jueves, 9 de junio de 2011

Contigo o sin ti, sigo siendo yo

Fernando tenía 49 años, era un arquitecto de cierto prestigio al que jamás le faltaba trabajo, entre su estudio y las visitas a sus obras o participar en los concursos públicos apenas tenía tiempo ni para sus amigos, ni para su esposa, mucho menos para sus hijos.
 
Nuria era una esposa fiel y atenta con su marido, cuando este estaba, claro, y cuando este estaba de humor para atenderla, "tiene días", aseguraba ella. Cada noche lo esperaba, con un buen plato de comida que le había llevado parte de la tarde su preparación, con las zapatillas justo delante del sillón en el que Fernando se dejaba caer rendido a la vuelta de su jornada laboral. Pero Nuria, cada noche recibía los desprecios de su marido, el cual, amparándose en su posición social no dejaba de reprochar a su esposa. No solo eran desprecios, también la maltrataba ocasionalmente, alguna torta que otra se le había escapado, y menosprecios, siempre. Sin embargo, Nuria estaba enamorada, inexplicablemente esperaba a su marido, todos los días y le escuchaba atentamente su relato del día, sus problemas con empresas competidoras, sus aciertos urbanísticos, aquel político que le veía mal por honesto, la llamada de su madre contándole que quizá fuese unos días a la capital para estar con los nietos, o como los proyectos de sus socios salían adelante, mientras que los suyos eran relegados a los cajones, por demasiado ambiciosos.

Una noche, Fernando llegó a casa muy enfadado, en un concurso público, una de sus creaciones había sido rechazada. Tal era su mosqueo que se dirigió directamente al lecho conyugal e intentó dormir. Nuria se preocupó por él, y recibió una mala contestación, otra de sus altanerías, preocupada, insistió y su marido le propinó un bofetón lastimándole un ojo. Nuria apresurada se fue al hospital más cercano, decidida a terminar esta vez si, con toda aquella absurda relación que no conducía a ningún sitio.

Nuria seguía en la sala de espera de aquel hospital y allí apareció Fernando. Éste no se disculpó, se creía en su derecho de tratar así a su esposa, y ella le dijo que no estaba dispuesta a aguantar más una situación así, que acto seguido, con el parte médico le plantaría una denuncia e inmediatamente pediría la separación. Fernando, altanero como él solo le respondió "pues si eso es lo que quieres, eso es lo que vas a tener, que estoy harto de tener que venir a buscarte al hospital, el que se separa, soy yo que a mi estas situaciones, me cansan".

Y allí quedó Nuria, con su parte de lesiones. Obviamente es una historia totalmente inventada, pero por desgracia, son muchas las mujeres que aguantan un sin fin de vejaciones, por amor, o por vete tú a saber qué, solo la distancia con su agresor, consigue darles la vida.

"Contigo o sin ti, sigo siendo yo"

11 comentarios:

  1. soi infiel por naturaletza yo tambien jajjajajajaa

    besos ains ke bueno ke esta casas eh
    1!!

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  2. Ojalá cada vez sean menos mujeres, y menos hombres que también los hay. Cariños Pimpf.

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  3. Intuyo que, aunque inventada, la historia es tu particular homenaje a alguien que pasó por algo así hace poco y que te afectó bastante (verás que soy lector fiel y con memoria) Sea como fuere a mí, lo que más me indigna, es cuando se da una noticia de estas en el TELEDIARIO y salen todas las vecinas diciendo: "¡Esto ya se veía venir, nosotras escuchábamos los gritos todas las noches!" y yo siempre exclamo: "¡Pues, hijas de puta, haber llamado entonces a la policía en ver de salir ahora en el TELEDIARIO!" y es que, desgraciadamente, aún sigue muy vigente esa idea de "no meternos" de puertas para adentro de ciertos temas...

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  4. Me, tu lo que nos has salío es un poco putón verbenero... me da a mi.

    G-boy, cierto G-boy, también hay hombres, y seguramente sufran mucho más psicológicamente que físicamente.

    Observatorio, nada que ver con aquello que no he llegado a contar y que creo que por el momento quedará en el tintero, aquello de lo que hablaba no era una torta... fue algo mucho más gordo.

    Bicos Ricos

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  5. Tienes razón, Pimpf, esta historia por muy inventada que sea, ocurre mucho en la vida diaria.

    Abrazos.

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  6. Mi madre siempre dice que la primera ostia te la llevas porque te pilla desprevenida, pero la segunda no. Aunque yo por desgracia entiendo a estas mujeres, porque no es cuestión solo de amor, es un problema de una personalidad debil que hace que pienses que no vales nada y que solo esa persona te aguanta.

    Un beso

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  7. No puedo estar más de acuerdo con Kotei, es imposible querer a alguien así, esas mujeres suelen estar atrapadas en vida por sus complejos y su poca autoestima y acaban pensando que simplemente tienen lo que se merecen... Craso error.

    Besos.

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  8. aqui a esas relaciones q se mantienen a pesar de la violencia se les suele decir amor serrano: mas pegas, mas te quiero. incomprensible, pero algunas creen q el hombre si tiene derecho a pegarles. triste.

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  9. ¿Cuántas bofetadas tienen que recibir esas mujeres para que se den cuenta de que no son ellas las culpables de nada sino un marido brutal sin compasión? A veces se dan cuenta en la última, la que les mata.

    Un beso (apenado)

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  10. Una pena que sigan pasando cosas así en nuestros días y más rabia aún cuando las famosillas de medio pelo se dedican a frivolizar con el tema en los programas del corazón y a presentar sus denuncias falsas con tal de tener su minuto de gloria, contribuyendo al atasco general de la justicia y la falta de medios para proteger a las víctimas reales.

    Un beso!!

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  11. Antony, desgraciadamente si, más de lo que imaginamos. Hasta lo que menciona Kotei, un día te sueltan la primera, y te sorprendes.

    Kotei, tu madre es sabia. Yo creo que tienes razón con lo de la personalidad, ya ellos se encargan a lo largo de la vida de ir menguando tu personalidad, de minarte en todo lo posible.

    Christian, totalmente de acuerdo. Siempre se merece algo mejor, en palmitas que debería traerse a su pareja.

    Damian, parece que en sudamérica, esto que comento se da muchísimo más que en España. Aquí hay una lucha sin cuartel contra la violencia de género, y que esperemos, termine dando sus frutos.

    Parmenio, unas cuantas, yo creo que no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta, o se agarran a un clavo ardiendo.

    Erbitxin, es cierto, a mi me revuelven las tripas estas historias de semi-famosas que hacen estas cosas por la tele.... quizá la justicia debería ser más dura con las denuncias falsas.

    Bicos Ricos

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