La Cabecera de la Quincena (XXXVIII)

Ya os lo digo, Carmen SanDiego ahí está riéndose de todos vosotros porque por una semana no habéis acertado dónde se encontraba la pasada quincena. Ella es así, malvada y muy superior cuando quiere, y eso que lo dejó bastante fácil. Dice en un correo que me ha enviado que estaba en un país de la Europa del Este, de la órbita de los paises del telón de acero, pero concretamente en un lugar que podría causar muchísimo pavor a más de uno, sobre todo a los aprensivos que todavía tienen miedo a los vampiros. La ciudad es una población medieval, uno de los principales turísticos de Rumanía, en plena Transilvania a escasos kilómetros del castillo dónde Vlad Tepes hizo de las suyas hasta convertirse románticamente en el Drácula de la novela. Así pues, quiere poneros un negativo a todos, y decir que estaba en Sibiu.

Claro que para esta quincena no nos lo ha querido poner fácil del todo, pues dice que al ser una hija del mal, tiene que terminar este asqueroso 2012 por la puerta grande de las maldades, eso si, en un lugar que no tiene nada de terrorífico, ni tan siquiera de invernal. Un lugar que Pimpf ha visitado en algunas ocasiones, y dice que esa es la única pista que deja, claro que yo, al no hablar de mi vida privada, tampoco suelo hablar de mis escapadas. De cualquier forma, ella nos deja esta cabecera clásica aunque nada convencional para la época en la que estamos, y añade que en el lugar en que está sacada la foto hace fresquito, como en todos los lugares dónde es invierno, pero que sin embargo no tanto como para que nuestro hombretón de la quincena no pueda salir dos minutos a la calle a poner a secar sus calzoncillos, y todo esto a la espera de prepararnos una totalmente navideña para la próxima quincena, la última del año, y un resumen de todas las cabeceras para que, al igual que el año pasado vosotros elijáis vuestra favorita que será colgada por algunos días.

 

La cabecera es clásica, aunque no invernal que se diga, un hombretón en un lugar de casas blanqueadas con cal colgando unos calzones, aprovechando unos rayos de sol antes de que se ponga a llover. Y los colores que ha elegido en esta ocasión tampoco son muy de invierno, un verde que nos evoca quizá más a la primavera. Cosas de Carmen, supongo, para engañar.