Una opinión personal

Ayer la noticia corría como la pólvora por todos los círculos, tanto LGTB como heterosexuales, y es que Alberto Ruiz Gallardón, el nuevo ministro de justicia había hecho unas declaraciones donde él no veía, personalmente, que la ley por la que se modifica el código civil en materia de matrimonios -más conocida como la Ley de Matrimonio Homosexual- fuese anticonstitucional, pero que pese a ello, eso no dejaba de ser su opinión aunque la que se iba a seguir adelante sería la del partido, y que por lo tanto, estarían pendientes de lo que dijese al respecto el Tribunal Constitucional.

No es nada nuevo que el Partido Popular esté esperando una resolución del TC sobre este aspecto, y sobre otros, o que quede claro, con las declaraciones de miembros del partido afirmando su malestar con las declaraciones del ministro, o que el PP no tenga intención alguna de sacar el recurso que en su día puso. Para nada. Hay cosas tan tradicionales que nunca cambian. Por ello tampoco es nuevo que de vez en cuando algún miembro del PP, alguno destacado haga algún tipo de declaraciones de este estilo, que no tienen nada de escandaloso, o que el mismísimo Gallardón, quiera aparentar ser menos de derechas, o más de centro, o como dicen muchos, el candidato de izquierdas de la derecha, un grano en el culo de D. Mariano Rajoy. Tampoco es nuevo que Gallardón haya peleado con uñas y dientes por su puesto como ministro y que éste haya supuesto una serie de movimientos de piezas clave del partido tales como la cesión de la Alcaldía a mi querida Anita Botella. Ni es nuevo el interés a lo grande que tiene Gallardón puesto en la sociedad española, y que seguramente quiera terminar su carrera política en un simple ministerio. No, Gallardón apunta a mucho más alto, y solamente tiene un escollo, Rajoy, pero eso es harina de otro costal, y una lucha interna que todavía no se ha desatado con toda la crudeza del mundo, hasta ahora uno y otro solamente se dan pequeños toquecitos en la espalda que los españoles casi ni apreciamos.

Claro, lo que sí me ha llamado poderosamente la atención ha sido la pronta respuesta de muchos miembros del ejecutivo y de su partido, que no han tardado en manifestar que lo dicho por Gallardón no era más que una opinión personal y no la del Partido Popular. Esta gente tampoco aclaran que estén claramente a favor del recurso, aunque 50 diputados populares lo presentaron. A mi me gustaría un pronunciamiento de todos, por saber qué opinan, y por saber si son honestos consigo mismos y con el resto del electorado. Cómo tampoco me han llamado la atención las declaraciones de los de siempre, los defensores de la familia, foros de la familia, familias unidas y perfectas, familias de niños rubios uniformados, familias clásicas y chulísimas que siempre aprovechan para su salida de tono, lo que se conoce como "grupos de presión" y que yo añado lo de "grupos de presión carcas". Han tachado estas declaraciones como "ambiguas", "incongruentes", "inaceptables", "absolutamente inaceptables". Vamos, que solo les ha faltado decir "absolutamente inaceptables y bochornosas". Y entonces me he parado a leer una web dónde dan 12 argumentos para decir NO al matrimonio homosexual, y casi me han convencido, bueno, si no fuese porque incluso las veo homófobas y rozando el delito. Qué poca vergüenza.

En fin, que a mi no me gusta hablar de política, ya lo sabéis, ni de mi vida privada, y yo, como bien sabéis soy un defensor del matrimonio igualitario, pero no se me pasa por la mente casarme, más que nada porque yo soy un clásico, de los que piensan que el matrimonio es para toda la vida y que de hacerlo tendrá que ser con alguien que te quiera y te tenga en un altar, y sé que por ahí la iglesia no va a pasar, y que además, nadie se casa ya para toda la vida, ahora la gente hasta se casa para aparentar, para estar bien con uno mismo, y muchas veces, la mayoría, hasta se casan sin pensar en su pareja, y hasta he oído casos, donde se casan sin su pareja. ¡Habrás he visto! Terminaremos haciendo matrimonios ¿monoparetales? ¿unitarios? Y todo este revuelo por unas declaraciones de un ministro venido a más.