... Y entonces llegó él con la manguera

Galicia ha sido noticia una vez más este fin de semana por otro desastre medio ambiental. En esta ocasión ha sido nuevamente un incendio, uno muy importante aunque no ha sido el único este fin de semana, que ya está bien digo yo.

Las Fragas do río Eume fueron declaradas en 1997 como Parque Natural. Este parque se extiende por cinco municipios de la provincia de A Coruña, a orillas del río que le da el nombre al parque, el Eume y que tiene su desembocadura en Cabanas, en la ría de Betanzos, entre la de O Ferrol y A Coruña. Una auténtica maravilla (que no debemos confundir con la Fraga de Cecebre en la cual se inspiró Wenceslao Fernández Flórez para escribir El Bosque Animado), un bosque atlántico único en Europa, con un ecosistema milenario de cerca de 7.000 hectáreas de frondosos bosques de los cuales se estima han sido devoradas por las llamas 2.000 hectáreas, ahí es nada. Y en la Xunta de Galicia, que siempre están a la última ya han dicho por Twitter que solo habían sido calcinadas 700 hectáreas, el típico baile de cifras que más que informar desinforman, que pretenden expiar un poco las penas de una política que jamás ha apostado por la biodiversidad gallega.

Primero fue el desastre del Prestige, en aquella ocasión de caos total un petrolero con una grieta en la quilla se paseó por toda la costa gallega derramando petroleo y causando el mayor desastre ecológico en Galicia, Fraga el por entonces presidente de la Xunta de Galicia se desentendió del problema, mientras pasaba un fin de semana de caza, nadie en la Xunta supo gestionar aquello y terminó siendo, como siempre el pueblo gallego y los voluntarios llegados desde toda España los que consiguieron limpiar las costas del crudo, en aquella ocasión los gallegos dijimos "Nunca Máis". En las siguientes elecciones hubo cambio de gobierno, los gallegos no perdonaron. Un año después de aquel desastre, se reavivó con mayor crudeza que nunca otro de los mayores desastres que siempre habían asolado Galicia, los incencios forestales, pero lo que ocurrió aquel año fue algo jamás visto. No hubo un solo municipio que no tuviese su propio incendio, varias nubes negras se veían desde los satélites y en Galicia se hacía difícil respirar, el cielo oscurecía a media tarde por el humo acumulado, los aviones y helicópteros no daban abasto, ni la intervención del ejército para contener un desastre de tal magnitud. Se había trabajado en el buen camino hasta esa fecha, pero se decidió que lo del 2006 no debía volver a ocurrir, se implementaron políticas de prevención de incendios, de recuperación de la biomasa, firmas de convenios para la lucha contra los incendios con los ayuntamientos gallegos, contratación de más medios de lucha para la extinción del fuego, mejora de la preparación de los efectivos, aumento de las partidas presupuestarias de Protección Civil y Medio Ambiente, entre otras, nunca se volvió a repetir aquel 2009, por suerte, aunque fruto de desaprensivos pirómanos ha habido incendios en lugares importantes, de incalculable valor. En aquel 2006, el todavía aspirante a presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoó aparecía en prensa con una espectacular foto, impoluto, con sus mocasines y una camisa blanca sin ninguna arruga ni mancha, con una manguera y un simple chorro hacía campaña a costa de los incendios. Ahí estaba él para salvar a los gallegos del fuego, menos mal. ¿Se puede ser más oportunista? ¿Se puede hacer campaña a la vez que se hace el ridículo más espantoso?

Y llegamos a 2012, Núñez Feijoó es presidente de la Xunta desde 2009. ¿Qué ha hecho la Xunta desde entonces? Descoordinar el trabajo que se venía haciendo, reducir todas las partidas presupuestarias en lucha de incendios, y abandonar en general el medio ambiente gallego. Y llegó una vez más una desgracia, en esta ocasión las fragas del Río Eume, lógicamente, el incendio surgió cuando en la Xunta estaban de fin de semana, aunque, Feijoó, que en esta ocasión ya no cogió la manguera ha intentado mostrar su interés con los vecinos por la tragedia, que ha hecho evacuar algunas viviendas. Feijoó está con los vecinos, Feijoó muestra su interés, Feijoó dice que la Xunta lucha contra los incendios, bla bla bla, pero el bosque del río Eume sigue ardiendo, y ahora van y hoy lunes dice que "lo peor del incendio de las fragas del río Eume ya ha pasado", y se quedan tan contentos. Hombre, después de 2000 hectáreas calcinadas, faltaría más, que los medios han sido insuficientes, que la descoordinación en las tareas de extinción han sido evidentes, que en esta ocasión no hay excusas pues gobierno central y autonómico van de la misma mano desde hace unos meses. No valen las excusas, y el resultado ahora son cenizas.

Tampoco voy a culpar a Feijoó por este desastre, un desastre que tiene siempre un culpable, un pirómano, un interesado en ver el bosque ardiendo. Son muchas las causas que mueven a un pirómano y frente a estos terroristas ambientales solo hay una opción, endurecer las sanciones y penas por delito contra el medio ambiente. Y no es algo que diga yo ahora en caliente, es algo que, si no se le pone remedio pronto, hará que cambie la climatología completamente, y lo que siempre ha sido Galicia, un vergel, esté dando paso a un secarral más propio de la meseta española, lo que eran unos potentes pulmones para España, se está convirtiendo por culpa de estos pirómanos en un cáncer que se extiende por toda Galicia.