Las divas del cuplé españolas, al igual que cualquier otras divas tuvieron su época de ascenso casi meteórico y su momento de declive. Temperamento y talento a partes casi iguales definen a Raquel Meller, la indiscutible gran estrella del cuplé de primeros de siglo.
Nacida en 1888 en Tarazona, provincia de Zaragoza, en una humilde familia, pronto viaja a Montepellier para vivir con una tía suya monja que le enseña a leer y escribir. Unos años después se traslada a Barcelona, dónde residían ya sus padres y comienza a trabajar como costurera. Allí conoce a María Oliver quién le habla del cuplé, de los éxitos de las cupletistas tras escharla cantar mientras cose, es María quién lleva a Francisca Marqués López que así era su verdadero nombre a La Gran Peña, dónde debuta con 19 años y un traje prestado por la propia María Oliver en 1907. La contratan al momento y le ofrecen seis pesetas al día, adopta el nombre de Raquel Meyer y a los meses está cobrando ya doce pesetas diarias. Es presentada en Madrid en 1911 junto a otras divas del momento, entre ellas Pastora Imperio o La Goya, aunque distintas, por su dicción y su interpretación Raquel Meller se ganaría al público madrileño. Cobraba ya 40 pesetas diarias mientras triunfaba con su éxito "La Pulga".
En 1913 comenzaría a actuar en los teatros más importantes de España y comenzaría a hacer sus primeros viajes al extranjero, sobre todo a Francia dónde alcanzaría una fama muy por encima de La Bella Otero, cobraba 100 pesetas al día que pronto subirían hasta las 250 pesetas. Comienza aquí su verdadera época de oro, encandilando a hombres importantes de la época. De su arte quedó prendado el rey Alfonso XIII (y es que los Borbones veían faldas que cantasen y se enamoraban al momento), quien pidió a la artista que actuase en una fiesta privada, deseo del monarca que Raquelita rechazó e incluso le pidió que se acercase hasta el teatro para verla, y así hizo el rey junto a su esposa.
Viajó por parte del mundo, y compró los derechos de algunas canciones del Maestro Padilla, compositor de la época. Entre sus canciones más conocidas, y las que mayores beneficios le dieron a lo largo de su carrera están "La Violetera" y "El Relicario". Trabajó en alguna película de cine y pronto intentó comerse el mundo en Hollywood. Allí Chaplin quedó maravillado, e incluso le ofreció algún papel, pero la española, que no dominaba el inglés declinó la oferta, y terminó volviendo tiempo después de América sin comerse un rosco.
Enamoró al pintor Sorolla, que estuvo mucho tiempo detrás de la artista, que enamoraba no solo dentro de los escenarios. Sorolla le regaló en una ocasión una serie de grabados suyos ,que ella, en un ataque de ira de estos que le dan a veces a las divas, terminó rompiendo. Sorolla jamás la conquistaría, pero ella pronto se casaría con un hombre mayor que él, un matrimonio que no duraría mucho, en el que adoptó un hijo y una hija, pronto se divorciaron. Y así, Raquel comenzó a comprar palacios por la zona de Versalles en Francia, palacios que adornaba con cuadros de los pintores más importantes de la época. Y llegó la Guerra Civil, y tras ella la Segunda Guerra Mundial, y aquí, ya comenzó el declive de esta gran diva, una serie de expropiaciones en Francia y la persecución del fisco francés dieron un traspié a la artista, que jamás recuperaría su esplendor económico, ya, instalada en un piso más modesto, continuó su carrera actuando en teatros, grabando discos, participando en alguna que otra película y finalmente en 1961 actuó por última vez en TVE, interpretando como no, el que sería el gran éxito de su vida, La Violetera. Ni que decir tiene que Raquel Meller no podía ver ni en pintura a Sara Montiel a la que criticaba sin piedad, tampoco hay que decir que aunque se dijo que "El último cuplé" estaba basado en su vida, ella siempre lo negó por activa y por pasiva.
Menudo biógrafo estás hecho xD.
ResponderEliminarSi es que no saben encajar la fama y viven encima de sus posibilidades y después apsa lo que pasa.
Un abrazo chiquitín !!.
Me encanta escribir biografías, vamos, la historia en general me gusta mucho, y esta época del cuplé no estaba muy explorada en el mundo.
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Bueno, bueno, si que te está siendo productiva la investigación, casi periodística, de las grandes divas de principios del siglo pasado. Ami me encantan estos posts, a parte de instruirnos, le dan a tu blog un cierto toque sepia muy retro y sosfisticado. Toda una vida la de Raquel, oyes y lo de Meller d'ande viene???? Besotes.
ResponderEliminarJajaja, que conste que no tiene nada que ver una cosa con la otra, que yo ya estoy hablando de años anteriores y la verdad, poca conexión he encontrado. Pero vamos lo de Meller viene de un noviete alemán que tuvo la Raquelita Meller.
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Hay que decir que si el retrato de SOROLLA que pones es de ella ¡sin duda alguna la clavó! Y conste que no soy de pintura contemporánea, bueno, ni de ningún arte contemporáneo, si te digo la verdad, pero SOROLLA si es un pintor que me agrada... ¡Pero hablábamos de ella! Ya sabes, es que yo soy gay, jejeje....
ResponderEliminarAy! pero qué dices, fliper ¿Que por ser gay no puedes tener opinión de una diva del cuplé? Hombre, que tampoco te he hecho comentar si está buena o algo así.. .aunque que conste, que yo la veo mona.
Eliminarbicos ricos
Vaya, vaya con las vidas de estas divas, tanto hombre, tanto lujo, tanto ascenso y luego la caída... está interesante esta historia, la narraste con algo más de humor, o me lo pareció y además, había un artista involucrado, como enamorado, que somos terribles :P. Cariños Pimpfillo.
ResponderEliminarQuizá la expresión exacta sería "menos melancólico" el resumen de su vida que en otras ocasiones. Mis divas!
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