Tengo que anunciar que por fin soy tío. Mi hermano, más joven que yo ha tenido en la tarde de ayer un niño, un angelito, así os lo digo, porque por el momento apenas tiene ganas de llorar. Un día antes de cumplirse el tiempo ha venido al mundo A., mi primer sobrino, y se ve que debía estar bien dentro, porque no tenía muchas ganas de salir, era más lo que empujábamos los familiares desde fuera que el propio crío desde dentro. Ha venido muy sano, bien de peso y estatura, y dicen los que lo han visto en directo que es blanco, casi como su padre cuándo nació, y de quién también ha heredado las orejas, la nariz sin embargo es como la de la madre. Del tito Pimpf dicen que ha heredado otras cosas.
Nace como el mejor regalo que mis padres podrían tener en el día que se celebraba su aniversario de bodas, el regalo que esperábamos impacientemente desde hacía semanas y ellos especialmente ilusionados porque por fin serían abuelos. Mi hermano llevaba ya días nervioso, de un lado para otro, pendiente de la madre. Nos ha llamado a todos la atención lo ilusionado que está, y no porque no diesemos ha por hecha esta ilusión, que no hay padre que no la tenga, nos ha sorprendido su decisión y su seriedad, una seriedad que nunca ha tenido, ahora solo esperamos que el pequeño A. le dulcifique un poco el carácter, porque ya os lo digo, mi hermano y yo somos prácticamente antagónicos, física y mentalmente.
Pues bien, cuándo media Colombia todavía llora al recientemente desaparecido Gabriel García Márquez, una pequeña familia del interior del país sudamericano celebra también la venida al mundo de otro pequeño colombiano al que le espera toda una vida por delante, le espera un mundo de ilusión, de lágrimas, de risas, de sentimientos, toda una retahíla de aventuras por vivir, sus primeros pasos, las primeras palabras, la guardería, muchas alegrías, algunas despedidas, primeras veces, y que esperamos las vaya descubriendo día a día como una aventura sorprendente. Esperamos pues que la vida lo trate al menos con el mismo mimo con que nosotros lo hemos acogido y que no deje nunca de soñar porque en esto consiste básicamente el secreto de la vida.
¡Bienvenido A.!
¡Enhorabuena Tito Pimpf!.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Muchas gracias Celso, solo queda disfrutarlo.
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Felicidades¡,
ResponderEliminarMuchas gracias Pancho.
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Qué bonito eso que has escrito. ¡Enhorabuena Tito! (Seguro que has dejado el teclado perdido de babas).
ResponderEliminarUy, ¿babas yo? Bueno, unas pocas, me han regalado un babero ya.
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Entendí mal? Tu hermano y famila están en Colombia? Que bonito nombre y que suerte! La de Angel de tenerte como tio! Yo también soy tio, pero pocas veces puedo ejercer el cargo porque ellos viven en eeuu y yo en Peru, pero de una manera que no puedo explicar debo decir que amo a mi sobrino! Es el ser mas maravilloso del universo para Mi, en esa personita esta reunido lo mejor de sus padres y su abuelos y bisabuelos! Es el resumen perfecto! Un evento cósmico! Lo mismo sucede con tu sobrino! Felicitaciones a toda la familia! Ya veo que la paternidad cambiara muchas cosas en tu hermano!! Y a ti también!!! Que ya eres TIO!!!
ResponderEliminarHas entendido mal, o es que yo tampoco he querido dejarlo bien claro, por aquello del anonimato, jeje. No se llama Ángel, es un angelito, aunque ese nombre se lo pondría yo gustosamente, en mi familia hay varios y me encanta. Y tampoco ha nacido en el país sudamericano, allí tiene familia, la familia de su madre, pero ha nacido aquí, en Galicia. Muchas gracias, Gary.
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Hermoso texto.
ResponderEliminarPodría haberme salido más bonito, pero bueno, muchos sentimientos (bonitos) de golpe.
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