viernes, 29 de junio de 2012

Yo también escribí sobre maricas insólitos

Siempre he sido un fan de la historia en general, un apasionado de las biografías y estos días, con la excusa del orgullo, quería hacer un post sobre maricas insólitos en este blog, del estilo Observatorio Gay Granatense pero algo más corto y mucho menos documentado, que esta es una sección copiada.

Juan II de Castilla
Numerosos han sido los personajes históricos españoles que han sido homosexuales, o sobre los que ha recaído la sospecha de serlo, desde escritores, actores, cantantes, investigadores o pintores. No podian quedar fuera de estas sospechas algunos de los personajes más criticados por el pueblo, las familias reales, y los reyes. En España, siempre se ha rumoreado sobre la sexualidad de nuestros monarcas y miembros de la familia real, y en los últimos siglos destaca por encima de todos Francisco de Asís, esposo de la reina Isabel II. Sin embargo, hoy hablaré sobre unos maricas insólitos anteriores a la época del romanticismo, concretamente en la Baja Edad Media, poco antes de la unificación de los reinos de España en el siglo XV y en el Reino de Castilla, dónde se hizo conocido el dicho de "En Castilla, de tal palo tal astilla", en relación a los reyes Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV de Castilla.

Alvaro de Luna
Juan II de Castilla llegó a ser rey en 1406, tras la muerte de su padre Enrique III el Doliente, cuando él contaba con tan solo dos años, momento en que asumiría la regencia del Reino Doña Catalina de Láncaster, su madre. Su tutor, un noble manchego, D. Álvaro de Luna, hijo bastardo de un noble castellano que había llegado a la corte como paje. En 1419, cuando el rey contaba con 14 años fue declarado mayor de edad y accedió plenamente al trono. Con la llegada al poder de Juan II, el que fuera su tutor alcanzó un poder más que notable, llegando a ser Condestable de Castilla, Gran Maestre de Santiago y valido del rey. Alvaro de Luna, seductor, atractivo e inteligente encandilaba a todo el mundo, pero para asegurarse su poder, se aseguró primero a la madre del monarca, y después, enseñó todo lo que se debía enseñar a un joven rey, entre otras cosas, los placeres de la carne. Los detractores de este noble castellano lo acusaban de haber hechizado al rey, al punto que el monarca lo señalaba como compañero para compartir aposentos. Y pese a que tanto el rey Juan II como Alvaro de Luna eran mujeriegos, su relación más que estrecha tenía al reino en vilo. Juan II de Castilla casó con María de Aragón, fruto de este matrimonio fueron cuatro hijos, entre ellos el que le sucedería, Enrique IV. Casó posteriormente en segundas nupcias con Isabel de Portugal con quien tendría un hijo y una hija, ella más conocida como Isabel La Católica. Sin embargo, pese a estos matrimonios, decían de Juan II que "ni de noche ni de día quería estar sin Don Álvaro de Luna, y lo aventajaba sobre los otros, y no quería que otro alguno lo vistiese ni tratase".
Esta estrecha relación entre ambos terminó enfriándose con el segundo matrimonio de Juan II y la alianza de nobles castellanos contrarios a Álvaro de Luna. En 1453 el valido fue acusado de traición y sentenciado a muerte tras la conspiración de la esposa del rey ante el temor al Condestable. Isabel de Portugal convenció al monarca para que firmase esta sentencia de muerte. Alvaro de Luna fue degollado y al año siguiente, apenado, Juan II fallecía y se reuniría otra vez con su valido.

Enrique IV de Castilla
Sin embargo, esta relación entre Juan II de Castilla y Álvaro de Luna, que aunque no deja de ser un secreto a voces, bien pudiera ser fruto de las envidias y luchas internas por el poder, cosas de las malas lenguas. Pero el caso que no deja lugar a dudas es el del hijo de Juan II, Enrique IV, también acusado de sodomía. Su homosexualidad era evidente y ello no le impidió ser rey, los problemas surgieron con la cuestión dinástica. Enrique IV gustaba desde joven de rodearse de guapos mancebos, cortesanos apuestos y donceles acosados por el rey, tales como Francisco Valdés o el Condestable Miguel Lucas de Iranzo que terminaron por huir de la corte. Se casó con la bella Blanca de Navarra, que sería repudiada por esteril, aunque la realidad era la imposibilidad del rey para consumar el acto sexual. Casó en segundas nupcias con Juana de Portugal, de extraordinaria belleza, con la cual mostraba públicamente sus esfuerzos por complacerla, se azotaba las nalgas e incluso untaba sus genitales con cualquier tipo de ungüento para cumplir con ella en la cama. Finalmente, Juana de Portugal quedó embarazada pero los contrarios al rey, que apostaban por el reinado del Infante Alfonso, hermanastro del rey y hermano de Isabel la Católica, corrieron la noticia de que el padre de la criatura era D. Beltrán de la Cueva, valido del rey, pues el monarca era un sodomita e impotente. Beltran fue considerado el hombre más influyente de la corte en esos momentos, y sabido era de todos su acceso a cualquier cámara del palacio, el enamorado del rey que además, gozaba de la simpatía de la reina y con quienes mantenía una relación íntima, siendo habituales los tríos, y de ahí la supuesta paternidad de Beltrán. La hija del rey Enrique IV con Juana de Portugal, y presuntamente de Beltrán fue conocida a lo largo de la historia como Juana la Beltraneja, que se disputó años después el trono de su padre con Isabel la Católica. Finalmente, y ante la negación de la Beltraneja como sucesora y la imposibilida del rey de tener más descendencia, el rey fue depuesto de su cargo tras las Farsa de Ávila, en la cual varios nobles contrarios al rey, ridiculizaron una estatua de madera que simbolizaba al rey a la cual habían acusa do de ser un "puto" (sodomita) y un maurófilo (amigo de los musulmanes). Enrique IV reconoció a su hermana como reina de Castilla.

Años después, la reina de católica y su esposo aprobarían la Pragmática de 1497 por la cual se terminaba con la permisividad con los homosexuales, considerándose la sodomía como una herejía y una traición para la cual la tortura era algo sistemático antes de la pena de muerte. Comenzaban unos años, con la Inquisición en las que fueron las primeras persecuciones y ejecuciones en masa de los homosexuales. Se perdieron muchas vidas injustamente, motivo que tendría que ser suficiente para la celebración de estos días del Orgullo. Otros, cuando alguien muere injustamente, son considerados mártires y santos, los homosexuales, sin embargo tienen que excusarse para celebrar una jornada reivindicativa, y estamos en el siglo XXI.

5 comentarios:

  1. Interesante artículo, no sabía de esos ilustes gays.

    Un abrazo chiquitín !!.

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    1. Cachis la mar! que no me ha salido lo de las fotos, tendré que arreglarlo en casa.

      Bicos Ricos

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  2. Muy buena infomarción, lástima lo de las fotos, te hubiera quedado un artículo redondo, pero bueno, no deja de ser una información interesante.

    Salu2.

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  3. Que interesantísimo relato, y vaya relación que hiciste con el orgullo. Me hizo mucha gracia lo de "La Beltraneja", espero que lo estés pasando de lujo por allá!. Cariños.

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  4. Si ya sabía yo que la puta de CASTILLA, que así es como llama mi novio a ISABEL LA CATÓLICA, pese a su abundante huella en nuestra GRANADA, tenía que ver con toda esta historia de represión... muy buen artículo, te felicito por el I+D con que nos has sorprendido hoy.

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