, varias flores, unas zapatillas de bailarina ennegrecidas por el paso del tiempo y la humedad y un cuadro firmado con la foto de un señor con sombrero de copa y cara de bonachón, Serge de Diaghileff.
A la vuelta comencé a hacer I+D, por si ese personaje era conocido, y efectivamente, Sergéi Diágilev había sido un personaje famoso a principios del siglo XX. Pero en mi I+D hubo más sorpresas, un personaje fascinante no demasiado conocido y con el que se podría haber hecho alguna película. Dicen que Muerte en Venezia de Visconti está bastante relacionada con su vida, pero yo no he tenido el placer de verla.

Diagilev fue un empresario y mecenas del arte nacido en Novgorod, en 1872. Nacido en una familia acaudalada, pronto comenzó a ejercer como productor y organizador de exposiciones. Su relación con el mundo de la música, la pintura, la ópera, o el teatro le llevaron pronto a crear los Ballets Rusos que recorrieron parte de Europa dando a conocer al público en general un nuevo concepto de la danza. Mediante los Ballets Rusos conoció a grandes compositores de la época Debussy, Ravel, Manuel de Falla, Strauss, y finalmente con Stravinsky al que además de realizarle numerosos encargos para sus obras, les unió también una fuerte amistad. Sus espectáculos tenían decorados de muchos pintores conocidos de la época, como Benois, Matisse o Picasso. Su éxito radicó en aplicar a los Ballets Rusos, en su inauguración en Paris en 1909 al físico ruso de los bailarines, la elegancia francesa del ballet, la música de calidad, la pintura de renombre en una compañía que duró hasta su desaparición, en 1929.



 
Pero sin lugar a dudas, lo que más impacta sobre Diagilev fue su agitada vida privada. Su condición de homosexual nunca la llevó oculta, y de hecho utilizaba su cargo como director de los Ballets Rusos para mantener relaciones con los bailarines más conocidos de la época. A otros, iniciados al ballet, previo paso por su cama, los acababa lanzando al estrellato de la danza, como ocurrió con uno de sus primeros romances conocidos, el gran bailarín Vaslav Nijinski sobre el cual hay una película y que terminó sus días entre asilos y psiquiátricos con una esquizofrenia diagnosticada. Otras de sus parejas fueron Serge Lifar, Leonid Miasin, Antón Dolin o Borís Kojno.

Su relación con el bailarín Nijinski es sin lugar a dudas la más reseñable por tortuosa. Tras varios años juntos, Nijinsky se dejó seducir por la bailaria húngara Romola. Se comprometieron un 30 de agosto, y fijaron la fecha de la boda para el 19 de septiembre, en Buenos Aires, alejados del ambiente veneciano, escapando de Diaghilev. Comunicaron al empresario ruso el compromiso a través de un telegrama, sin embargo, tuvieron que adelantar la ceremonia al día 10 ante la posibilidad de que Sergei impidiese este matrimonio. Diaghilev, preso de la ira despidió también vía telegrama a Nijinsky, comenzaba el principio del fin de la carrera del bailarín ruso.

6 comentarios:

  1. ¿Y ahora hablas de él? Pero si ese viaje que hicisteis fue hace ya eones... En cualquier caso veo que Sergei fue una persona influyente y fascinante.

    Biquiños con mel.

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  2. "Invadido", "presa de"; ¿está usted en una guerra?

    Ahora que escribir Venecia con zeta, por muy princesa divorciada que usted se crea, es como para confinarlo en alguna casa sin balcón.

    Y no diría yo que ver muerte en venecia es un placer; mas bien una condena; lenta

    Un beso, querido

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  3. Siempre hubo personajes gay que rompieron con las normas, aunque eso si, siempre fueron gente con bastante dinero que pudieron hacer lo que querían. Curioso que te fijaras en eso.

    Un beso

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  4. Christian, pues, por descuido ha salido esto publicado, lo hice hace unos meses y debería salir cuando hiciese un año del viaje a Venecia... pero uno que es patoso.

    Sra. Carmita, lo de Venezia (con Z) es por respetar su nombre verdadero, aunqeu se me va con ambas letras, descuide... uno que es un romántico de aquel viaje. Y no, nada de guerra, las guerras hace 75 años, cuando Vd. era una joven adolescente, probablemente.

    Kotei, bueno, aunque si tratas con personas mayores de la calle, anónimas verás que también hay verdaderas historias de homosexuales en otros tiempos, algún día contaré la de un señor que se me acercó en las rocas de pensar con otras intenciones y terminamos hablando de su juventud.

    bicos ricos

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  5. Me quedo con lo que dice Kotei, con que gay hemos tenido en todas las épocas, ahora, me daría algo de pudor si me hago famoso que se supiera todo mi historial jajajaja, siempre he pensado que me hace falta un mecenas, aunque si va a ser tan interesado como este, mejor paso. Cariños querido Pimpf, y de nada por el comentario en el FNF,de hecho, ahora esa canción siempre me recordará a ti, así que cool.

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  6. Que curioso todo lo que sale de fijarse simplemente en algo que te choca o te llama la atención o te dio por fijarte sin más...

    La verdad que las historias de este estilo siempre me han llamado la atención y no se me hacen tan "extrañas" hoy en día mismamente hay historias así,que vamos muy de "adelantados","Modernos" y etc etc etc y no es para nada así...

    Yo que tengo amigos de edades varias alguna vez que me han contado sus primeros escarceos etc me he quedado totalmente boquiabierto porque son verdaderas historias de amor en una clandestinidad,en un secretismo,en un...no sé..realmente conmovedoras...

    Un besoteeee pequeño!

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