Y con él se nos va una parte muy importante de la izquierda española de gran parte del siglo XX. ¿Quién nos lo iba a decir, verdad, Don Santiago?
Nacido en Gijón, en el seno de una familia obrera que traslada su residencia a Madrid al ser nombrado su padre como dirigente socialista nacional. Comienza sus estudios en un colegio del barrio obrero de Cuatro Caminos, no terminando el Bachillerato por falta de dinero para los derechos a examen. Comienza a militar desde muy joven en distintos movimientos socialistas, especialmente en las Juventudes Socialistas de España y en la UGT, comienza a colaborar como periodista en El Socialista. Se proclama la república y comienza su periplo más revolucionario. Finalmente se afilia al Partido Comunista de España ya comenzada la Guerra Civil Española.
Y aquí comienza su historia, y nuestra historia a lo largo del siglo, su participación en la Junta de Defensa de Madrid y los fusilamientos de Paracuellos del Jarama en la Guerra Civil, y su exilio final a París, dónde vive con su familia y una identidad falsa. Aquí comienzan sus movimientos dentro del Partido Comunista, sus visitas a los grandes líderes de la izquierda, y su ascenso a la secretaría general del PCE en 1960, sustituyendo a la también histórica, Dolores Ibárruri. El PCE fue, durante el franquismo, la principal fuerza de oposición al régimen franquista, desde el uso de guerrillas hasta la participación en los sindicatos verticales.
No fue sin embargo, hasta la llegada de la democracia, tras la muerte de Franco, cuando Santiago Carrillo se gana la fama de ser uno de los grandes políticos del S.XX. Su participación en la transición española fue determinante para que hoy España tenga la democracia que tiene. Sus entrevistas secretas con el entonces presidente Suárez para la legalización del PCE, renunciando a la república, sus incursiones en el país con documentación falsa y una peluca, y finalmente, la legalización del partido que llegaría en 1977. En esta nueva etapa, con el partido ya asentado en España, demostraría no ser el cruel y despiadado líder político que el franquismo había señalado, un señor con la cabeza muy bien amueblada, que se encontró con que los españoles querían la vuelta del Partido Comunista, y sin embargo, recelaban del mismo. Así, los resultados electorales no dejaban lugar a dudas, y tras las debacles de 1979 y 1982, decide dimitir como Secretario General del PCE, dando paso a Gerardo Iglesias. En 1985, se decide la expulsión del PCE de Carrillo, y el partido comunista jamás volvería a ser lo que fue.
Fumador empedernido, no dejó de fumar hasta el final y no se lo llevó un cáncer de pulmón, se lo llevó una plácida siesta, horas después de comentar, con los suyos la dimisión de Esperanza Aguirre, y es que a los 97 años, su cabeza funcionaba a pleno rendimiento, sin la más mínima laguna. Político incansable, cuando le llegó el retiro, tuvo la ocurrente idea de hacerse ver escribiendo artículos de opinión, libros y participar en tertulias radiofónicas, y así es como llegó a nosotros, dándonos su siempre acertada visión política de la vida, claro, desde el punto de vista de un socialista, y esto, los militantes jóvenes es algo que debemos agradecer.
Ahora, meses después de que falleciese su gran rival político, Manuel Fraga, dicen que ambos, uno como dirigente comunista y el otro como ministro de Franco, serán juzgados en el juicio final, claro que, Carrillo no creía en Dios y pensaba que mientras uno vive hace cosas, pero una vez te mueres, desapareces y la gente te olvida. A ver en qué queda la cosa.
Hasta siempre, ¡camarada!
Una persona sensata y yo diría que hasta entrañable.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Si, y yo creo que se iba volviendo entrañable con el paso de los años y de aquel crudo comunismo de mediados de siglo.
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Un político de raza, sin duda. Un de los personajes importantes de este siglo en España y al que le debemos mucho.
