lunes, 3 de diciembre de 2012

Los Lunes, día del Espectador. Complices

Me habían encargado hace un tiempo que bajase una película de temática homosexual, o inicialmente homosexual, cine francés del fino, sin llegar a los niveles del genial André Techiné. Su título, cómplices, su trama... de su trama ya me encargo yo de destriparla, sin contar nada que haga que la película os pierda el interés.

La película, y de ahí la importancia de no descubrir nada, es policíaca y parte de la aparición en un margen de un río del cadaver de un joven. De la investigación se hacen cargo Hervé y Karine dos agentes de la gendarmería francesa que poco a poco van desgranando el ovillo. El cadaver del río se trata de Vincent, un joven que se ganaba la vida con la prostitución masculina. Vincent mantiene una relación con una joven, Rebecca, desaparecida en el momento en que se encuentra el cadáver, de los pasos que los policías dan y de sus vivencias particulares durante la investigación contadas a modo de dos historias. Mediante flashbacks nos va mostrando los últimos días de la vida de Vince, su círculo de amistades, su novia, la iniciación de ésta a la prostitución de la mano de Vincent y todo para un final dónde se despejan una y cada una de las incógnitas con que parte la historia, y todo ello aderezado con la apacible vida de los policías en un mundo de soledad y que intentarán enmendar sus errores en la vida según van aprendiendo del caso.

La he visto en versión original subtitulada, del francés  que le da un toque más romántico a la película, como todo lo que toca el cine del pais galo, con sus pausas en el ritmo en el momento exacto, el típico cigarrillo que te hace pensar a ti también a la vez que notas salir el humo de la pantalla, un cine dónde los olores se perciben a través de la pantalla, los sentimientos son más fuertes, los paisajes más fríos o más cálidos, más azules, más verdes, dónde se viven los veranos cómo si fuese tu último verano, dónde los inviernos se hacen más acogedores, un cine que te teletransporta. Claro que no os vayáis que soy un gafapasta ilustrado de estos que van de puretas que prefieren ver las pelídulas en versión original subtitulada, aunque esto será tema de un "no puedo". Pero pese a todo ello, la película tampoco destaca por nada en especial, excepto lo imberbe y guapo que es el joven Vincent, o la historia que te atrapa y desde el primer minuto te estás preguntando como pudo ser la muerte del chapero. No es un peliculón, es de los que entretienen y entrelazan dos historias, pasado y presente, que convergen en el final.

Temáticas secundarias pueden ser las familias disgregadas, sin padres y la paternidad en si misma, los celos y la desconfianza, las perversiones lujuriosas, el sexo de pago y alto standing, la iniciación a la prostitución, la facilidad y el peligro del sexo por internet. Son temas varios que son tratados en forma de pinceladas, o en ocasiones de brochazos. Como era un encargo, aproveché para verla y después hacer hueco en el disco duro porque quién me pidió que la bajase jamás se interesó por si lo había hecho o no, tampoco es que fuese un peliculón. Ya lo digo, entretenido en tal caso el film de Fréderíc Mermoud.

4 comentarios:

  1. Etás echo un expertillo en cine eh! :P.

    Un abrazo chiquitín !!.

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  2. Ahora mismo me la descargo... El cine francés está que se sale últimamente, pero si tuviera que quedarme con una peli reciente, elijo "Pequeñas mentiras sin importancia". Absolutamente recomendable si no la has visto... Nos toca la conciencia humana a todos, sin excepción. Besotes.

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  3. OooH PUES SI has despertado mi curiosidad, ojala la encuentre aquí contamos con el maravilloso “polvos azules” jajaja confio en que lo encontrare.

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