Indignación en la ultraderecha

Bien sabéis que lo de la política es tema tabú en este blog, no porque no podáis opinar sobre política, es más que nada porque a mi no me gusta hablar de política en este blog, mucho menos de mi vida privada. Yo hoy no sé cómo maquillar esto para hablar de política sin que parezca que hablo de política, así que quizá me plantee hacer un post político sin más reparos, o como mucho camuflarlo diciendo que es un post sobre dignidad, y efectivamente, la ultraderecha en este caso ha sido digna y consecuente consigo misma.

El Gobierno capitaneado por Mariano Rajoy ha aprovechado que el Ministro del Interior no está en España para lanzar otro globosonda de los suyos. En este caso, y viendo que en cuanto a la economía le caen palos por todos lados y que los mercados más preocupados que nunca, con más dudas que nunca sobre los presupuestos generales de España, con una reforma laboral que para nada sirve para detener la escalada de desempleados, con un FMI que advierte que la banca nuevamente necesitará nuevas inyecciones de dinero y un Mariano que ya no sabe por dónde recortar para sacar su "plan económico anticrisis" adelante; entonces ha decidido desviar la atención con otro tema que normalmente no les resta votos, ETA.

Viendo Mariano que ETA decide poner fin a su lucha armada y que el siguiente paso con el que tiene que lidiar para acercar posturas de cara a la disolución de la banda terrorista quizá sea el tratamiento de los presos de ETA, aprovechando este desconcierto de los españoles y que no habrá ningún finalista español en la Champions, suelta aquello de que se lanzará un plan de reinserción individual de presos por delitos terroristas consistente en que los presos terroristas podrán ir reinsertándose siempre y cuando rechacen públicamente a su banda u organización terrorista, a cambio seguirán acercándolos a las prisiones del Pais Vasco y deberán también recibir clases en aulas de valores de convivencia. Ya os lo digo, gilipolleces. Pero no solamente lo digo yo, es que ya han crispado a muchos que hasta ahora solo veían las cifras del paro.

Las asociaciones de víctimas han puesto el grito en el cielo, no han desaprovechado la ocasión para criticar "la vía Nanclares" de Zapatero pero están muy disgustados con este plan de reinserción, lo mismo han hecho los radicales separatistas de Euskadi, y también la Policía. Vamos, unos por mucho y otros por poco. Quién parece que se queda ahí en tierra de nadie es la ultra derecha. Se han desvivido en su implicación en la lucha terrorista, han criticado como nadie al gobierno de Zapatero por su lucha terrorista, se han crispado cuando ETA anunció el cese definitivo de la lucha armada, han exigido que los presos etarras pidiesen perdón a las víctimas, muchos continúan defendiendo las tesis de que ETA estuvo detrás de los atentados del 11M, han defendido incondicionalmente al PP conscientes del mensaje que siempre ha mantenido públicamente este partido sobre política antiterrorista. Han criticado el acercamiento de presos a Euskadi, han criticado cualquier negociación con la banda terrorista, han criticado todo lo que podían criticar y ahora va Mariano y no solo ofrece reinserción si no que además también les exime de pedir perdón a las víctimas, como haría el rey, algo del estilo "lo siento, no volverá a ocurrir".

Ellos se mantienen dignos en su postura, les parece una auténtica locura por parte de Mariano Rajoy, un regalo, un premio a los terroristas, sin embargo, les basta con calificar esto como "un pequeño error de Rajoy". El PP se vuelca en decir que no hay cambios en la lucha terrorista, en decir que ETA debe devolver las armas, obvian el perdón de los pecados, y siguen manteniendo que el Ministerio del Interior seguirá luchando contra los terroristas y que jamás habrá amnistía, sin embargo, se han bajado los pantalones, unos al aceptar este tipo de medidas de acercamiento y los otros, al tragar su orgullo con Rajoy, ese presidente al que 10.800.000 españoles han apoyado y ellos han vitoreado y que ahora, vuelve a las de siempre, hacer lo contrario de lo que prometió.

Yo agradezco este tipo de medidas, que no son más que humo, pues para cualquier preso hay reinserción, e insisto en que se va por buen camino cuando se decide tratar a los terroristas como lo que son, asesinos sin más edulcorantes, pero ¿cómo se lo tomará esto la ultraderecha?