ResponderEliminarPero por ser justo con él, lo único que me pesa es que en vez de ser incinerado, debería ser enterrado en Paracuellos que con esto de la memoria historia conviene recordar lo bueno y lo malo...
Ay! el plumero JFL, por ser justos con él, a los muertos se les debería dejar descansar en paz, bien incinerados o bien en su tumba, lo que no se puede es tener a unas víctimas de una guerra, o a unos represaliados diseminados por cunetas por todo el país, eso sería lo justo, yo, veo a Fraga (y como él, los de Paracuellos o el mismísimo Franco) enterrado en Galicia y jamás se me pasó por la mente diseminarlo por las miles de fosas comunes que hay en España, cuando él firmaba los consejos de Ministros dónde Franco ordenaba lo que ordenaba, eso sería ser justos, pero con la historia. Por ser justos, las cosas de la guerra son cosas de la guerra, tampoco mitifiquemos Paracuellos, la gran mayoría de los muertos de allí eran militares del alzamiento... eso también por ser justos.
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En eso estamos totalmente de acuerdo, mejor dejar los muertos y la guerra en paz. Como digo en mi respuesta, removerlo fue cosa del zapaterismo que estaba empeñado en volver a hacer una transición a su manera...
EliminarPersonalmete, a Carrillo, a Fraga y a muchos mas que enterraron el hacha de guerra y perdonaron para que todos vivieramos en paz los admiro profundamente...
El problema es tomarse esto de la memoria histórica como una revancha o como una afrenta, cuando solo se pide tener dignidad...
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A su edad decía las cosas pausadas pero con una sensatez increíble, ojalá muchos políticos lleguen a esa edad lúcidos como lo estaba el Sr. Carrillo.
ResponderEliminarSalu2.
A mi me encantaba en las tertulias, vamos y ya lo digo, con el paso de los años mucho más. De todas formas, desde que vino de Francia creo que era un tipo con un humor excelente.
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Asumo que con el se cierra una pagina de la historia de tu país, lo que para el, era el dia a dia hoy lo conocemos como historia. 97 años! Y lucido! Me da la impresión que la gente de ahora no esta hecha del mismo material de las antiguas generaciones! (no quiero ni imaginar lo que habrá después) nosotros a veces tan frágiles! Adios Don Santiago! Me quedo como lección que no fumare! No fumare! No fumare!
ResponderEliminarPor suerte esa página estaba ya cerrada desde hacía tiempo, con su salida del PCE la cosa ya había cambiado mucho, y por suerte, los políticos pueden retirarse, bien vencidos o bien por cuestiones de edad y como él decía, cuando mueres, la gente te olvida.
Eliminarbicos ricos
Pillé en los noticieros esta muerte e inmediatamente me acordé de ti, intuyendo que hablarías al respecto. Lamentable pérdida, pero me ha gustado la forma en que partió, me gustaría que fuese igual de tranquila. Cariños Pimpf.
ResponderEliminarAnda, a quién no le gustaría morir plácidamente durmiendo una siesta y sin enterarse? Yo firmaba ahora.
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Hay un Salmo que dice: "Siéntate a la derecha del Padre" y otro que dice: "El Señor pondrá a tus enemigos por estrado de tus pies".... Ahora cabe decir: ¿Elegirá Carrillo pasarse toda la eternidad sentado "a la derecha" de Dios Padre? ¿O preferirá ver a sus enemigos derrotados? ¡Ojlá caiga pronto RAJOY! En fin, un gran hombre, del final nos enteraremos cuando nos llegue el nuestro, a no ser que el PP pierda las próximas elecciones, así sabremos algo de la influencia del "más allá" jejeje....
ResponderEliminarEl problema y lo que digo yo, es que Carrillo no va sentarse ni a la derecha ni a la izquierda, tampoco en el centro, no te vayas a pensar, el que no cree, no cree, no tiene ese alma cristiana, no tendrá juicio final y por muy católico que uno sea, no puedes crear el alma de quién no cree.
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