Día Internacional de la Mujer

Desde Pimpfiadas celebramos a nuestra manera el día internacional de la mujer, antiguamente conocido como día internacional de la mujer trabajadora, pero ¿Qué mujer no es trabajadora? El caso es que el lema de la ONU para este día es "Habilitar a la mujer campesina y acabar con el hambre y la pobreza", un lema que en España es y seguirá siendo algo así como "Seguimos luchando por la igualdad", aunque este lema me lo he inventado yo que otra cosa no, pero ingenio, a raudales.

Y un día que debería estar enfocado a estos lemas se ha ensombrecido un poco por cuestiones políticas y es que, con el ministro Gallardón, ese alcalde de pueblo venido a más, hemos topado, con Gallardón y con la Iglesia. En esta ocasión la Iglesia no ha dicho nada, y no es necesario, los que gobiernan ya siguen a pies juntillas los mandatos de la Santa Madre Iglesia. Pero Gallardón ha vuelto a hacer un Gallardonazo, después de su simulación de político progre de derechas, y repito lo de simulación, ahora ha sacado su lado más casposo en relación a la próxima reforma de la ley del aborto diciendo que "creo que en muchas ocasiones se genera una violencia de género estructural contra la mujer por el mero hecho del embarazo". Tic Tac Tic Tac. Y se queda tan tranquilo.

No entiendo nada. En primer lugar su reforma pretende ser una vuelta atrás, a tiempos anteriores a la primera ley del aborto, con varios supuestos que ponen más complicado por parte de una mujer el aborto, presupone dicha reforma de la ley que la mujer no tiene los suficientes derechos como para decidir libremente si debe o no debe abortar, presupone también que las mujeres abortan como si abriesen una bolsa de pipas, ingnoran que es una difícil decisión que probablemente las marcará el resto de su vida además de poner muchas trabas a una decisión propia de la mujer. Gallardón se refiere, supongo, a la indefensión laboral de muchas mujeres cuando quedan embarazadas, y no se le ocurre mejor forma de atajar el problema que poniéndoles las cosas más complicadas a las mujeres. Muchos empresarios evitan contratar a mujeres embarazadas, o son despedidas, y su forma de atajar el problema es con esa reforma de la ley del aborto. Hombre, Sr. Gallardón, que estás en los cielos (o en las nubes), insinuar que las mujeres abortan porque se ven presionadas por su entorno para que no las despidan y no ir al problema de raíz que es el trato desigual que recibe una mujer embarazada y una no embarazada es procupante. Es como aquel que decía que la culpa era de los padres que las vestían como putas.

Y encima, apuntilla todo esto la lumbreras de la política española, la ínclita Esperanza Aguirre y dice "esta historia de que el aborto es un derecho es una falsedad como un templo, es un fracaso inmenso de la mujer". Algo de razón lleva y no se la voy a quitar, y es que el retroceso en esta ley del aborto será una merma de los derechos de la mujer, y el fracaso será permitir que esta se apruebe, todo lo demás es la basura esta cristofascista que destila por la boca la Sra. Esperanza, y la que tenga dinero, a abortar a Londres, como en tiempos remotos y esta caspa, callados también como putas.

Lo que pasa que yo como católico no debo ser proabortista, pero también considero que esto no se hace por vicio, si no por una necesidad puntual, que no es una decisión fácil y que nadie quiere abortar por naturaleza, y también creo en la libertad como uno de los mayores derechos de los ciudadanos, o que un aborto no es ni de lejos un asesinato como dicen por ahí estos foros de la familia, hombre, un poco de rigor en estos temas tan delicados.

Y mira tú por dónde, cuando debía estar hablando de la mujer campesina, de la erradicación del hambre, o de la igualdad, voy y dedico medio post al tontolaba del Gallardón, que hay que ser acaparador de la atención del mundo mundial.