Pelillos a la mar

Yo que soy un alumno aventajado de David Beckham, de la escuela del metrosexualismo he decidido ponerme al día, aunque más a mi estilo, que en lugar de metrosexual es baldreusexual, que es casi lo mismo, pero en vago y sin tipazo.

Así pues, lo de la acampada en las Islas Cíes no fue solamente por disfrutar de un entorno paradisíaco, fue una inversión que se traduce en moreno, si, como diría D. también en envejecimiento prematuro de la piel, pero es que los que somos morenos sin el moreno no podemos vivir, y eso creo que tiene un hombre de esos feos. Pues bien, he vuelto como ya he dicho ayer muy moreno de las islas y el siguiente paso ha sido quitar de encima esos pelillos que no solo afean a uno, si no que impiden que el sol pegue de lleno en mi piel. Me he puesto manos a la obra y he ido a mi esteticién de confianza. Pelos de la espalda fuera. Tampoco os penseis que es una gran pelambrera, pero en la playa no son lo más estético.

Mi esteticién ha alucinado un poco, no solo por lo moreno, por lo quemado que he llegado de las islas, ha exclamado un "creo que estás algo rojo por la espalda". Nada grave, le dije yo, esta vez no me duele ni un cuarto de lo que me dolió hace un mes cuando me achicharré del todo. Eso decía yo triunfal hasta que dejó caer sobre mi espalda una fina capa de cera templada. Le dije que quemaba un poco y me advirtió "es templada, si te pongo de la caliente alucinas por colores". Comencé una sesión de ver las estrellas que ya quisieran para si los amantes del BDSM, ese tipo de prácticas sexuales que juegan con el dolor como excitación. Tras esta sesión de gritos y gemidos contenidos me echó por encima una loción relajante y me advirtió de que procurase no tomar el sol esta tarde por lo menos. Pues, teniendo en cuenta los pocos días de playa que voy a poder disfrutar ante la inestabilidad del tiempo en Galicia este año, y que ayer me pasé el rato durmiendo, no sé que voy a hacer hoy. Lo que si tengo claro es que puedo ponerme una camiseta, que algo protege, y después dejar las bolas al sol y que se tuesten un poco más para lo que será la tercera fase del metrosexualismo, el pelaje de las zonas bajas, aunque advierto, como esto siempre está caliente (como hoy mi espalda) no habrá cera que valga.

Bicos Ricos