Se hace duro

Mal pensados. Habéis leido el título del post y habéis venido como locos a ver qué era eso que se hacía duro. Claro. Lo que se hace duro es volver al trabajo después de estar una semana sin pisar el despacho. Y no es que se haga duro por madrugar, aunque también. Lo peor de todo es tregresar y tener un montón de trabajo encima de la mesa.

Pero no solo es lo que hay encima de la mesa. La blogosfera me tiene pillado de tiempo. Muchos post de días atrás, desde primeros de mes y hay que ponerse al día, que no sé nada de vosotros, y vosotros estos días sí mucho de mi, de mi vida privada, y eso que es tema que no me gusta tratar especialmente en este blog. Como podéis ver, os he dado un descanso político, que espero la próxima semana volver con las pilas cargadas para dar batalla a los infieles como dirían los visigodos, o los caballeros en las cruzadas. Efectivamente, ya que Rajoy no suelta prenda de lo que pretende hacer los próximos días, y como ya se aproximan las fechas en que comience la actividad política nuevamente podre empezar a ponerlo fino, y a la Merkel también, que esa no se va a ir de rositas así como así.

El fin de semana ha sido más agotador todavía que esta vuelta al trabajo. Ya os conté que he tenido visitas que han venido a hacer turismo y compras, o como diría Jimbito "shopping". He reunido a mi amor platónico Darío, con mi novio imaginario Fabián, y a ambos los he llevado a que disfrutasen con Minoviescu. Pero es que Minoviescu no ha quitado el ojo de encima de mi Darío, y esto unido a lo del rosario en el cuello me ha hecho saltar las alarmas del radar. Pero no siendo sufiente con todo esto me he llevado a las chicas a cenar con mi D. en otro de estos vodeviles a los que estoy acostumbrado fingiendo no conocer apenas el hogar de mi D.. Qué digo el hogar de D., nuestro hogar, que queda muchísimo mejor. Y dónde tengo yo casi más conocimientos sobre la propia cocina que él. ¿Algún detalle gracioso? Claro, cuando le pedí para cocinar alguna camiseta que pudiera ser de mi talla, porque otra cosa no, pero D. es un chico muy estilizado, de usar Slim Fit cuando se lo propone, yo, solo puedo proponerme una camiseta Relaxed Fit, y he aquí que sí había alguna, que él hacía como que la buscaba. Ah, claro, y allí nadie se sorprendió cuando me cepillé los dientes, y es que no sé si mis amigas se lo huelen todo y pasan olímpicamente, o estaban tan cansadas que apenas se dieron cuenta de ningún detalle y qué sé yo, a lo mejor ni se lo imaginan, y el día que decida casarme, ellas seguirán esperando a la novia aún cuando todo el mundo esté lanzándonos el arroz. Y ya los últimos días, despues de todo este jaleo y estas tensiones innecesarias me los he tomado de descanso casi total. Casi total aunque me he ido de compras, y ya os lo anticipo, me he comprado un abrigo precioso, un abrigo precioso con el que deslumbrar a todo el mundo, y con el que haré un breve y sencillo gesto sacando mi Galaxy S II del bolsillo, entonces no podréis evitar esa frase de "¿Pero cómo puede ser tan nice?".

No os voy a contar nada más por hoy, esto ha sido un pequeño resumen y una puesta al día. Bueno, os seré sincero. Este post era exclusivamente para contar de soslayo lo de mi abrigo nuevo. Es que es tan precioso, es tan precioso casi como yo.

Bicos Ricos