martes, 21 de junio de 2011

Manual del buen dominguero (II)

Llega el domingo y nuestro dominguero está ya instalado en su lugar de ocio y esparcimiento. Ahora comienza ya la jornada propiamente dicha. A disfrutar.

Para ello, nuestro buen dominguero, y recalco aquello de "buen dominguero" porque no es dominguero todo aquel que sale de casa un domingo dispuesto a disfrutar de su tiempo libre, saca su silla plegable, el periódico del día (ojo, nunca un libro que podría darle a uno un aire de intelectual del que carece por completo) y se echa a descansar, dispuesto a pasar una mañana agradable. Enseguida sale su suegra al encuentro advirtiéndole de que debe echarse crema de protección solar, y su mujer, como si de la nada saca un bote de crema familiar con el que marea hasta a los mosquitos del lugar. Una vez embadurnado, y ya blanco por la crema factor 50, es hora de relajarse.

Hora de relajarse hasta que el niño te pide el balón para jugar probablemente al fútbol. Entre las bolsas que portan, se encuentra una dedicada exclusivamente al deporte y actividades en general. Rebuscando entre las cañas de pescar, la baraja española con su tapete y el tablero de parchís con los dados y cubiletes para dar por culo cuando tu vecino de domingueo intente dormir una plácida siesta. Por la parte de abajo del bolso aparece un pequeño balón con el que tus chicos podrán destrozar el tenderete que has montado y finalmente, el que te decides a darle y que es imprescindible para recibir un carnet de buen dominguero, la pelota hinchable de Nivea. Fundamental. También lo son las palas.

Un rato después, a la mujer normalmente le entran las prisas por la comida, a sabiendas de que sobra tiempo, pero ella necesita darse un baño bien de agua, bien de sol. Manolo es el encargado, si hay que encender alguna hoguera de ese tipo de labores tan rudimentarias. Mientras, su esposa es la encargada de preparar el vermouth, por aquello de repartir tareas, y de sacar las cervezas que por otra parte, también son imprescindibles. Con el fuego preparado y disfrutando de esa sesión vermouth, se va preparando la comida, no sin pegar tres o cuatro gritos para hablar con los chicos que están a una distancia prudencial, unos gritos que te permiten ser visto por el resto de domingueros, y es que en el pique de dominguero perfecto solo hay dos puntos baremables, el número de parafernalia que se despliegue y cuánto se es visto por el resto de vecinos.

El tupper de tortilla. No se puede salir de casa sin un tupper de tortilla, fundamental, y bien fresca de la nevera. Ojo, la tortilla tiene que oler lo suyo también para incordiar al resto. Ahora llega el momento grande. La comida familiar campestre. Con la mesa con el mantel de cuadros, la cestita que contiene la vajilla de plástico con todo tipo de utensilios e imprescindible también un sacacorchos. Es un momento de tranquilidad y paz para el resto, pues, después de media jornada dándolo todo, nuestro buen dominguero tiene un apetito descomunal y lo más fácil será cogerlo con la boca llena.

Otro momento glorioso es la sobremesa, después de los postres, que pueden ser incluso helados en esas neveras de plástico que tampoco pueden faltar en nuestro kit. Con la sobremesa llega tener a los niños cerca, y callados, buen momento para ponerlos a jugar al parchis mientras los mayores se preparan para jugar a las cartas, a cualquier juego que sea ruidoso, a poder ser, mientras rumian un palillo para limpiar un poco los dientes. Con todo preparado y la suegra más que feliz por la partida de cartas, ahora toca descansar por el resto de la tarde, aquí es cuando el buen dominguero se prepara para ir de pesca, y la mujer para relajarse al sol con la ¡Qué me dices! en mano mientras disfruta de los vaivenes amorosos de la realeza europea.

Termina la jornada, y un buen dominguero tiene que saber que debe ser el último en irse, es quizá este otro de los puntos baremables, y recogen, bastante rápido. De hecho, tardan más en sacar cosas de la bolsa que en introducirlas. Y finalmente un detalle no menos importante, dejar parte de la basura generada a lo largo del día esparcida por doquier, para poder llegar la semana siguiente y protestar por lo sucia que es la demás gente. Y por lo demás, solo queda una semana para dar por culo al resto de personas que quieren disfrutar un día de paz y tranquilidad en un entorno agradable.

7 comentarios:

  1. Se te ha olvidado el gran enemigo de los domingueros, y mío en particular: "¡LAS HORMIGAS!" Que joden más que cualquier niño con la pelotica de los cojones... algún día me lo miraré por un psicólogo porque lo mío no es "FORMICOFOBIA" en plan miedo, lo mío es "FORMICOFOBIA" en plan destrucción masiva: objetivo: el hormiguero... que ya s´´e que son animales sociales, muy organizados, jerarquizados, bla, bla, bla... pero yo he llegado, por la calle, a desviarme a posta, por la acera, de mi camino para poder pisar a una hormiga que quedaba fuera de mi hilera de baldosas, y de pequeño no he dejado hormiguero sin "desmochar"... una vez estaba viendo, en LA 2 un documental de hormigas y mi madre, sorprendida me dijo: "¿Tú estás viendo un documental de hormigas?" y yo le respondí, muy solemne: "Para luchar contra el enemigo, hay que conocer al enemigo"... de hecho, en la floristería de EL CORTE INGLÉS venden ahora "plantas carnívoras" (de esas que se autocierran atrapando al insecto...) y estoy por comprar una sólo por el gustazo de estar echándole hormiguicas todo el día... ¡A esa la cebo yo, vamos, anda!

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  2. Jajajaja, hombre, daba por hecho que un buen dominguero, si es necesario, llevará consigo un matahormigas, y es que nada ni nadie te puede fastidiar el día...

    bicos Ricos

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  3. jajajajaja me has hecho reir! aqui sucede muy parecido! tenemos en comun (es lo mas curioso) la pelota inflable de nivea! Yo tengo la mia! jajaja

    Algo adicional es la ida y venida! Llegar (por ejemplo a la playa) es toda una tortura! metidos en el carro avanzas lentamente! Como en una procesion de carros! Y sin embargo el regreso se hace en la cuarta parte del tiempo!


    Un abrazote!!

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  4. Vamos, que eres de esos guarricerdos (como dicen en Futurama) que luego dejan el campo que parece que ha habido una estampida no? Con lo bonito que es llevar una bolsa (o las que hagan falta) para echar la mierda y luego tirarla al contenedor/papelera más cercano...

    Biquiños con mel.

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  5. Un buen dominguero es aquel que ese día tiene buen dinero en los bolsillos, y con eso puede coger para donde quiera, hace lo que quiera y come y toma lo que quiera, je je je.

    Saludos.

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  6. y a mi que los domingueros nunca me han hecho nada de gracia. Será que estaba aconstumbrado a salir al campo y eso de encontrarme con gente que hacía estas cosas me ponía muy muy enfermo, sobre todo por el escandalo que meten, jajaj, aunque para escandalo el de las reinas, eh?, aunque a una en concreto le habría pegado un buen repasillo.

    Un beso

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  7. Qué recuerdos me ha traído lo de la pelota de Nivea. Yo conseguí una de esas que tiraban desde una avioneta en la la playa y sobre la que la mitad de los que estabamos allí nos abalanzábamos como si fues el tesoro más preciado. Y una vez fui el más rápido :)

    Un beso (sin crema)

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