Adiós, 2011, adiós

Un año más que pasa y con la suerte de poder contar que otro año se va, dispuestos a dar comienzo a un 2012 y que como siempre, esperemos que sea mejor que este que dejamos atrás. Siempre buenos propósitos. Pero llegada esta altura del año, quizá toque hacer un balance personal.

2011. ¿Por dónde empiezo? El año en general no ha sido bueno. Ha sido el año de la crisis que, día tras día hemos repetido esta palabra hasta la saciedad. En cuanto a lo laboral, la crisis lo ha tocado todo, desde esa bajada de salarios a la que Zapatero se apuntó por esas cuestiones de déficit, a la decisión que ya se venía manteniendo de que no habrán nuevas plazas de funcionarios en unos años, lo que significa que la gente se va jubilando y las plazas no se cubren, esto quiere decir que el trabajo que antes hacíamos entre unos cuantos, ahora hay que repartirlo. Esto ha traído más trabajo, nada de otro mundo que no se pueda llevar bien, pero también han sido mosqueos, de gente que no quiere acostumbrarse a esta nueva época que nos toca, y el trabajo les cansa demasiado. Ay! como se nota que hay gente que no ha trabajado nunca en la empresa privada. 

Pero quizá deba centrarme en la vida en Madrid, en mi vida personal. Un año muy revuelto en general del que no estoy nada contento pero del que también saco mis conclusiones positivas. Me he acostumbrado a Madrid, me gusta Madrid, y ya tengo en esta ciudad mis rutinas. También tengo que reseñar mi relación con mi cari, también convulsa a lo largo del año, al igual que los otros años, y sin embargo, ahí estamos, casi tres años después. Será que nos queremos aunque nos cueste tanto mantener una relación completamente estable, bueno, algo estable. Un año sin apenas viajes, más que alguna escapada a esa ciudad mediterránea con mar. 

Claro, hablando de esa ciudad mediterránea con mar, os preguntaréis que ha sido de Billy, Billy Sive, ese ex que vino a visitarme en el Orgullo a Madrid y que, a su vuelta prácticamente desapareció. Os confirmo que ha desaparecido también de mi teléfono. Ya no queda nada de él, ni de lo que fue, ni de lo que pudiera haber sido. Otra persona que ha pasado a los anales de mi historia ha sido Angelines, que se podría decir que este ha sido un muy buen año para ella, no en vano ha nacido su pequeño Pimpfito, vamos, ese crío que se llama igual que el que os escribe, pero de la que apenas sé nada, más que pequeños detalles a cuentagotas, tampoco me ocupan demasiado tiempo en mi mente.

Lo que si me trae de cabeza es mi grupo de amigos del pueblo. Siempre hemos sido un grupo muy grande, con muchas chicas, y a lo largo de este año se ha venido todo al traste. Muchos decimos que ha sido cosa de una persona que ha puesto a unos contra otros, que todos podríamos sentarnos en una mesa si esa persona no estuviese. Los hay que pensamos que, las cenas las organizamos igual, y que venga el que quiere. Somos una corriente moderada dentro de un grupo en completa disolución. A mi me da mucha pena, y no he dejado de llevarme igual de bien con unos y otros. El tiempo dirá cuanto nos queremos y cuanto nos necesitamos.

Bloguerísticamente hablando, podríamos hacer otro post. El año ha sido extraño. Las visitas han aumentado y personalmente he conocido a algún que otro bloguero, cosa que siempre se agradece, más cuando estos vienen y te visitan en Madrid, pero como digo, eso son historias para otro post.

¿Qué más contar que no sepáis? Si os lo cuento todo día a día en este blog, aunque no hable ni de política ni de mi vida privada.

Bicos Ricos