miércoles, 23 de julio de 2014

Apocalipsis AZ. La Ira de los Justos

Y por fin, tras un tiempo sin leer demasiado, he terminado la saga zombi de Manel Loureiro. Que no es poco decir, ahora a buscar nuevas cosas que leer en estas vacaciones. Pero empecemos por dónde hay que empezar, por esta Ira de los Justos, que creo ha cerrado bien la saga, o al menos ha sido mucho mejor que la segunda parte que no me gustó especialmente.
 
Hay quién ya conoce a Manel Loureiro como el Stephen King español, aunque para ello todavía le quede una larga vida como escritor, ideas rebuscadas, finales con una araña al final, u otros finales quizá un tanto sorprendentes, muchas y muchas más letras de las que hasta ahora ha escrito Manel. El caso es que con esta Ira de los Justos, Manel Loureiro termina la que es su ópera prima novelística, una trilogía zombi que, como muchas comenzó como un proyecto blogueril pero que tras el éxito inicial se terminó convirtiendo en toda una novela, y de la novela y publicación por Plaza y Janés en 2010 vino una segunda parte, algo apresurada quizá y la más floja y finalmente, en 2012 la tercera parte, la más extensa y el broche final para la historia.
 
Pero caris, qué sería de Pimpf si no hago espoilers, porque sabéis que yo sin espoilear no soy nadie. Pues ya os lo digo, Manel deja resuelto en esta novela el problema del virus TSJ que acaba con casi toda la humanidad. ¿Toda? Toda no, una pareja de gallegos sobrevive a todo este apocalipsis zombi, porque raro sería que no hubiese en un nuevo comienzo de la humanidad un gallego por ahí. Y concretamente, esta tercera parte lleva a los protagonistas, el abogado del cual no se hace mención de su nombre en toda la novela hasta el final, de Lucía, una joven de un pueblo precioso gallego del que no voy a dar más referencias pero que, es el mejor pueblo de Galicia y del mundo mundial, y Viktor Pritchenko, el ucraniano que acompaña en todas las aventuras a Manel; hasta Gulfport, en la costa este de los Estados Unidos.
 
Tras dejarnos la segunda parte con los protagonistas semiperdidos en un pequeño barco de recreo reconvertido en barco de pesca, son rescatados tras un temporal de mil pares por un petrolero, éste les llevará a un punto concreto de África a repostar petroleo y después, a Gulfport, allí les esperan muchas sorpresas a los protagonistas, desagradables, claro. Un predicador genocida que gobierna la ciudad de Gulfport con mano de hierro, un ejército de skin heads, otro ejército de chicanos, y por si fuera poco, la aparición en la novela de los comunistas, claro, que no podían faltar, en este caso de la mano de los norcoreanos. Y ya, por si fuera poco, los No Muertos intentando llevarse algo, como siempre a la boca. Al final, un tutum revolutum que nos lleva a un final lleno de acción propio de cualquier película de Hollywood, o mismo cualquier serie.
 
Ya sobre el capítulo final no voy a decir nada, pero ha faltado por ahí la presencia del paraíso, a dónde yo me suelo ir cada fin de semana que me escapo de Madrid, pero tampoco vamos a adelantar demasiado.
 
A mi esta tercera parte me ha gustado, sigue un poco el ritmo de los anteriores, y aunque quizá con menor presencia de No Muertos, con un cierre casi definitivo a esta plaga del TSJ, que en parte me esperaba. Algo sencillo el final, también lo advierto, y quizá me hubiese gustado un poco más algún giro inesperado. Lo he dicho. Desde luego, si os gusta el tema zombi, la saga está muy bien, el escritor es gallego. ¿Qué más se puede pedir?

2 comentarios:

  1. Habrá que echarle un ojo que los zombies siempre son una garantía. Además he leído buenas críticas de la saga.

    Bicos.

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  2. Sabes, a mi me gustaría que hicieron películas animadas de estos libros, con CGI los zombies deben verse chéveres! Mmm suena interesante este libro, pero solo queda una pareja de gallegos en tooooodo el mundo? Caray! Quizás hubieran quedado algunos mas por ahí? Y en sudamerica?? Todos estamos muertos?? Dime! Dime!

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