Esta Semana Santa había decidido quedarme en Madrid pues, mi pronta visita a Galicia dentro de un par de semanas y el descanso político que necesito, justo antes de comenzar la campaña electoral hacen que haya decidido pasar estos días alejado de todo ese ruido y del ambiente habitual de mis semana santas. Así, he decidido irme unos días a tierras extremeñas, a pasar una semana santa distinta. Esto no quita que el sábado santo, y sobre todo el domingo de pascua sean días que me traen muchísimos recuerdos de infancia, y no tanta infancia.
A mi mente vienen los días de jaleo religioso de Jueves y Viernes Santo, y lo que suponía el sábado santo, un remanso de paz y tranquilidad esperando la resurrección, o lo que era mucho peor, la vuelta a clase un par de días después. Pero el sábado pasaba sin pena ni gloria hasta que llegaba el domingo de resurrección, o domingo de pascua. Me recordaba en su blog que a él la semana santa le evocaba procesiones, grandes sentimientos normalmente unidos a la fe y entre otras cosas, olores característicos. El olor más característico de este día de pascua era el de los anises. En todas las casas donde había un padrino o una madrina, había un ahijado o ahijada que debía pasar ese domingo a recoger su roscón de pascua, el roscón como lo conocíamos habitualmente. De niño, con mi hermano más chico todavía que yo, nos levantábamos ese domingo de pascua en el que mi madre no nos obligaba a ir a misa, nos dejaba descansar del tutum revolutum de días anteriores, pero nos ponía la ropa de los domingos y nos ponía la ruta a seguir. Primero a casa de mi madrina, a recoger el primer roscón, un roscón de dos kilos con sus huevos cocidos, sus guindas y el olor a aníses y manteca que desprendía, después, a casa de mis abuelos, a recoger los dos roscones de mi hermano, otros dos kilos de roscón al hombro y por último, a casa de mi padrino, que vivía lejísimos, casi a dos kilómetros de mi casa. Era un poco suplicio, pero al no estar mi padre normalmente en casa por esas fechas, y al no tener coche en la familia el recorrido se hacía a pie, y así volvíamos a casa mi hermano y yo, cargadísimos con todos los roscones. Luego, la tarde era tarea de mi madre, cortar el roscón, embolsarlo y guardarlo en el congelador.
Los años fueron pasando, ya teníamos coche en casa, y yo carnet de conducir, y la tradición seguía como hasta entonces, la misma ruta, pero era todo más cómodo. Un par de años después, las tornas cambiaron un poco. El sábado santo tenía que llevar a mi abuela, tías y madrina a las panaderías y pastelerías más típicas, a las mejor cotizadas donde recogíamos los roscones que, al día siguiente se repartirían. Mi padrino, por esas fechas dejó de darme el roscón.
Ahora, mi madrina sigue con la tradición, que es regalar una rosca al ahijado hasta que éste se case, y una vez se case, el ahijado pasa a regalar la rosca a la madrina. Ella sigue en sus trece, que hasta que me case seguiré llevando mi rosca. Eso si, todos los años me pregunta como va esto de las novias, que a ver cuando me caso, que ya es hora de que ella disfrute de sus roscas. Yo no le quiero dar el disgusto, pero no tengo la boda en mente todavía, y cada año le digo que no es necesario seguir con la tradición, pero que cuando me case le pasaré la rosca. A ella no le convence, y creo que es porque prefiere verme casado.
Este año, aún no he hablado con ella, aunque a estas alturas creo que ya sabe que no voy a ir por casa hasta un par de semanas después. Ignoro que hará, pero supongo que algo me tendrá reservado, porque tiene pensado llevar la tradición hasta los límites. Aunque en mi casa mi hermano, ya no tenga ninguna de sus roscas y la única que recibimos es la suya. Creo, que por primera vez en mi breve historia, estas pascuas no disfrutaré de ese olor a anises que inundaba todas las casas.
Búscate una buena pastelería en Madrid y endíñate una rosca de esas, que en Madrid hay de todo, sólo hay que saber buscar... y a tu tía, la buena mujer, ¿le has presentado ya a D.?, o es que de lo tuyo no sabe ná de ná... mira, si se lo dices, a lo mejor se libera de la rosca... con todo la experiencia me dice que las personas, cuanto mas mayores, por sorprendente que parezca, son más tolerantes que los jóvenes... mi abuelo me preguntaba por mi chico como si tal cosa, mientras que las hijas de puta de mis tías (que creo que es su nombre técnico) desde la muerte de mi padre me hicieron el vacío absoluto...
