Arranque de campaña

Agotado, así es como estoy y llevamos solamente tres días de campaña.

No es mi primera campaña electoral como candidato, de hecho es la segunda en la que voy en unas listas, aunque en las municipales si. Imaginaba esto cansino y estresante, pero es mucho peor que eso, es en ciertos momentos hasta tenso.

Llegué a Galicia el jueves por la noche, con el tiempo justo para visitar a mi abuela por su cumpleaños, y después de verme obligado a comer todo lo que me puso en el plato, actimel incluído, tuve que volver a cenar en mi casa, donde mi madre me había preparado ya algo, y a correr, un café y ya a la tradicional pegada de carteles, que aquí no lo hacen de forma digital todavía, y embadurnan todo el pueblo con los carteles, en los paneles que están destinados a ello, y además, aprovechando cualquier rincón, cualquier pared de una casa abandonada, puertas de madera en desuso y demás lugares que se os puedan ocurrir, excepto en el mobiliario urbano municipal, que aunque políticos, tenemos nuestros principios. La pegada fue como siempre un acontecimiento, en la plaza de abastos, en una de las calles principales un gran panel y allí llegamos un montón de los nuestros, cargados con los cubos con cola, los carteles, las escobas y una escalera. Llegaron los otros partidos, PP incluido, y allí charlamos en momentos de tensión oculta con ellos, hasta que llegó el alcalde, un saludo, y los más educados le respondieron, los que somos menos educados giramos la cara, como solemos hacer, pero esto es algo personal mío, y yo, en este blog ya sabeis que de ciertas cosas no hablo. A las 12 en punto se da el pistoletazo de salida que nos tiene trabajando hasta las 3 de la madrugada, y luego, una copa para celebrarlo, comentar algunas jugadas y planear el día siguiente.

Apenas he tenido tiempo ni de actualizar la página web del partido, mucho menos su facebook o Twitter porque el primer día de campaña, por la mañana ya estábamos varios grupos repartiendo información y recordando a la gente que, esa misma noche teníamos mitin. El teléfono echa humo, y nuestras cabezas, con lo del mitin también, el alcalde, en uno de sus actos democráticos no nos había avisado que, una vez la Junta Electoral Central nos había concedido el local donde íbamos a hacer el acto (político), teníamos que pedir la llave del mismo, aunque ya lo habíamos hecho, tampoco nos dijo que había que pedir la megafonía aparte, que también lo habíamos hecho, y finalmente, para que nos lo abriesen a la hora que teníamos que montar las cosas, el alcalde dijo que le pidiésemos a él directamente que nos enviase a alguien para abrir. Talante democrático. Un par de días antes había aparecido en prensa pidiendo una campaña limpia.

Ayudar a montar el local, recibir al público, y esperar a la estrella invitada, Touriño, ex Presidente de la Xunta y la ovación de mis fans al subir al escenario, ante gritos de ¡Pimpfito Pimpfito!. Despedirlo a la finalización y una cena de grupo, improvisada, mientras se comenta el mítin, las intervenciones, las reacciones y se planea que hacer al día siguiente. Esa misma noche del viernes, una repegada de carteles, que aquí se las gastan con muy mala uva y pocos respetan los porcentajes que se nos asignan. Sin fuerzas para más, termina el día, también a las tres de la madrugada y con lluvia.

El sábado amanece con una noticia en el periódico. El alcalde nos ha denunciado por colocar más banderolas que las permitidas en las farolas. Se recurre a la Junta electoral Central, que le responden al alcalde que efectivamente, hay 9 banderolas mal colocadas, que debemos cambiar de sitio, pero que, tenemos para colocar 22 más. Otro tiro por la culata que le sale al alcalde. Ese día el PP comienza a repartir su programa de gobierno, y una revista auténtica caspa, con las fotos al lado de todos los famosos que han pisado el pueblo.  La tarde del sábado tenemos buzoneo y reparto de una nueva carta que hemos hecho junto con nuestro programa. ¿termina el día? No, porque los que somos más golfos hacemos campaña mientras estamos de copas. A las seis y media termina la jornada.

El domingo, con el alcohol todavía en el estómago, a las once de la mañana, dispuesto a buzonear con un grupito capitaneado por mi. Se finaliza con un vino español, y a comer. Tarde y resto del día de descanso. Bueno, descanso no, a escribir este post y actualizar la página web del partido con las miles de novedades de los últimos días. Y una llamada para quedar esa misma noche a colocar más banderolas. Me escaqueo directamente y quedo con todos para el día siguiente, pero eso, como diría G-boy, es historia para otro post.

P.D.: A ver si se me ha escapado algo de política en este post, que ya sabeis que yo de eso no hablo por aquí.