A pocos voy implementando con una metáfora futbolística el drama que se está viviendo en Ucrania, un drama que lejos de ser un problema interno, es algo muy internacional, un acertijo geopolítico y como todo problema de este tipo, económico.
A finales de marzo de este año hacía un post Estados Unidos 1 - 0 Rusia, dónde hacía el análisis sobre la caída del gobierno de Yanukovich (o como se escriba) tras unas revueltas en Kiev de unos ciudadanos proUnión Europea, de la desbandada del gobierno ucraniano hacia zonas prorrusas. No pasaron ni dos semanas cuándo estalló el conflicto de Crimea. Una región al sur de Ucrania se erigía en independiente de Ucrania, Crimea, proponía un referéndum a dos semanas vista que terminó con un mayoritario SÍ quiero a la independencia y a ser más amiguitos de Rusia, lo que terminará siendo la anexión de Crimea a Rusia. Pues bien, pocos días después, cuándo las aguas parecían calmadas (al menos en una calma tensa), la región de Donetsk sigue los pasos de Crimea, todo ante la impotencia del gobierno provisional ucraniano, el apoyo ruso y el desinterés europeo. ¡Zas!
Estamos hablando por lo tanto del desmembramiento de Ucrania que sitúa a la zona en el punto más caliente del planeta en estos momentos (con el permiso de las dos Coreas que siempre son punto caliente). Un desmembramiento planificado por Rusia, que no duda en alentar a los prorrusos de la región para que se hagan independientes y luego anexionárselos (pero preguntándoles antes), una forma muy sutil de hacer las cosas. Claro que, ni vosotros sois tontos, ni los ucranianos tampoco, y todos sabemos que el papel de Rusia no es tan inocente.
Efectivamente, Rusia, tras ser vapuleada durante los últimos 20 años política y económicamente no ha dudado ni un momento en reclamar para sí lo que necesita para no perder del todo esa guerra fría que nos tuvo sumidos en tensiones políticas gran parte del siglo XX. Rusia, que ha ido cediendo desde tiempos de Stalin, dada la superioridad norteamericana, llegando a pactos de no agresión nuclear con Kruschev, desarmandose progresivamente con Gorbachov, desmembrándose con Yeltsin, y cediendo la independencia de los países que otrora estuvieran en su órbita, dejando ir a Lituania, Letonia y Estonia, Ucrania, y un pico largo de repúblicas exsoviéticas, dejando que todas estas repúblicas abandonasen el caído pacto de Varsovia. Pero Rusia no está dispuesta a dejar de ser la potencia principal que fuera otrora, dejando su área de influencia caer en manos estadounidenses. Bien cierto es que el peso ruso no es el de antaño, y bien cierto que Putin tiene una situación económica totalmente distinta, porque en cuánto te vendes al capitalismo, entras a jugar con las reglas de juego del capitalismo, y ya lo geopolítico no es lo fundamental, dónde y cómo poner un misil que acojone a tu rival, porque tu rival juega también con otro tipo de armas, las económicas y aquí es dónde entran en juego las relaciones comerciales de Rusia con Europa o China y la importancia de las energéticas.
Sin embargo, el conflicto ucraniano, lejos de solucionarse está pasando por una de esas fases de escalada de la violencia. Rusia, cada vez con menos tapujos se está metiendo en el conflicto del país exsovietico vecino, y ya por arte de birlibirloque, los que eran observadores internacionales han pasado a ser miembros infiltrados de la OTAN en las zonas calientes de Ucrania, que sin ser de la OTAN (y todavía nos preguntamos por qué existe todavía tal organización internacional), y que por derivación de las complicaciones del batiburrillo este, ahora están secuestrados. Yo no sé en qué acabará esto, porque los del otro lado, que tampoco deberían meterse pero normalmente se meten, no tienen las cosas tan claras. Estados Unidos defiende más sanciones a Rusia, sanciones tipo "os prohibimos jugar a la Gameboy", aunque las últimas han sido un poco más duras, pero poco más "os prohibimos jugar a la Play". Londres y París piden un poco de sangre y que se promuevan sanciones más duras y ya por si acaso ir tomando medidas de carácter defensivo, y finalmente, Alemania, que es dueña y señora y dice que por el momento, sancioncitas. Ante el panorama de unidad, solo nos cabe esperar que Rajoy sentencie, y conociéndolo, dejará que el jaleo pase, con lo cual, nos vamos al segundo tiempo con un justo empate.
Muchos dicen que huele a una 3ª guerra mundial.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Jajaja caray con ese tipo de sanciones! Me recuerda a mi hermana que manda a mi sobrino a su cuarto (donde tiene varios cosas con que divertirse) y yo le digo mandalo a lavar platos ¡ a barrer o algo productivo! Y eso mimso digo yo con respecto a estos países, tienen problemas mas importantes con los cuales lidiar!
ResponderEliminarPues es que no es fácil, si aprietan Rusia corta el gas y se une con China y con el mundo árabe... lo cuakll asusta a occidente, pero Obama tiene que intentar contratacar, al final es un juego de equilibrios.... Oiga está nominado a los premios MALVA Pinfi, los primeros de mi blog.
ResponderEliminarEl guión ya está escrito.
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