Si chicos, se acaba el 2013, y aunque yo no suelo hacer un resumen del año, al menos últimamente, este año sí quería hacer un poco de balance, más que nada por salvar un poco la cara por lo poco que he escrito este año, que aunque en lo personal ha sido muy movido. Otra cosa es que a mi no me guste hablar por aquí de mi vida privada, mucho menos de política.
En cuánto a mi política del 2013 tengo que decir que aunque mi pasión por la política local sigue intacta, lo cierto es que la nacional me ha dado bastantes sinsabores, y cierto aburrimiento para contar parte de lo que ha ocurrido, que se resume básicamente en corrupción y tomadura de pelo a los ciudadanos. Aunque sigo siendo un ser muy político, también decir que tengo un poco aparcado mi papel de estrella joven y mediática, del mesías del partido en mi pueblo, esperando a que vengan vientos distintos. Estoy por lo tanto en una especie de letargo, esperando que me llamen que lo harán. Me adoran.
Pero en lo personal 2013 ha sido un año complicado, que se me ha llevado cosas muy importantes de mi vida. Dos fallecimientos de personas muy cercanas en la familia en el escaso margen de cuatro meses, también los meses más intensos para mi en cuánto al corazón. El año discurría a su manera, con las enfermedades de estas personas creciendo en su interior. Y llegó el verano. Tenía muchísimas ganas de este verano 2013. Al principio tenía en mente irme una semana menos a Galicia, pero la imposibilidad de hacer un plan con D. que no fuese algo que él tuviera en mente me hizo descartar la idea, decidí por mi cuenta y riesgo irme a Galicia, a mi casa, a la playa y con mis amigos. D. decidió que también se venía a Galicia. Yo no lo vi nada claro, pero, si tu amor quiere estar contigo y tú no le das la posibilidad de ir a otro lado, sería otro año a la gallega, con un calendario lleno de cosas por hacer y con la visita de la Buscona. Y así fue, disfrutamos pocos días de la Buscona, pero los disfrutamos, porque sabes que con ella puedes apostar porque siempre lo da todo, y lo disfruta al máximo. Y llegó esa última visita a esa familiar ya muy enferma, una despedida en toda regla. Fueron dos despedidas en una semana. El día que se montó el pollo con D., con el que le dije adiós finalmente a esa relación agónica en la que yo no me sentía lo suficientemente querido y el adiós a mi prima, que inicialmente fue más duro. Uno que está más preparado para la muerte que para las rupturas sentimentales, quizá porque la muerte no tiene vuelta de hoja, y lo de las parejas a veces si. No fue el caso.
Y llegó la desaparición del mapa de D., se fue de mi vida para siempre, me dejó sin noticias suyas, e hizo que se fuese cumpliendo parte de sus maldiciones hacia mi aquél día. Hasta que Pimpfiadas me salvó. Si. El blog hizo que alguien apareciese en mi vida, y de que forma, para cambiarla radicalmente, para llenar mis sombras de luz, mis lágrimas por sonrisas y para hacerme casi explotar mi corazón. Si, es pronto para decirlo pero, ahí hay una relación, de alguien que en ningún momento sustituye el hueco que dejó D., pero que sin embargo ha llenado esos vacíos históricos tan importantes que llevaron la otra relación al garete. Está claro que las personas son distintas, las mentalidades, los sentimientos, pero este chico me hace sentir tan bien... no os lo imagináis.
Así fue el año, también dejando un poco de lado el blog, por el estrangulamiento de no querer hacerlo temático de D., y por no herir sentimientos en ocasiones de quién se ha ganado el trono a pulso. Ha sido un año de estudiar mucho, y ya os lo digo también, un truño de examen, que hará que el próximo año vuelva a repetir examen. Un año con pocas escapadas, distintas. A Barcelona, a Alicante en dos ocasiones y diametralmente opuestas una y la otra, dos a Valencia, las dos muy gratas para visitar a la Buscona que se ha convertido para mi en un personaje principal, un año complicado para ella también y por el que me gustaría darle ánimos.
Y finalmente la mejor noticia del 2013, para mi, sin lugar a dudas, es que voy a ser tío en unos meses. Y no veáis que feliz me hace sentir eso, qué ganas ya de que llegue el niño, que seguro será lo que haga inolvidable un 2014, que por lo que parece, viene con buenas expectativas.
A vosotros os deseo también lo mejor para este año. ¡Feliz 2014 chuchis!