ResponderEliminarCuriosa tradición la de la rosca de los padrinos. Nunca la había oído, aunque claro, cuando yo era un chaval toda mi familia vivía en otra ciudad y aquí sólo estabamos nosotros y creo que el vecino no estaba por la labor ;)
ResponderEliminarMe da un poco de pena lo de tu madrina ¿has pensado en comprarle tu una "a cuenta" de una futura boda? Así no aclaras cuando ni con quien jejeje
Un beso (con sabor a anis... del mono)
Oh! que curiosa historia! Aqui tenemos tradiciones parecidas (obvio ya que estas tradiciones vinieron de españa). Aqui se hacen unos panes en forma de bebe, aqui se les dice WAWA(que en quechua significa bebe o niño pequeño) y se regalan tal como se regalan los roscones. En mi casa recibiamos tambien a las wawas! hasta que un dia pregunte ¿mama, pero no es esto una especie de canibalismo? no estamos comiendo a un bebe! Y desde esa vez nunca mas volvi a ver una Wawa en casa! jejeje
ResponderEliminarA veces las tradiciones van cambiando o se van perdiendo, espero recibas y des tus propios roscones pronto!
Ah por cierto me causo gracia lo del roscon aqui roscones , rosca o rosquete se les dice a los gays, no se cual es el origen de esa palabra.
Pues a ver si nos vamos casando ya, que la pobre mujer no puede estar siempre pendiente. Aquí en Madrid esa tradición no existe, o al menos yo no la conozco, que mis padrinos me dejaron tirado, como toda esa familia suya.
ResponderEliminarLo de casarse no decía con quien, no? pues nada, tu te desposas con tu D. y a regalarle las totar a tu madrina, jeje
Un beso
Pues yo nunca, acá no existe tal tradición, mi consuelo son los huevitos de chocolate, esos sí que los disfruto, besos!
ResponderEliminarYo también desconozco esa tradición, seguro que es gallega. Pero vamos, las tradiciones, como las reglas, están para saltárselas y como nunca te vas a casar siempre puedes comprarle una rosca de motu propio a la pobre mujer. Ya verás que feliz se pone.
ResponderEliminarBesos.
Estás metido en tremendo lío con eso de las roscas, querido, Pimpf, haber como la haces.
ResponderEliminarAbrazos.
Las costumbres tan bonitas como esas deberían mantenerse de generación en generación. Si te casas o no eso es lo de menos, siempre hay formas de adecuarse a la situación :)
ResponderEliminarTampoco había escuchado esa tradición aunque la rosca tiene que tener buena pinta jaja. Bueno pues si te casas muy bien, no importará con quien y si no, pues está igual de bien y te ahorras unas roscas.
ResponderEliminarUn fuerte besazo
jjaajaja... qué perra con que la gente nos casemos, oye; pero al menos ella tiene un buen motivo :P
ResponderEliminarPero churri, qué necesidad tendrás de entrar en política; tú que tienes letras, blog y tu función.
Todo sea por la erótica del podééé
Besos; ¿es lunes?, ¿pero no dicen que ayer fue la resurrección? ¿Resucitar para trabajar?
Observatorio, la opción "buscar una rosca por Madrid" no me convence, deben ser carísimas y seguro que nada que ver con las de allá. Sobre lo de la gente mayor, podría haber tenido anécdota este fin de semana similar.
ResponderEliminarParmenio, lo de comprarle una rosca yo, y así hacerla descansar era una opción, pero si lo hago, va a querer darme dinero... las madrinas que son así.
Gary, ¿lo de la rosca será por el agujero? Jajajaja, la verdad que nos ponen todo tipo de nombres. ¿vuestros bebés también tenían anises por dentro?
Kotei, en Galicia los padrinos tienen la función Reyes, con los regalos y en algunos casos roscas también, y luego en pascua también las roscas y en algunos casos huevos de chocolate. Vamos, que no queda lo de ser padrino solo en firmar un papel.
G-boy, por aquí también hay huevos de chocolate, tienen mucha fama en Cataluña. A mi nunca me regalaron de esos... :(
Christian, la tradición no es solo gallega, por lo que he leído, pero vamos, que mucha información al respecto tampoco hay. ¿Y qué es eso de que no me voy a casar?
Antony, será prueba superada, ya verás, a mi me encantan las tradiciones.
Munani, claro, lo bonito es lo de mantener el vínculo con los padrinos.
Fran, vamos, que me siento aquí el bicho raro, a ver que opinan el resto de gallegos blogueros.
AntWaters, chuchi, pues si, siempre con la cantinela, no sé si será por lo de los banquetes... y que le pasa a la política, a mi me encanta. Al momento, mientras leía tu comentario, me dijo mi jefe "que mal estás... (Chuchi??), ¿estás dormido?"
Bicos Ricos
ahhh.. mira tu.. en casa ni a la iglesia fuimos asi q las pascuas y su significado no lo tengo incorporado, para mi son 2 dias sin carne, un sabado y domingo con roscas y el domingo para el huevo de chocolate, eso si las roscas son caseras, rellenas y hechas por mi.
ResponderEliminarAhm, Juancito, mi madre ahora también sabe hacerlas y se lo agradecemos un montón, que están riquísimas. Pero vamos, no me digas que a estas alturas de la película os pasais los días sin comer carne... yo eso no lo concibo en mi mente, ni de católico ni de persona en general.
ResponderEliminarBicos Ricos