El final de la justicia universal

Quede claro que a mi no me gusta hablar de política en este blog, bien lo sabéis, y mucho menos sobre mi vida privada, pero es que hay cosas con las que no puedo, y a mi esto de que el gobierno mangonee en cosas que están bien como están, no me gusta, ya os lo digo. Y no, no me estoy refiriendo a la ley del aborto que pretende aprobar el gobierno de Rajoy, me refiero a esto de la justicia universal.

 

El cámara José Couso, asesinado en Irak

Yo no tengo mucha idea sobre este tipo de temas judiciales, así os lo digo, ni sé muy bien lo que han aprobado en esta ocasión los del gobierno, una reforma sobre la Ley Orgánica del Poder Judicial, pero sí sé que se ha armado algo de revuelo, porque con esta reforma de no sé qué ley quedan fuera de la jurisdicción española unos cuantos casos importantes, y por ello, han votado en contra todos los partidos con la excepción del Partido Popular. Ellos han defendido esta reforma diciendo que permite el sobreseimiento con carácter retroactivo de causas abiertas hasta ahora por los tribunales españoles, aducen también que esta reforma amplía los delitos cometidos fuera de España y delimita aquellos que la justicia española puede investigar, dicen también que no crea espacios para la impunidad y que permitirá que los crímenes puedan ser juzgados y perseguidos de una forma más efectiva que antes. Y no entiendo yo, como siendo una ley tan maravillosa ha tenido una respuesta tan clara por parte de partidos políticos, víctimas de delitos de este tipo y sobre todo por aquellos jueces que están investigando este tipo de casos.

 

Así es que actualmente, la justicia española tiene más de una docena de estos casos pendientes, el genocidio en el Tíbet, el genocidio en el Sáhara, el genocidio en Guatemala, el genocidio en Ruanda, el holocausto nazi, el asesinato de miembros de Falung Gong, una practica religiosa que en China no entendían bien, los vuelos  de la CIA con presuntos terroristas que hicieron escala en España y que fueron enviados a Guantánamo, el asesinato del diplomático Carmelo Soria en la dictadura de Pinochet, el asesinato de seis jesuitas en El Salvador, el ataque de Israel de la flotilla de Gaza, o el asesinato de refugiados iraníes en un campo de refugiados, y el más visible de todos a efectos periodísticos, el asesinato del cámara de Telecinco, José Couso. Todas estas causas, y dado el carácter retroactivo, podrían ir a parar a un archivo y quedar impunes.

 

Los familiares de José Couso han sido los primeros en levantar la voz contra esta nueva medida, y se han visto apoyados en su causa por el juez Pedraz, que es quién lleva este caso, o los jueces Ruz, Velasco o Moreno, que han preguntado ya a la Audiencia Nacional qué tienen que hacer para seguir estos casos, terminar de investigarlos y no dejarlos impunes.

 

Los políticos, independientemente de cada caso, y lo que les preocupe, han insistido en dos aspectos, que los políticos se hayan metido una vez más en la independencia de la justicia, y que se tome esta medida para satisfacer presiones (económicas) de países implicados como los Estados Unidos o China. Se han planteado también la constitucionalidad de la norma, al aplicar sobre estos casos tratados internacionales que no pueden ser modificados por las normas españolas.